Los hákers son reales; los monstruos también; viven dentro de nosotros y algunas veces… ganan
Este artículo expresa mi silencio de casi un mes… Doy excusas a mis lectores por no haber podido cumplir con mi dedicación a la democracia y la libertad…
Si querían hacerme daño, sí que lo hicieron; con lo que no cuentan es que soy tozudo, decidido, trabajador convencido, terco y que cada vez que caigo me levanto con más fuerza y más convicción. Mi blog en la red fue hakeado, lo destruyeron casi que completamente; apenas quedaron unos pocos artículos: tres años y medio de esfuerzo continuado trabajando con ahínco, escribiendo y acumulando información médica gratuita para mis alumnos, médicos de posgrado y personas interesadas, producto de mis investigaciones y creaciones en el tiempo para facilitar su aprendizaje.
Pero antes de completar su destrucción, cambiaron algunos textos en lo previamente escrito, colocaron palabras crudas e inconvenientes, aunque no mentirosas ni insultantes. Ello me valió una citación a un colegio de médicos a la que no asistí, pues en la convocatoria ya me habían juzgado, encontrado culpable y enviado a la picota sin haber indagado si realmente había sido yo, ciertamente, quien había escrito lo allí asentado. ¿Es posible que la seriedad de una institución médica colegiada se base en ¨supuestos¨, o debería verificarse previamente la identidad de un escrito antes de lanzar una acusación temeraria? Los que me conocen desde sus tiempos de estudiantes e inclusive me premiaron desde la misma institución que hoy me acusa y han visto mis invariables procederes deberían al menos sentirse avergonzados de su proceder… Me pregunto ¿quién fue el háker…? No necesito saberlo, imagino que la llamada sala situacional no puede tolerar la disidencia y en un país donde no hay ley ni derecho, todo es posible…
Nuestro canario apodado ¨cenizo¨ por su aspecto, durante semanas en que cambiaba su plumaje y estuvo silencioso, ayer amaneció cantando a gañote tendido, con gorgoritos novedosos que nunca antes le había escuchado, simbología y evidencia de que la vida sigue, cambia, nos transforma y la transformamos, y los tropiezos que enseñan quedan atrás… Vendrán otros escollos que serán enfrentados en la misma forma, con fe, decisión y coraje y espíritu de aprendizaje…
El término háker nace en la segunda mitad del siglo XX y su origen está ligado con los clubs y laboratorios del Massachussets Institute of Technology (MIT), pero aunque su origen es difícil de discernir, existe otra versión, la opinión mayoritaria es que viene de quienes reparaban los teléfonos en la década de los años 60 y 70. Estos aplicaban unos pequeños golpes al terminal conocidos por los norteamericanos como hacks, y de ahí el mote como significado de quien realiza hacks.
El Diccionario de la lengua Española de la RAE, en su segunda acepción, establece, que es una «persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora»; comúnmente, el término es asociado a todo aquel experto informático que utiliza sus conocimientos técnicos para superar un problema, normalmente asociado a la seguridad y desafortunadamente, su conocimiento puede ser utilizado por algún agente en beneficio del mal, en connivencia con el lado oscuro de su luna para destruir y hacer daño. Se ha propuesto la posibilidad de usar dos términos adaptados al español como háker (pronunciado como hache aspirada, no como jota) y cráker, siguiendo los criterios de la Ortografía de la lengua española; se recomienda diferenciar claramente entre háker y cráker (cráker=destruir), ya que, si bien ambos son expertos en colarse subrepticiamente en sistemas cibernéticos, el segundo, el mejor denominado ciberdelincuente o pirata informático, lo hace con propósitos inconfesables, a menudo ilícitos, tal cual mi caso. Donn Parker los denomina «violadores electrónicos» y August Bequai los describe como «vándalos electrónicos». Ambos, aunque aseveran que las actividades de los hákers son ilegales, eluden hábilmente llamarlos «criminales informáticos». El primero de los 10 mandamientos del Hacker dice, I. «Nunca destroces nada intencionalmente en la computadora que estés crackeando…».
Se han creado nuevos métodos de ataque cibernético que han sido automatizados, por lo que en muchos casos sólo se necesita conocimiento técnico básico para realizarlos. El aprendiz de intruso tiene hoy día acceso a variados programas y scripts de numerosos «hacker» bulletin boards y web sites, donde además encuentra todas las instrucciones para ejecutar ataques con las herramientas disponibles. Ya he tomado mis precauciones y veremos si son suficientes, pero no me rendiré…
La maldad campea y cuando no se tiene un temperamento malvado, es difícil comprender a estos sujetos; perder su tiempo vital -que no es mucho-, que bien podrían utilizar para sublimarse y ser mejores, para causar estropicios, poner hermanos venezolanos unos contra otros y hasta mal enquistar miembros apreciados de la sociedad y de la medicina. Se me ocurre que son como aquellos que en su infancia se robaban los nidos de los pájaros o destruían sus huevos con el sólo propósito de hacer daño y sentirse importantes cuando solo eran triste despojo humano.