Me dispongo a honrar a un amigo de una manera inusual y romántica, empleando la letra de la melodía, ¨Con las alas del alma¨ cantada por Julia Zenko, cuyos autores son, Eladia Blázquez y Daniel García, sugiriendo que la escuchen mientras leen este, mi escrito…
Con las alas del alma desplegadas al viento,
desentraño la esencia de mi propia existencia
sin desfallecimiento, y me digo que puedo
como en una constante
y me muero de miedo, pero sigo adelante.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
porque aprecio la vida en su justa medida
al amor lo reinvento, y al vivir cada instante
y al gozar cada intento, sé que alcanzo lo grande,
con las alas del alma desplegadas al viento.
En anticipación de mi propia muerte me dispongo hoy a rendir sentido tributo a mi amigo de tantos años, médico, colega y académico… Es la muerte, porque entendemos, que lo que nos une como seres de esta tierra, es que nadie está exento de la oscuridad final. Juntos pero a la distancia, descontamos días de nuestras vidas entre trajines de pensar en Venezuela, en la enseñanza y creación de nuestra escuela de medicina, de atención de enfermos con algunos más jóvenes a nuestro lado, en revistas de sala intentando sanar y a la vez enseñar e instruir, en reuniones de cátedra para discusión de problemas difíciles que aquejan a nuestros enfermos, y desafortunadamente pocos días para el solaz en comunión de ideales, asimilar los golpes de las innumerables frustraciones y de nuestras pocas victorias, pues de ello esta urdida la vida de un médico de hospital, simplemente lo que somos: ¡Todo en contra, nada a favor!
¿Qué poder patógeno tiene la frustración continuada y contenida? –me pregunto-, nunca lo sabremos, pero está allí mismo, horadando el cemento que une las fibras de nuestra intimidad más íntima y favoreciendo la eclosión del sempiterno enemigo interno, agazapado y artero que habrá de dar al traste con nuestros más caros sueños y anhelos en el momento en que menos lo imaginemos.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
desentraño la esencia de mi propia existencia
sin desfallecimiento, y me digo que puedo
como en una constante
y me muero de miedo, pero sigo adelante.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
porque aprecio la vida en su justa medida
al amor lo reinvento, y al vivir cada instante
y al gozar cada intento, sé que alcanzo lo grande,
con las alas del alma desplegadas al viento.
Ya muchos otros lo han hecho con sobrada solvencia… yo no voy a pormenorizar el extenso currículo de Francisco porque me parece ocioso; quiero más bien referirme al hombre que conocí y admiré:
El 18 de junio de 2020 y con noventa y dos años a cuestas, nos abandonó un venezolano auténtico que hizo gala de bondad, conocimientos para compartir y experiencia de la vida; un gentil hombre: culto, ilustre y eminente en una línea, liso, un hombre de verdad, ingenuo, sincero, sin dolo ni artificio; serio, estudioso, lector empedernido, curioso e inteligente. Procedía de familia donde las virtudes, los principios morales y la ética eran pan de cada día. Fue un scout, un verdadero cazador de talentos para promocionarlos y enviarlos a otros derroteros en universidades de prestigio para que explotaran al máximo sus capacidades y las trajeran colmadas de vuelta; así que apertrechados, volvieran con pulquérrimas ideas, nuevas semillas cargadas de vida y las plantaran en suelo patrio.
Enamorado del talento, porque era sabedor que esa era la sabia productiva de un país: desde hace muchos años se interesó vivamente por la éxodo y dispersión del talento venezolano; así que organizó y creo el proyecto TALVEN (talento venezolano), para no permitir que tantos venezolanos prominentes se desvincularan de su país; pero nunca pudo imaginar que hombrecillos sin probidad se encargarían de obligar al talento a salir del país formando la mayor diáspora de talento que se haya conocido.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá del asombro me levanto entre escombros
sin perder el aliento
y me voy de las sombras por algún filamento
y me subo a la alfombra con la magia de un cuento.
Acumuló un currículo con base a esfuerzo, no para darse lustre ni a aplastar a otros, pues fue lustre propio y no inventado como suele ocurrir en los círculos profesionales aventajados donde medran los mendicantes de oficio, embusteros y trepadores y los ávidos de poder que se filtran por las rendijas. Sus glorias y éxitos no llegaron por la fuerza, fueron arribando al favor de su propia inventiva…
Con las alas del alma desplegadas al viento,
atesoro lo humano cuando tiendo las manos
a favor del encuentro, por la cosa más pura,
con la cual me alimento por mi pan de ternura,
con las alas del alma desplegadas al viento.
Como tantos otros, hace algunos años prefirió radicarse fuera del país y lejos de la diatriba política insensata y estéril, pues el salvajismo y la antropofagia creció tan rápido, como hierba mala regada por la bilis negra de gentes acomplejadas, primitivas y carcomidas por la envidia y la maldad. Abdicaron a su nacionalidad y ahora no son venezolanos, son tránsfugos cubanizados…
Con las alas del alma desplegadas al viento,
atesoro lo humano cuando tiendo las manos
a favor del encuentro, por la cosa más pura,
con la cual me alimento por mi pan de ternura,
con las alas del alma desplegadas al viento.
Átropos, la sempiterna Átropos, ¨la inflexible¨, de un tijeretazo, cortó el hilo de su vida fecunda. Pero él ya había dejado mucho en la tierra en su largo periplo, pacientes y alumnos agradecidos, amigos verdaderos, cambió vidas para bien a sabiendas de cuál era su misión: servir al enfermo y servir a la patria, a esa patria grande que llevaba por dentro. Su abundoso currículo demasiado extenso, variado y denso en el cual trasluce la palabra ¨servir¨-la palabra más hermosa del diccionario-, nunca fue utilizado para imponerse ni maltratar a otros; antes bien, encierra sin decirlo, el primoroso catálogo de tantas personas que ayudó, especialmente su país, su Universidad Central, su Escuela José María Vargas, pacientes, amigos, y el placer de promover a sus alumnos talentosos enviándolos a universidades prestigiosas en el país del norte, para que luego regresaran, como en efecto lo hicieron.
Supo que la medicina no era un negocio para hacer dinero, ni un escenario para hacer política ni una palestra para comprar adeptos; supo que era un llamado para ejercer el amor, la bondad y el patriotismo…
Con las alas del alma desplegadas al viento,
ante cada noticia de estupor, de injusticia,
me desangro por dentro
y me duele la gente, su dolor, sus heridas,
porque así solamente interpreto la vida.
Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá de la historia, de las vidas sin gloria,sin honor ni sustento
guardaré del que escribe su mejor pensamiento
quiero amar a quien vive con las alas del alma
desplegadas al viento, al viento, al viento…
Elogio de las ¨Paradojas Médicas¨…
(Libro del doctor Francisco Kerdel-Vegas, 1928-2020)
Prólogo del doctor Rafael Muci-Mendoza al libro ¨Paradojas Médicas¨
En el ambiente desaforado de la medicina del último siglo y lo que va del presente, tomo como deber honroso y de deliciosa obligación, servir de heraldo al libro del académico y amigo, doctor Francisco Kerdel-Vegas, intitulado ¨Paradojas Médicas¨, empresa que acojo con una buena dosis de considerable gratitud.
Desde hace algunos años de mi primer contacto con las 97 ¨Paradojas¨ que forman el libro, ellas se constituyeron para mí, en muchos aspectos, en un referente, en un ¨punto de partida¨, estimulante y entretenido, sobre diversos aspectos de la medicina sobre los cuales no había tenido tiempo, inspiración ni lugar para reflexión. Así, el salto de un tema a otro, aunque con aparentes soluciones de continuidad, constituyen eslabones entrelazados que revelan una perplejidad curiosa sobre aspectos de la más íntima fibra de la medicina. No deja de haber ¨Paradojas¨ donde el autor exhibe cierta dosis de humor y picardía, lo que las hace más paladeables al lector quien siempre tendrá, a su vez, mucho para meditar, aprender y admirar, pues la admiración precede a la aceptación…
Para bien de sus colegas, de los pacientes y del público general, Kerdel-Vegas se decide a publicar los jugosos frutos de sus lecturas y experiencias en un área poco trajinada de la medicina, donde se contraponen paradojas, conceptos a veces no reconciliables, otras veces aproximables, en fin, por méritos propios, dignos de atenta reflexión. Uno de los propósitos principales que ofrece el autor parece cifrarse en convencernos de que todos los temas que se tratan en este libro no constituyen, después de todo, más que un solo tema que entretejen ese delicado paño que es la medicina. Representan múltiples y diferentes caminos que llevan a un centro común, y que, a mi parecer, corresponde a la moderna cultura filosófica médica el encontrar ese centro. Los problemas fundamentales de la medicina siempre han revestido un interés humano general y, por tanto, deben ser conocidos por nosotros, sus cultores, y por el gran público.
Y en este libro que presento, veis a un Kerdel-Vegas con la rebeldía que imprime su ímpetu todavía juvenil, embrazar la lanza y romper contra las paradojas presentes pero olvidadas en nuestro diario transitar de médicos que rodea el nuestro campo de la medicina, donde se perciben como en ningún otro lugar las injusticias, excesos y los errores que cargamos de nuestro pasado y presente científicos, pero también esas otras maravillas que deben ser contadas, analizadas y admiradas. Su libro es una forma de conocer y asumir las limitaciones de la medicina como estudio de la vida, con un mayor conocimiento de la realidad discerniendo entre lo que es controlable y lo que no lo es, permitiendo asumir las miserias humanas, al tiempo que percibimos lo hermoso de la vida y de la práctica de la medicina.
Estas 97 ¨Paradojas¨, donde está casi todo, lo claro compartiendo con lo oscuro, lo obvio con lo oculto, lo igual con lo diferente, son de tanta importancia práctica –considero-, que no dudo debería formar parte del pensum de estudios médicos no más cuando el estudiante, tempranero, inicie sus primeros contactos y escarceos con sus primeros pacientes y las enfermedades que los aquejan, pues son un summum de mesura y buenos consejos implícitos, un antídoto contra la omnipotencia que suele embrazar al médico moderno tan ignorante de la condición humana, tan parcelario, deslumbrado por la técnica, y que le ayudarán a hacer coincidir los pesos de los platos en el fiel de la balanza, aunque no siempre sea posible…
Ahora, es necesario hablar un poco del autor de este libro… Kerdel-Vegas es ante todo un médico, pero es mucho más que eso, es uno con esa distinción espiritual donde entra todo lo que un médico debe ser, para no ser un simple artesano de la medicina… A lo lejos en el pasado y más de cerca en el presente, he sido testigo de su carrera y puedo dar fe de su amor por el trabajo y la lectura analítica, de su sagacidad y de su intensa preparación de médico universal que le ha llevado a un sitial de preferencia y respeto en la medicina nacional e internacional. Es un médico con cultura literaria y científica, con sabiduría de la vida, literato, humanista, dermatólogo y autor de numerosos trabajos científicos relacionados con la piel, y de un libro en conjunción con una eminente figura de la dermatología mundial, el doctor G. Clinton Andrews, intitulado ¨Enfermedades de la Piel¨ del cual conservo los dos volúmenes de su cuarta edición en español, producto de su febril actividad científica. Es además un preocupado por el problema creciente de la fuga del talento venezolano y desde algún tiempo atrás, un empeñado en que no cunda el desarraigo inclemente entre quienes, con credenciales sobrantes, han abandonado el país por razones muy diversas. Él los ha buscado, enfrentado y reconciliado de nuevo con sus querencias. Surge así, de su angustia por tan sensible tema, el Programa TALVEN (Talento Venezolano) de la Unesco.
Fue uno de esos embajadores de Venezuela, de lujo y altos vuelos que nos representara con gran solvencia en el Reino Unido, en Francia y ante la UNESCO, y un celoso cumplidor de sus deberes de enaltecer a la vez, el gentilicio venezolano y la ciencia nacional. Pero, además, su mente azogada, inquieta y rica en ideas, le ha llevado con decisión y experticia a incursionar con éxito en el periodismo virtual. Rodeándose de un equipo muy enterado, ha llevado a ¨Bitácora Médica¨, una página web/blog de salud en español de su creación, a un sitial de necesidad, pues el médico que alguna vez visita sus páginas vuelve una y otra vez a saciar su ansia de saber y actualizarse, en tanto que lo pasa muy bien. Todavía más reciente, su fascinación por la moderna tecnología, del cual es un enterado; nos convenció de las bondades de obtener un artilugio de la técnica, el Kindle de Amazon o libro electrónico; suerte de portátil biblioteca ambulante, liviana y maravillosa para atesorar ciencia, literatura, arte, poesía, música, videos y Wi-Fi, y capaz de contener 1400 títulos en apenas 345 gramos de peso. Pero sí les digo la verdad… sigo echando de menos el olor a libro nuevo…
Y admirado y agradecido, aquí termino para no demorar más la lectura del libro del doctor Kerdel-Vegas, un libro claro de acabada arquitectura científica que llena una laguna en nuestra literatura médica y que he devorado con fruición de aficionado…
Rafael Muci-Mendoza
Nota: algunas de las fotografías en blanco y negro donde se le ve joven, ágil y dispuesto, corresponden a la celebración del septuagésimo aniversario del Hospital Vargas de Caracas en 1961