Elogio de los millones, de los $ 2.800…, y el tonto de capirote

 

«Los pueblos, cuando llega el momento en que sienten la necesidad de

liberarse, son tan fuertes como Dios».

Bolívar

-I-

¿Qué hace que unos jóvenes encapuchados, con frágiles cascos o sin ellos, se enfrenten con improvisados escudos de cartón-piedra, algunos con mascarillas antigases de mala muerte otros con un simple trapo, a un grupo de guardias nacionales con atuendo de guerra y armas mortíferas?, ¿Qué mueve a un militar venezolano a asomar y apuntar fuera de la reja del aeropuerto de La Carlota un arma para disparar casi a quema ropa contra unos jóvenes indefensos?, ¿Qué grado de odio les han inducido sus superiores, oficiales venezolanos, cubanos o iraníes, para que disparen a sus connacionales, o es que NO son venezolanos sino soldados cubanos? Leer más

Elogio del rubicón…

 

«La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo,

antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada».

(José Martí, 1853-1895)

El mal aire -aquel que se adquiere cuando «las personas caminan por lugares pesados donde hay maldad»-, se mezcla con la acritud del gas lacrimógeno, el sudor rabioso de los manifestantes y las miasmas que nos rodean, fantasmas del más inicuo pasado de la historia que han tomado forma y airados reclaman sus querencias…

Ha sido el nuestro, el  enfrentamiento brutal entre las tendencias antagónicas que yacen en lo más abismal de nuestro ser, tales son las dos caras de la luna: el amor y el odio, Eros y Tánatos, la maldad y la virtud, el armado investido de autoridad y el inerme que pide democracia… Dejan estos 90 jóvenes asesinados a mansalva en casi 100 días de protestas continuas, una dolorosa estela de orfandad, de oscura experiencia donde imberbes de todos los estratos sociales –tus hijos, los míos; tus nietos, los míos- luchan contra otros jóvenes armados e inflamados de odio y maldad infinitas por el verbo y la acción de cubanos entrenados para sacar lo peor de los seres humanos, incitándoles a matar al hermano que no piense igual, en una escalada que no se detiene en la búsqueda de la flama de la libertad, pues una vez que estamos, vivimos y sentimos en la barbarie, hemos de mirar hacia la creación de una sociedad más justa, hacia la convivencia pacífica, a la bondad natural de la vida.Leer más

Elogio de la incredulidad… Milagros de hospitales…


Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego

Proverbio árabe

 

Narrar lo vivido es vivir de nuevo y revivir el tiempo pasado… Estoy tan agradecido con la vida y de mi escogencia de la práctica de la medicina como una forma de vivir, entre otras cosas porque ser médico nos sumerge en un inacabable mundo de perplejidad, maravillas… y milagros. Milagro tiene su etimología del latín miraculum (hecho admirable), palabra derivada de mirari o asombrarse. Los milagros son para quienes los necesitan… Un milagro es la expresión tangible de Dios en momentos en que nos abruma la existencia y la angustia nos castiga. Un milagro es en sí, un hecho sobrenatural en el cual se manifiesta el amor de Dios y su presencia diaria a nuestro lado, pero la única verdad es que la Fe no necesita de milagros. Según la religión católica, el que cree no necesita ver. En Europa, cuando han ocurrido acontecimientos milagrosos, han coincidido con tiempos muy difíciles o períodos de depresión económica. En Latinoamérica se conocen informes de apariciones de la Virgen María y estatuas que lloran… Tales eventos parecen indicar entre los católicos, en quienes se ha desarrollado una subcultura deseosa de presenciar milagros y efectos de la intervención divina en el mundo, que se está en presencia de uno de ellos…Leer más

De mis crespos a mis barbas….

De mis crespos a mis barbas…

Mirando al niño de cara angelical sesenta años después… Tarjeta de Bautizo, y del estudio de José Yevara en 1941 al púlpito de Santo Tomás del Paraninfo del Palacio de las Academias en 2001, en ocasión de mi recepción como Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela.Leer más