¡No por “natural”…inocente o efectiva!
PARTE VI
En las culturas primitivas, la persona experta en curaciones, a más de médico ejercía simultáneamente roles de sacerdote, profeta y creador de mitos. Siendo posible que sus logros curativos no fueran muy duraderos, al menos, en la mayoría de los casos, podía garantizar al enfermo un alivio temporario.Podemos asumir, sin temor a equivocarnos, que los mejores resultados se obtenían cuando trataba males cuyo origen residía en desórdenes de la psiquis o del comportamiento. El “paciente” de entonces era altamente sugestionable. El hombre moderno, con toda su “racionalidad”, conocimientos y tecnología, independientemente de su poder económico y social… ¡parece igualmente serlo! Hace poco visitó Caracas un “cirujano hindú”, de esos que “operan-sin operar” y le sacan a las gentes un mollejero ensangrentado de no se sabe dónde -de la manga de su camisa, tal vez- sin dejar cicatriz, causando conmoción en las altas esferas sociales, que hechizadas por una magia desbordante que el mismo Franz Anton Mesmer (1734-1815)—el del magnetismo animal—, hubiera envidiado, pagaron con sus verdes billetes con la efigie del General Grant sus “impresionantes” curaciones. Las ceremonias y ritos empleados, incluyendo el famoso aquel de “no cobrar por sus servicios”, parecen beneficiar al propio enfermo, a sus familiares y allegados, y ello explica el por qué, la medicina alternativa puede ofrecer un alivio temporal, inclusive, de condiciones de severo pronóstico vital. Debo decir, sin embargo, que el tiempo perdido por el paciente con enfermedad grave, irrecuperable, es el daño mas importante que pueda infligirse a un semejante…