Año 2, No 87 Caracas, domingo 30 de mayo de 2016
Le llamará la atención el título de mi artículo, y me excuso, pues realmente está incompleto; se refiere al Caballero de la Triste Figura, Alonso Quijano, Don Quijote de la Mancha, «Le he estado mirando un rato a la luz de aquella hacha […] y verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que jamás he visto, y débelo de haber causado, o ya el cansancio desde combate, o ya la falta de muelas y dientes.»
Don Quijote de la Mancha ya estaba viejo, deslucía un aspecto débil y se encontraba muy flaco, lejos de la imagen de caballero de los tiempos de oro que tenía idealizado, los viajes y las «batallas» lo tenían cansado y estaba próximo a la muerte… Pero déjenme decirles que Don Quijote, aunque enloquecido, era un hombre de bien a quien no le gustaba el mundo así como era y lo quiere mejorar. Quiere hacer buenas acciones para otras personas. En particular, su propósito era luchar contra las injusticias sociales, y él trata de encontrar soluciones a los problemas; don Quijote es pues un héroe porque él hace acciones nobles. Veamos más, era un amante de la libertad, y así en el Capítulo LXIII, que trata de cómo menudearon sobre don Quijote aventuras tantas, que no se daban vagar unas a otras, le dice a Sancho, ¨La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres…¨.
Su triste figura era realmente un vestido que encubría la gran nobleza de su espíritu; su caballo Rocinante de tan esmirriado porte, hacía la combinación perfecta con quien hace el bien sin mirar a quien; siempre con la mirada fija en su dama Dulcinea, hecha al dedo como la tradición imponía de que todo noble caballero tuviera una dama en su corazón a quien dedicarle sus victorias; mujer imaginaria y perfecta nacida de las lecturas y obsesiones del protagonista, corporeizada en otros personajes e inspirada en la campesina Aldonza Lorenzo, encarnación de «la Belleza y la Virtud» a la cual servía con devoto amor. ¿Caballeros como éste en una era de la historia tan triste y materialista?
Y es que en el carrusel de la historia otros tiempos vienen a ocupar estos momentos peores, tenidos como mejores. El egoísmo a ultranza y el provecho propio es uno de los signos de la Venezuela de hoy, no importa cuántas personas perjudiques, o cuántos indirectamente mueran por tu causa… La mentira, el robo, la prevaricación, la piedad inventada y la traición estarán siempre a la mano y en el proceder de figuras públicas de gran coturno, trayendo a la mente el retruécano de Ugo Fóscolo (1778-1827), famoso escritor, patriota y poeta italiano autor de este famoso verso,
En tiempos de las bárbaras naciones,
colgaban de las cruces los ladrones.
Mas ahora en el Siglo de las Luces,
del pecho del ladrón cuelgan las cruces
Es triste hacer comparaciones. Pero hagámoslo de soslayo con los malvados que nos gobiernan y que nos obligan a luchar hasta el punto de la más completa extenuación física, moral, espiritual y económica. La Venezuela actual es el compendio de todos los males apocalípticos, donde la falta de escrúpulos para mentir, ocultar y robar ocupa toda la escena y donde el genocidio premeditado impera sin pizca de sonrojo o remordimiento. Por otra parte, nosotros, el 90% de la población que sufrimos y esperamos, somos manipulados por la peor de las pasiones básicas del ser humano: el miedo (Juana de Arco). Hemos sido condenados por unos pocos a permanecer confundidos, a ofrecer poca o ninguna resistencia y damos vuelta en torno a nosotros como el perro que rascarse el rabo quiere.
El «Ilegítimo» y sus secuaces que ahorita mismo hasta parecían hombre y mujeres de bien, inoculados con el vitriolo de la maldad, asesorados por la madre-patria cubana, cada día aprietan más la ignominia, no hay alimentos ni básicos ni refinados, no hay medicinas ni elementales ni complejas, se mueren los niños en medio de inenarrables penurias, las enfermedades venéreas y el sida campean, dolencias emergentes y reemergentes se regodean a voluntad, y el embarazo en adolescentes escandaliza y entristece: vidas perdidas para un expaís indiferente; sobra la delincuencia de cuello blanco y la de medio pelo que con armas les protege segando vidas sin motivo alguno: un genocidio planeado con pasmosa frialdad; las universidades son ahogadas hasta la cianosis por el matapalo de la premeditación y la alevosía gubernamental; el semillero de nuestros jóvenes, nuestros preciados alevines, huyen despavoridos en la búsqueda de nuevos rumbos, que aunque difíciles y tantas veces en tierra agreste les permitirán hacerse de una vida añorando el lar nativo. Jaime Requena y Carlos Caputo han establecido con rigor científico y exactitud, el vergonzoso número de investigadores que han abandonado el país: 1.457; es posible que algunos regresen si los vientos cambian, otros se perderán para siempre y serán aprovechados para beneficio de otras naciones…
Muere esta semana Oliver Sánchez, ¨el niño de la pancarta¨, aquella criatura de 9 años de edad con linfoma de Burkitt esporádico, una forma de linfoma no-Hodgkin de rápido crecimiento que responde positivamente al tratamiento precoz en más de la mitad de los afectados y que en febrero pasado, participó en la Plaza Venezuela en una protesta de para pedir ayuda y conseguir la quimioterapia de la cual su vida dependía. En un día soleado, enmascarado, mostrando la incipiente calvicie de la toxicidad de las drogas y la pigmentación de la quimioterapia, su facies seria y solemne, sostiene una cartulina frente a su pecho donde puede leerse, ¨Quiero curarme, paz y salud¨ y como telón de fondo, mujeres policías en traje de contienda digno de otros más feroces adversarios, riendo y festejando el momento, ganadas por el proceso a la brutalidad, dureza de corazón y a la indiferencia, permanecen ajenas al drama que se despliega ante sus ojos… De paso, Fóscolo concluye que los muertos no mueren mientras permanezcan en la mente de los vivos; así, no debemos olvidar a Oliver, y si los sepulcros tienen un fin, la poesía sin embargo, puede hacer por su intermedio que los muertos vivan…
Son los jefes máximos estos revolucionarios comunistas, los nuevos figurines, los bien alimentados de ¨triste figura¨ que aunque conservan íntegra su bola de Bichat, algún día serán llamados por la justicia y declarados delincuentes sin atenuantes y castigados para que sirvan de escarmiento… Como contraste con El Quijote, los nuevos prohombres de ¨triste figura¨, no quieren mejorar el mundo, ni siquiera su propia tierra, odian el estudio y la excelencia, carecen de nobleza, de rectitud y de clemencia, son dictadorzuelos y no quieren ejercer buenas acciones que les premien ante la historia.
Soy médico en ejercicio; tal vez lo he sido por demasiado tiempo y la iniquidad me ha alcanzado para apreciar cómo mis pacientes privados ya tan carentes como los de mi hospital, deambulan sus miserias entre Locatel y Farmatodo, rasados hacia abajo por la revolución, todos empobrecidos y desesperanzados, famélicos y adoloridos por todos los flancos, muchos esperando el arribo del inmisericorde y acerado filo de la guadaña de la muerte… De una paciente hipertensa con aneurisma cerebral recibo ayer nomás este desgarrador correo:
¨Buenas tardes Dr. Muci, gusto saludarlo, recibo y leo sus correos.
Muchos creen que esto cambiará con un RR, no es así, Ud. lo sabe, yo también.
Estoy preocupada, ya no tomo las medicinas, NO HAY, la depresión está ganando terreno en mí. (He vivido el fallecimiento de un hermano y una hermana en menos de 6 meses – cardíacos).
ESTOY SIEMPRE ASUSTADA… conoce mi situación también (salud, económica, laboral… ahora y desde hace tiempo, se suma la situación país)
El colmo, las medicinas, NO HAY. Comida NO HAY.
Le anexo, sólo para su consumo, la imagen del correo que me hizo llegar el laboratorio de uno de los medicamentos. Es triste, terrible.
