Elogio de la maldición… (Redivivo)

 

La maldición se repite… La maldad bebe ella

misma la mayor parte de su veneno…

El 4 de noviembre de 1922, el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter (1874-1939), descubrió intacta la tumba de Tutankamón (Tut-Anj-Amón) (“Más que nunca está vivo Amón”), en el Valle de los Reyes, frente a Luxor, faraón adolescente de 18 años de la XVIII dinastía de Egipto que reinó entre 1336 y 1327 a.C. y que murió en el año 1320 a.C. Hay acuerdo en que ha sido la tumba faraónica mejor conservada jamás encontrada. El 26 de noviembre de 1922, Carter abrió la cámara y fue el primero en ver el sarcófago del faraón. Dieciséis escalones conducían hacia las profundidades; tras bajarlos se encontró en una antecámara. Tras de él se encontraba el acaudalado Lord Carnarvon, arqueólogo aficionado que había aportado el dinero para la tediosa y costosa operación de rescate; Carter se inclinó ante la puerta de granito grabada con todo tipo de signos jeroglíficos. Se perforó una especie de hendedura por la cual podía verse hacia el interior. Se inclinó y enfocó su luz dentro de la Tumba Real. Permaneció inmóvil durante varios minutos viendo tesoros incontables que brillaban en la oscuridad, que le asegurarían al joven faraón una existencia confortable y que adquirían dimensiones propias al ser profanadas por el rayo de luz… casi 3500 años después de su muerte la tranquilidad de su sepulcro era violentada. 

Casi tan bien como conocemos del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, también conocemos acerca de la creencia de que estaba protegida por una poderosa maldición, con justicia los arqueólogos se encontraban en guardia en contra de las extravagantes pretensiones de que una inundación de condenaciones desde las orillas más salvajes de lo oculto les acechaban. Una inscripción encontrada a la entrada de la tumba produjo terror entre los excavadores:

«La muerte sobrevendrá en rápidas alas a quien toque la

tumba del faraón»

El drama comenzó por una misteriosa enfermedad que se encarnizaría no solo con la humanidad de lord Carnarvon sino con todo el equipo de excavación y hasta con los visitantes de la tumba. El 6 de marzo de 1923 fue picado en la mejilla por un mosquito; la picadura se infectó, produjo fiebre y septicemia que condujo a una neumonía y a la muerte… La novelista romántica Marie Corelli quien poseía un extraño libro, ¨La historia egipcia de las pirámides¨, le había advertido que, ¨el más grande castigo ocurrirá al intruso que irrumpa en una tumba sellada… los más diversos venenos secretos están encerrados de sabia manera en cajas, así que aquellos que las toquen no saben lo que habrán de sufrir…¨ Y la maldición se propagó a cerca de 30 personas: a él siguieron su hermano, un egiptólogo, un amigo coleccionista de antigüedades y así sucesivamente surgieron de la nada suicidios, asesinatos, pleuresías, accidentes inexplicados, infecciones, y como Carter, ¨causas naturales¨ … y tal vez cánceres de toda ralea enmascarados por la ignorancia en antiguos diagnósticos. ¿Será cierta la leyenda del faraón Tutankamón? Sólo la máscara inmutable de su rostro guarda la verdad…

Peor que un dictador, es un pueblo cobarde…

Y eso hemos sido, un pueblo cobarde dirigido por cobardes… Y hubieron de transcurrir 77 años hasta que la historia, inclemente, se repitiera, cuando Hugo Chávez aupado por tontos útiles que hoy lloran sus penas, violara el panteón de los sagrados valores patrios y trajera a nuestras costas una nueva maldición, el socialismo del siglo XXI, un pastiche ideológico como fuera definido en su oportunidad, no otra cosa que una conjunción superlativa de envidia, odio, ignorancia suprema, criminalidad sin castigo, atraso en el tiempo, gasto y rapiña alegre de nuestras riquezas, revanchismo en vez de perdón, entrega de la soberanía a mercachifles de dictaduras, fría destrucción de todo aquello que alguna vez hubo de preservarse. El melifluo poder encarnado en la reelección indefinida, el poder que debe ser secuestrado a toda costa, con argucias, engañifas y compra de conciencias –que requiere de almas inferiores que se dejen comprar sin pestañear-: variopinta de seguidores y de opositores también [que desde los tiempos de la democracia nunca han tenido oficio ni beneficio]-, con violaciones de los derechos humanos y ciudadanos, con la creación de ¨patriotas cooperantes¨ suerte de soplones de la más baja calaña, con omnipresencia de legisladores que no legislan, de contralores que no controlan, de defensores del pueblo que no defienden, de fiscales venales, vendidos y prostituidos sin importar el dolor de los pobres, de presos políticos sin juicio, la hiperinflación en ciernes, la pan-escases de cuanto importe, ministros de sanidad traidores que dejan a cubanos el tesoro de la salud del venezolano, la abismal progresión de la pobreza y la malnutrición, el abandono de la niñez desvalida y de los hospitales de niños, la indiferencia ante el embarazo de adolescentes -¡25% todos los embarazos!- y enfermedades venéreas, el abandono a su suerte de los cancerosos, enfermos de sida, trasplantados y los hemofílicos, la progresión de las endemias y epidemias que han visto terreno propicio para su proliferación en esta otrora tierra de gracia…

La maldición se repite… La maldad bebe ella misma la mayor

parte de su veneno

 

Un infausto 16 de julio del 2010, a 180 años del fallecimiento de Simón Bolívar, fue violentado en secreto de intenciones el sarcófago donde descansaban sus restos en el Panteón Nacional de Caracas, ordenado y en presencia del presidente de Venezuela Hugo Chávez con la idea de desvelar la ¨verdadera causa¨ de muerte del prócer, en el supuesto negado de que había sido envenenado con cianuro por el ¨oligarca¨ Francisco de Paula Santander. Cuando se abrió el féretro ante los ojos de televidentes, el ¨único¨ dijo que ¨había sentido su llamarada¨. Qué se hizo y qué se deshizo allí, en aquel aquelarre, en aquella orgía de brujas, es desconocido y motivo de conjeturas, se habló de santeros, de paleros y de magia negra: se llevó a cabo un día de luna nueva y para colmo jueves, uno de los días preferidos para los ritos tenebrosos de las ceremonias santeras y paleras relacionadas con encantamientos malignos…

Desde que su médico de cabecera, el francés doctor Alejandro Próspero Réverénd en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Colombia, solícito médico de cabecera de El Libertador en su lecho de muerte, enterado de los adelantos de su época y apoyado en 33 boletines redactados por él y una impecable autopsia apegada a los cánones del arte, cuyo protocolo y epicrisis registró con esmero, constituyen el único testimonio histórico y médico de la enfermedad y muerte de Simón Bolívar, causada según su opinión por «tisis pulmonar», una enfermedad prevalente en su época y entonces incurable, especialmente agresiva en personas estresadas, rellenas de penas morales, decepcionadas y deprimidas.

Efectivamente, una tuberculosis de reinfección que le aquejó quizá desde 1807 cuando llevaba una vida bohemia y disipada, época en que debió someterse a un largo reposo en su residencia campestre de Caracas y se recuperó notablemente. Pero el mal permaneció agazapado y esperando el mejor momento para hacer eclosión; ese, cuando su salud desmejoró sensiblemente y sus defensas naturales claudicaron, fue entonces el momento en que reapareció la infección tuberculosa, altanera y desbocada que se tornó evolutiva forzando el camino pendiente hacia la horizontalidad.

Révérend obsequió a Venezuela el nódulo calcáreo encontrado por él en el pulmón izquierdo durante la autopsia, tendencia del cuerpo para sepultar en calcio las inflamaciones crónicas. En este intento del comunismo por torcer o refabricar la historia a su medida, vendrán tiempos mejores en que reivindiquemos la memoria de Bolívar y le ofrendemos excusas por la profanación de su féretro por una banda de facinerosos con fines inconfesables.

 

Quien sin honor ha consumido su vida, deja de sí, en la tierra, tanta huella como el humo en el aire y la espuma en el agua,

 Dante Alighieri

La necrofilia se manifiesta como un morboso amor hacia los cadáveres, y esa adoración maléfica ha llevado a la profanación de tumbas, hacerse de los huesos para ritos satánicos y convertir el cadáver en objeto de idolatría. No hay duda que los profanadores son perseguidos por el anatema de los difuntos y para muestra basta un botón…

La llamada ¨maldición del Panteón de Bolivar¨ se hizo prontamente patente… Además del fallecimiento del promotor y ejecutor de la violación en medio de inenarrables sufrimientos y dolores, de turbios manejos y violaciones de sus propios derechos humanos de paciente en Cuba, hasta el punto de no conocerse el día de hoy la fecha de su muerte ni la causa real del deceso: ni un protocolo final de la autopsia ni una epicrisis que la saque de la anonimia  Pero mito o realidad, la deshonra de la memoria del prócer también tuvo que ver con una secuela de muertes en su entorno: El general Alberto Müller Rojas (Q.E.P.D), uno de los asesores presidenciales, falleció poco después de la exhumación. El diputado Luis Tascón (Q.E.P.D), fallece en agosto de 2010 víctima de un cáncer del colon; en septiembre fallece un factótum de la izquierda, Guillermo García Ponce (Q.E.P.D), director del diario VEA, y días después William Lara (Q.E.P.D), ex-diputado, exministro y gobernador de Guárico. Lina Ron (Q.E.P.D) chavista combativa, aquejada de un infarto del miocardio muere camino del hospital en marzo de 2011. José Ignacio Meléndez Anderson (Q.E.P.D), hermano del asesinado fiscal Danilo Anderson, recibió varios tiros de un individuo que pretendía robarle un teléfono celular. En junio del 2011 y en La Habana, donde se encontraba hospitalizado por un accidente cerebrovascular, muere el contralor General de la República, Clodosbaldo Russian (Q.E.P.D). El mito ha vuelto con fuerza para terror de los implicados y sus más cercanos…

No podemos contar las figuras importantes del régimen que han sufrido cáncer u otras miserias orgánicas –problemas inmunológicos, condiciones médicas y quirúrgicas, iatrogenia cubana, etc.-, y que afortunadamente, muchos se encuentran en remisión tal vez a la espera de un viento maligno que tarde o temprano los reavive, porque la enfermedad no es otra cosa que ese mal que expulsamos hacia el mundo y nos es devuelto con creces…  Pero además, el socialismo del siglo XXI está aquejado de pudrición cadavérica en vida, y si no ha sucedido su caída del todo es porque los venezolanos estamos impregnados de cobardía infinita…

Dios castiga sin palo y sin látigo…

En connivencia con civiles y militares llevar a la guerra a un país no beligerante que en su nobleza ha sufrido tanto, y expulsar a los hermanos colombianos dejando sus hijos atrás es un pecado sin redención, esos a quienes el zamarro ceduló para que votaran por él, a más de ser un acto de cobardía y crueldad inagotable, lo es también para acostumbrarnos a un estado de excepción que sin lugar a dudas piensa ser extendido a nivel nacional, una acción criminal anticonstitucional con la única finalidad de no contarse ante la mirada complaciente de aquellos que deberían defender la patria: las fuerzas militares…

Sólo podemos revertir la maldición de Chávez sacando a los malvados del poder el próximo 6 de diciembre cuando todos como un solo hombre y una sola mujer, recuperemos la dignidad mancillada de nuestro país…

Quien quiera entender que entienda…

Elogio del desapego…

 

 

El oprimido se transforma en un opresor que elabora nuevas cadenas de represión, elecciones sucias e impopulares,

tierras arrasadas y amor por la nueva oligarquía del poder que

ellos encabezan ahora…

Es el tiempo, ese que, según el caso, engrandece y enaltece, dignifica o humilla, beneficia o daña, construye o destruye sin contemplación y se desprende de todo afecto imprimiéndole a la historia esos colores sepia, esos colores de desteñido olvido…

 

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y

cómo la recuerda para contarla –

Gabriel García Márquez

 

Con ojos melancólicos, húmedos y entristecidos miramos al pasado, recordamos que aún niños y en la vía a Los Teques a visitar a nuestro hermano Fidias Elías interno en el Liceo San José y al cual llevábamos compañía, cariño y muy especialmente comestibles, pasábamos frente al Majestuoso Samán de Güere o Árbol de Humboldt, ícono de nuestra venezolanidad y testigo presencial de glorias, adoraciones, desmanes, sueños rotos y promesas incumplidas y aún, de abandono culposo… El milenario árbol que fuera de unos 180 m de circunferencia en su punto más ancho, transformado en Monumento Nacional desde 1933, estaba ubicado en la parroquia Samán de Güere, municipio Mariño, justo en la avenida Intercomunal Santiago Mariño, en la zona central del país, a 99 kilómetros de Caracas.

Hoy su tronco funerario permanece como ejemplo del inveterado desafecto y desidia al lado de una infografía de Chávez, cuando su sueño era liberar nuevamente al país, pero los sueños sólo sueños son, especialmente cuando no son genuinos, cuando son engañosos delirios… El oprimido se transforma en un opresor que dador de lo ajeno elabora nuevas cadenas de represión, elecciones sucias e impopulares, tierras arrasadas y amor por la nueva oligarquía del poder que ellos encabezan ahora…

Las amarillas páginas de la historia muestran cuán embelesado se hallaba el espíritu del Barón Alejandro von Humboldt (1769-1859) por el espectáculo del colosal Samán de Güere, donde Simón Bolívar acampó su ejército. Ya anciano y un año antes de morir, recibió en 1858 del fotógrafo Pablo de Rosti un álbum de fotografías donde se encontraba una vista del árbol. La impresión del hermoso recuerdo de su juventud, le hizo decir, ¨Ved lo que es de mí hoy; y él, ese hermoso árbol está lo mismo que lo vi, ahora sesenta años después: ninguna de sus grandes ramas se ha doblado; está exactamente tal como lo contemplé con Bompland, cuando jóvenes, fuertes y llenos de alegría, el primer impulso de nuestro entusiasmo juvenil embellecía nuestros estudios más serios¨

En el año 1492 la tribu local de los arawacos ya era prospera, todos vivan en torno a su Dios «El Samán de Güere» el cual estaba rodeado con 13 piedras esféricas y achatadas que no invadían la sombra del follaje y estaban en perfecta ubicación circular, detrás de cada piedra a su vez estaba sembrada un chaguaramo (Roystonea venezuelana) que los pobladores llamaban (araugua / arawuac / arawuak). El Samán de Güere, paso obligado de cientos de aragüeños y de quiénes llegan a estas tierras desde Los Llanos, simbolizaba al Dios Chamán encarnado. Fue el árbol sagrado por los indios arawacos y exactamente en torno a él se consumó uno de los genocidios más horrendos de una etnia indígena por los invasores españoles. Para los años 1524/1526 cuando llegaron en su afán conquistador de apoderarse de las nuevas tierras, los atacaron atando a cientos de hombres, mujeres y niños en torno al tronco de este majestuoso árbol.

La fábula cuenta que había una indígena llamada Hirimay que debajo del Samán entraba en suave trance y con voz profética contaba historias a los niños: «Cuando ya no estemos con vida en esta tierra todavía vivirá nuestro Dios, aunque con el tiempo caerá por el olvido de los nuevos hombres, algunas manos de gente buena le levantarán, él quedará en el alma de todo de quien le conozca; nuestro dios árbol, el Samán de Güere, nunca morirá…» ¡Que tristeza…! Ya sus hojas dormilonas doblemente compuestas, con hojuelas lustrosas en forma de diamante, no cerrarán al atardecer ni cuando el tiempo esté muy nublado…

Pero el paso del tiempo borra palabras e intenciones y transforma propósitos especialmente cuando no son genuinos, cuando no son guiados por el amor sincero sino por el odio revanchista sempiterno que inauguró Caín al matar a su hermano Abel… En 1982 y bajo su sombra, Hugo Chávez, Felipe Acosta Carles, Jesús Urdaneta y Raúl Isaías Baduel hicieron un juramento, que constituyó el acto inicial de la Revolución Bolivariana. Un juramento basado en reconocer a los excluidos y a los pobres que «engrosaban los cinturones de miseria» en el país: ¨ ¡Amores de estudiante flores de un día son, hoy un juramento mañana una traición…!¨ (tango Amores de Estudiante de Alfredo Le Pera y Mario Battistella). Así nació el movimiento llamado «Ejército Bolivariano Revolucionario 200¨ como un instrumento para combatir la corrupción en las Fuerzas Armadas, juramento que se revertió y transformó esa institución en una indigna, entreguista y corrupta corporación de negocios, en un club de criminales… 

De seguidas, las palabras del juramento: «Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor que no daré tranquilidad a mi alma ni descanso a mi brazo hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos. Elección popular, tierras y hombres libres, horror a la oligarquía». Doloroso para los militares que hoy me leen… En el recinto apenas el tronco podrido del samán que mira indiferente, se aprecia como triunfo del desapego sobre la gratitud y a su lado se encuentra una gigantografía de Hugo Chávez, con esa solemne proclama de 1982, que es letra viva para los pocos revolucionarios que aún quedan y tristeza infinita para los restantes, pues la opresión por voluntad de los nuevos poderosos, la elección popular amañada y tramposa y una nueva oligarquía del dinero ha germinado con ímpetu primaveral; en connivencia con el estrato militar, la corrupción traída de la mano de muchos de ellos ha conducido a la ruina de los pobladores de MI país, y si es que ayer hubo el sincero deseo de un cambio en el estado de cosas, el odio y la miseria humanas se impusieron sobre el amor y hoy somos un pueblo en ruinas… Con don Francisco de Quevedo (1580-1645) podríamos también decir, ¨Poderoso caballero es don Dinero¨.

En MI país desluce la tierra arrasada que la Revolución Bolivariana nos ha dejado y cuando desde el hermano país colombiano se habla de ¨los venezolanos¨ y no del ¨gobierno venezolano¨, como debería ser, se comete una gran injusticia con la mayoría de aquellos que presenciamos asqueados el infame espectáculo. Muchos venezolanos tenemos vínculos fraternos con colombianos: mi relación profesional y profesoral me ha llevado en tres decenios muchas veces a su tierra donde he recibido afecto y agradecimiento de los numerosos alumnos que he dejado allá, y por aquellos otros que he formado en el Hospital Vargas de Caracas como excelentes neurooftalmólogos que a su vez hoy, forman a otros en universidades y centros hospitalarios de la región; he recibido el afecto y la consideración de sus médicos, fui designado Miembro Correspondiente Extranjero de la Academia de Medicina de Colombia y me enorgullezco de serlo, y siento mucho dolor al presenciar el éxodo forzado e inhumano de miles de hermanos a quienes Chávez atrajo con melifluo engaño y ceduló para lograr sus votos, y hoy, como si fueran bagazos les espantan como a la peste, dejando familias fracturadas, niños abandonados, almas anhelantes, dolor innecesario, incomprensible destrucción de hogares y ese sabor de odio y resentimiento tan propio del comunismo cubano que Chávez y Maduro hicieron propio…

Entre tanto los presos políticos detenidos injustamente, acusados con mentiras y sometidos a juicios amañados y cobardes, permanecen en sus celdas sacrificando sus vidas por nosotros que indolentes, miramos de reojo…

Nada les importa con tal de permanecer en el poder, ni una lágrima ni un arrepentimiento porque las ratas, que yo sepa, no lloran ni cuando se muerden entre ellas…

Los tristemente célebres del Foro de Sao Paulo, estructurado por el comunismo internacional, con el madrinazgo de Cuba y con el dinero de los venezolanos, han hecho un daño inconmensurable a toda la América Hispana y muy en especial a Venezuela, donde gente de mal vivir, traidores a sus habitantes han llevado al país a niveles de sufrimiento difícilmente imaginables…

Pero la justicia ha tardado, pero llegará en su momento y dará a cada quien lo que merece…

 

Elogio de las rosas rojas: Todas para una, y de cada uno de ellos, todas para ella…

Elogio de las rosas rojas: Todas para una, y de cada uno de ellos, todas para ella…

El simbolismo de las rosas rojas es la alegoría de la pasión; una flor roja no se ofrece a cualquier mujer sino a la dama de nuestros sueños, aquella que amamos y queremos conquistar. Aunque existen diversas versiones míticas, luce grandiosa la del sacerdote romano Valentín. Se asegura que el emperador Claudio II, había prohibido casarse a los jóvenes guerreros, convencido de que al no tener vínculos familiares, se alistarían en su ejército con mayor facilidad y no teniendo un amor que perder, se aprestarían fieros a la lucha.

Sin embargo, San Valentín, ferviente devoto del amor y el matrimonio, celebraba en secreto matrimonios para las jóvenes parejas que acudían a él. Cuando el emperador se enteró del desacato, como san Valentín gozaba de gran prestigio en Roma, lo llamo a palacio y lo puso entre rejas; el ejército y el gobernador lo persuadieron de condenarlo a muerte. El oficial Asterius, encargado de hacer efectiva la orden quiso ridiculizarle pidiéndole que devolviese la visión a Julia, una hija suya ciega de nacimiento.

Guiado por la mano de Dios y en nombre del Señor, la vista le fue devuelta. El milagro conmovió sobremanera a Asterius quien con su familia se convirtió al cristianismo. No obstante, Valentín continuó preso y el emperador ordenó su martirio y ejecución el 14 de febrero del año 270. Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba, y desde entonces el almendro se constituyó en símbolo de amor y amistad duraderos. Otra versión reza que mientras esperaba se hiciera efectiva su sentencia, Valentín se enamoró de la hija del carcelero a la que antes de morir declaró su amor con una nota y una rosa roja.

En 1382, el escritor inglés, Geoffrey Chaucer (1368-1426), escribió un poema titulado, ¨El parlamento de los pájaros¨ en el que menciona por primera vez al Día de San Valentín como un día de festejo para los enamorados. Desde entonces el amor verdadero está encarnado en su nombre y en esta bella flor.

Graciela mi esposa ha sido el amor de mi vida. A decir verdad, no sé cómo la encontré, o mejor dicho, no sé cómo nos encontramos el uno al otro… No es fácil encontrar reunidos en una mujer tantas virtudes y escasos vicios –el afán por la limpieza-. Tiene extraordinario sentido del humor, es amorosa, complaciente, amigable, muy bondadosa, diligente e ilumina los ambientes donde llega inundándolos con su esplendente aura. Cocina delicioso y tiene oído musical para el baile, así que hacemos una compenetrada pareja. Tengo la firme sospecha de que nos habíamos conocido en otra vida…

Había picoteado en muchas flores pero su néctar no me había agradado del todo y a poco de la degustación, me había aburrido. Fui a un Congreso Nacional de Urología en Valencia en 1964 –¿urología  conmigo?-. Pues bien, llamémoslo un accidente feliz… Había ido a presentar un trabajo sobre un nuevo procedimiento para la evaluación de muestras de orina, ¨El recuento minutado¨ o cálculo del débito-minuto, donde se hace un recuento de los elementos celulares contenidos en una muestra de orina centrifugada. No me pertenecía, me lo había encomendado el doctor Gastón Vargas quien estaba impedido de asistir, y quien a su vez, lo había aprendido en París en la escuela nefrológica del Profesor Jean Hamburger (1909-1992). Fue mi primera presentación ante un público médico, para más, desconocido y acerca de una materia aún más ignorada pero que para la presentación había puesto especial empeño; estaba muy nervioso y una frialdad ártica me arropaba. Como siempre me ha ocurrido, la calidad de mi presentación superó a la ansiedad premonitoria… Por fortuna, no hubo preguntas de la audiencia…

El presidente del Congreso, el doctor Luís Fernando Wadskier (1921-1973) respetado y afamado urólogo de la región–por cierto muy amigo de la familia de Graciela-, invitó a un grupo de los asistentes a una reunión en su casa de habitación. Estaba yo acompañado del doctor Oswaldo Pérez Arvelo, entonces urólogo en ciernes, hoy afamado y muy competente especialista. Inmediatamente que hicimos acto de presencia fuimos prácticamente secuestrados por un par de viejorras de conversación muy aburrida y que versaba sobre hechizos, exorcismos y trabajos de magia negra y no sabíamos cómo salir del tercio de muerte, ese lugar donde se da la faena de muleta del torero…

Graciela Wadskier, esposa del presidente, mujer muy linda, simpática y extraordinaria anfitriona se movía de mesa en mesa procurando que todos los invitados se sintieran agradados, y viéndonos en tan ingrata compañía y en tan calamitosa situación, ejecutivamente, nos levantó de la mesa para presentarnos a unas jóvenes asistentes; entre ellas estaba Graciela Facchin Barreto. Bailamos y conversamos un rato y no pasó nada más.

Algunos días más tarde, en un viaje a Valencia indagué su dirección y teléfono a través de mi hermana Josefina; la llamé y un fin de semana fui a visitarla. Mis visitas semanales se hicieron continuadas y siempre le llevaba un ramo de rosas rojas. Recuerda ella que una vez llegó su abuelita materna, ¨Misia Magala¨ -por Magdalena Arocha de Barreto– y vio las flores dispuestas en el suelo del porche -había llegado muy temprano de Caracas y antes de ir a mi casa las había dejado allí como sorpresa-, le dijo:

 -¡Ay mija… esas flores significan amor ardiente!

Luego en un baile en el Círculo Militar de Maracay le declaré mi amor y 53 años después permanecemos juntos… Y así ha sido… Le llevaba una vez por semana, los días viernes, 36 rosas rojas. Una docena por cada hermoso hijo que me dio: Todas para una, y de cada uno de ellos, todas para ella, era el lema…

Dios nos dio tres buenos hijos a quienes educamos bajo normas estrictas, aunque nunca tan severas como en el hogar de mis padres. Estamos muy orgullosos de ellos; todos han sido honestos, estudiosos, responsables y excelentes ciudadanos y profesionales, y a su vez nos han dado 6 hermosos nietos…

Pero los tiempos han cambiado, ¡y cómo han cambiado! Cada semana el florista portugués curiosamente llamado José, comenzó a subir el precio hasta que se me hizo imposible hacerle a Graciela mi homenaje semanal…

Ella dice que no le importa, que el «portu» José me estaba vendiendo flores refrigeradas y viejas que duraban muy poco, así que el martes 14 de febrero pasado a las 5.00 am le subí su cafecito habitual de la mañana adornada con sendas azáleas como tributo de admiración y amor…

 

 

 

Elogio de una larga mesa…

Elogio de una larga mesa…

Miro las fotos de los dos Flores, dos jóvenes de simpático rostro, y créanme que siento pena por ellos; capturados en Haití y catapultados de inmediato a Nueva York donde ya han sido imputados por narcotráfico… Vidas destrozadas, prisión perpetua… Creídos inmunes pues el dinero casi todo lo compraba, que se pavoneaban entre jefes de carteles, paseaban sus fortunas mal habidas en aviones y yates privados, y la vida fácil se les mostraba reilona en sus propiedades del vituperado Imperio, de las islas del Caribe, en casas de juego, en viajes a todo dar y güisqui fino Johnny Walker Blue Label. ¿Cómo amasar una fortuna inimaginable sin sudor de sus frentes y ser felices…?

Se creyeron que podían burlar el destino especialmente cuando esa droga iría a parar a las narices de otros jóvenes a quienes arruinarían también sus vidas… Seguramente que no hubo un consejo oportuno porque la vida no es tan fácil ni risueña como se la pintaron o creyeron ver en casa de sus padres. Poderosos, ricos, influyentes, guapos y apoyaos, cerquitos del poder, cáscaras vacuas de principios y llenas de rencor, envidia, de malos procederes y maldad… Ahora están cogidos como el pájaro en la pega que mientras más pugna por liberarse, más se prende de ella.

En mi hogar, tuvimos un maestro que nos enseñó con su vida frugal y sencilla, con su trabajo continuado e infatigable, con su diáfana palabra a la que nunca faltó. A la hora del almuerzo los 9 hermanos sentados en derredor de la larga y pesada mesa, la presencia amorosa de mi madre de aquí pa´llá y de allá pa´ca, pendiente de todo, era presidida por mi padre quien dictaba cátedra de valores, de compromiso, de responsabilidad, de credibilidad, de honestidad, de trabajo sin pausa, de ahorro, de buenos modales: esa era su función de páter familia. Las raciones suficientes, pero nada debía quedar en el plato. Lo que botáramos otros lo necesitaban. Los codos no cabían sobre la mesa. Una mirada de desaprobación nos hacía bajarlos de inmediato. No se hablaba en voz alta, ni con la boca llena y cada quien lo hacía a su tiempo; las palabras vulgares estaban proscritas: nunca le escuchamos decir una… Todos atendíamos con atenta admiración y reverencia sus lecciones de vida, sus lecciones de amor que a diario y a raudales nos impartía y nos afianzaba con el ejemplo. Nada en exceso, conócete a ti mismo, procura dar más que recibir, parecía decirnos…

Mi padre vino al país desde la tierra milenaria de los grandes cedros sin un centavo en el bolsillo; sin embargo, traía un bagaje de cinco mil años de ventaja en el arte del comercio, ese legado de antiguos fenicios, arrojados hombres de mar, insuperables en el arte del comercio y el regateo, y en razón de ello, pronto eclipsaban a los nativos. El trabajo sin sosiego da réditos y tranquilidad en el alma… No era jugador ni apostaba al azar como muchos de sus paisanos, tampoco los criticaba; sabía que el diario trajinar y los desvelos remuneraban; no bebía ni fumaba, se ejercitaba a diario y su vida era espejo de su ciudadanía. Ayudaba a quienes se acercaban a su vera, todos sus sobrinos libaneses supieron de ello, primero pagó sus estudios en la tierra milenaria, luego trabajaban con él, les enseñaba, luego les buscaba el crédito que su figura fácil procuraba y les dejaba volar con propias alas; pero también, dio a muchos venezolanos a quienes no sabía decir que no cuando conocía que pasaban un momento difícil… Aquel hombre, era hombre de una sola costura, hacía negocios colocando de por medio su palabra empeñada y nunca le vimos defraudarla. Ya adultos, cada uno lo hizo con sus hijos e inclusive con sus alumnos…

¿Qué pasó con los jóvenes Flores…? Seguramente otro fue el discurso oído en casa. Tal vez fueron atiborrados de mensajes abiertos o subliminales de ¨viveza criolla¨, hedonismo, nepotismo retador sin un juez que hiciera cumplir la constitución pues ¨yo hago lo que me da la gana¨; lecciones de comportamiento fraudulento, de oportunismo y de traiciones y zancadillas, de sacar provecho de la amistad, de escuchar palabras gruesas, denuestos, maldiciones e insultos. Ahora detenidos por narcotráfico, pende sobre ellos como una espada de Damocles una pena de cadena perpetua, pero bien sabemos que son chivos expiatorios de todo un andamiaje de miserias y tropelías enseñadas desde el hogar disfuncional. Ni sus parientes cercanos abren la boca para defenderlos, ni para reconocer que parte de lo que ellos son, en buena parte fueron por ellos enseñado. Los verdaderos responsables con sus pasaportes diplomáticos degradados muestran la fea cara de la perversidad, y se hunden cada vez más en el contenido fecal de los excusados de hoyo en que han transformados sus vidas. Por eso es que prolifera la maldad, porque no hay ni un padre bueno a la cabecera de la mesa, ni una madre buena, abnegada y sabedora de sus deberes y derechos.

A pesar de la holgura económica que se inició con la década cincuenta, fruto del trabajo honesto, nuestra educación fue muy estricta, exigente y vivíamos sin ningún exceso. Estaría yo en quinto grado de primaria en el Colegio La Salle de Valencia cuando durante de un recreo fui llamado a la Dirección; como un relámpago en un cielo azul, un escalofrío recorrió mi cuerpo desde la cabeza bajando por la espina dorsal. ¿Qué habré hecho yo…? –me preguntaba, pues esas llamadas nunca presagiaban nada bueno-. Con cara severa que anunciaba borrasca me recibió el Hermano Heraclio León, el director, a quien por supuesto, me acerqué muy temeroso y tremulante. Introdujo su mano en aquel profundo bolsillo lateral de su hábito que parecía llegar al piso y sacó un papel doblado en 4 partes. Lo abrió, me lo mostró y me preguntó si era mío. Al verlo asentí que efectivamente era de mi propiedad. Me lo devolvió diciéndome,

-¨¡Caramba Muci, su casa es un cuartel…!

El papel en cuestión –uno ¨personalizado¨ para cada hermano-, no era otra cosa que una distribución, por horas, de lo que debía hacer durante el día, desde el despertar a las 6.00 A.M. cuando mi padre pasaba revista a una cajita cuadrada donde cada uno tenía cepillo y pasta dental, un peine, un jabón y Moroline® o petrolato como fijador del cabello, pasando por la estipulación de la hora de las tres comidas y las de estudiar, jugar y dormir. Al final, debía ser firmado con la sentencia previa de que su incumplimiento acarrearía la pérdida de la mesada semanal –entonces ¨real y medio y cuartillo¨ o Bs. 0.75- para asistir los sábados a la matinée del Teatro Imperio.

Un querido amigo de la infancia y colega, el doctor  Enrique Mandry Llanos, a quien mi padre distinguía por sus cualidades morales, me contaba que cuando compró su casa, invitó a mi papá para que le diera su opinión sobre la compra. Así lo hizo don José. Subió los 13 peldaños que conducían al lobby y alabó su adquisición, sintiéndose muy feliz de que con su presencia le daba un espaldarazo al amigo. Entre otras conversaciones, aquél le comentó acerca de alguien conocido por ambos. Mi padre le dijo ¨ese es un mal hombre¨; sí, es un ¨hombre malo¨ le espetó mi amigo.

-¨No mijo, le dije que es un ¨mal hombre¨, no un ¨hombre malo¨.

-¨Era aquel señor, el encargado de la sucursal de una firma comercial en Puerto Cabello a quien yo visitaba periódicamente. Una vez le dije que, con toda la experiencia adquirida en tantos años, por qué no se abría por su cuenta, fundaba su propio negocio y se independizaba¨.

Por respuesta me dijo,

Yo no soy tan rico como usted don José, por tanto, no tengo capital suficiente para independizarme¨.

Mi padre le inquirió, -¨Y, ¿de cuánto dinero estamos hablando?¨

-¨Bueno… unos diez mil bolívares…¨ -contestó el otro-

-¨Bien –replicó mi padre-, vamos a hacer lo siguiente, yo se los presto, usted inicia su negocio y me paga después…¨.

-¨No don José, yo no puedo aceptarlo pues no sé si podría pagárselo¨.

–¨No tiene por qué preocuparse pues no tiene que hacerlo ahora, sólo págueme cuando sea millonario¨. Mi padre duplicó el monto del dinero y le firmó un cheque por veinte mil bolívares.

El sujeto no fundó un nuevo negocio, no pensó en su familia y se gastó el dinero en francachelas, mujeres y apostando a la baraja. Hizo circular la especie de que se había ganado la lotería. Siempre se escondía para no ver a mi papá. Mi padre nunca se lo reclamó, pero por eso decía que era un ¨mal hombre¨, moralmente contrahecho.

Aplicado a la situación actual apreciamos como el mal ejemplo, la ausencia de un padre y una madre que entienda, discuta y apuntale el consenso familiar, es causa de los males de mi país. Un agresivo discurso de desunión, la división de los hijos entre buenos y malos, la ausencia de compromiso, el venderse como ramera, el amorío por figuras paternas distorsionadas como Fidel porque nunca fueron introyectadas a temprana infancia la imagen de verdaderos padres, amorosos y responsables, buenos y honestos, nos ha llevado a ser un ¨estado fallido¨, ese donde se ha perdido el control físico del territorio ahora regentado por la ¨bota insolente¨ de otro (s) país(es), y el empleo del uso legítimo de la fuerza –ahora, en connivencia con los gobernantes, en manos de ministros pranesas, pranes, y criminales-, la merma de la autoridad para la toma de decisiones colectivas, la incapacidad para proveer servicios públicos razonables y la incapacidad para interactuar con otros estados como miembro pleno de la comunidad internacional. Por eso, ni el comunismo ni su hijo el chavismo pueden proseguir, no tienen vida, porque están cimentados en la envidia, el egoísmo, en el odio de clases, en el reino de los peores, en su infinita incapacidad, indiferencia y rapacería…

  • Se abre la puerta del ascensor y entro en él; está medio iluminado; sólo un bombillo de mortecina luz…, mejor es penumbra que oscuridad total, aquello se parece a La Habana de los Castro, esa que conocí y anticipé que nos vendría; sería cuestión de tiempo. Doy las buenas tardes; un pipiolito, muy circunspecto él, con voz atiplada es el primero en responderme correctamente y con una sonrisa; facies cetrina con ojeras profundas y apizarradas, calvicie adquirida donde solo sobreviven mechones de cabello ralo dispuestos a caerse, una vía venosa periférica pendiente del pliegue del codo… Cáncer infantil, me digo para mí mismo, se me encoge el alma; admiro a los oncólogos infantiles… Sin conocerme, su padre se dirige a mí diciéndome:

-¨Tiene 7 años…, una leucemia linfoblástica aguda… -dice con la propiedad del que sabe por experiencia lo que es, como que le ha hecho añicos, partido el corazón-. El médico oncólogo cuando inició el tratamiento me dijo que era curable si se seguía estrictamente un protocolo de quimioterapia. Estoy solo con él. Mi esposa murió baleada por un delincuente al que no quiso entregar su cartera. Ahora resulta que hay que interrumpir el protocolo, no existe la medicación, y ni en la farmacia de medicinas de alto costo del seguro social me dicen cuándo llegaran. Que siga viniendo… Saben de memoria la mentira… Alimentarán la esperanza solo para burlarnos… No hay divisas para cancelar los laboratorios transnacionales que las fabrican. He ido en forma reiterada, sólo para siempre oír el mismo canto, la misma negativa: ¡La semana que viene…!, ¡La semana que viene…!  Y no viene…

-¨Es que no hay justicia señor; estamos él y yo solitos; solos y desamparados, pero los concejales del Partido Socialista Unido de Venezuela aprobaron un crédito adicional por Bs 215.913.491,30 para que el señor alcalde Jorge Rodríguez organice nuevamente el evento musical ¨Suena Caracas 2015¨. ¿Cómo que no hay dinero? La Familia Real y su séquito en dos o tres aviones viajan por todo el planeta como grandes ricachones, él hablando pendejadas en mal español, y lo peor, con los reales del pueblo… ¿Cómo pueden ser tan malucos e indiferentes a los dramas que a diario vive el pueblo…?¨.

Muchas más largas mesas se necesitan en muchos hogares venezolanos de dirigentes y burócratas; la manzana podrida que es el régimen y sus cooperantes ha gangrenado a las otras, esas que somos o fuimos gente decente. Ya todos mal hablamos, maldecimos, nombramos sus madres, les deseamos que sus muertes ocurran en medio de indecibles dolores, nos desesperamos, pero no hacemos nada, nos invade el miedo y la cobardía… Nos vamos dejando todo atrás… Algunos de nuestros alumnos –de nuestros queridos alumnos- se han aliado a los cubanos que nos invaden y apuntalan esa forma de enfermiza de enseñar medicina, contribuyen al engaño: ellos bien saben que esos árboles torcidos nunca enderezarán sus ramas. ¡Cuánto dolor el que sentimos, especialmente cuando dicen que somos sus maestros…!

Estoy cansado, estoy drenado y agotado, ha sido el epílogo de un día de retos diagnósticos y terapéuticos, ojalá funcionen los placebos, mi empatía, mi consuelo y mi compañía, pues no tengo nada más que ofrecer a mis pacientes; trato de conciliar el sueño, la carita del niño se me aparece anhelante en la penumbra cada vez que cambio de posición, ¨¿Por qué ha de morir si el doctor dijo…?¨,  me sigue preguntando el padre… no dejo dormir a mi esposa quien me dice que parezco una gallina clueca; cuántos médicos inermes como yo anhelamos un cambio de gobierno, un giro de 180 grados; cómo anhelamos que Maduro y la llaga de secreción saniosa y fétida que él representa se vayan; cuánta esperanza puesta en el 6 de diciembre para ver si es que el pueblo venezolano deja de sufrir en forma masoquista, se planta de una vez por todas y les grita ¡fuera!

Agradezco sus comentarios en mi página…