Elogio del rubicón…

 

«La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo,

antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada».

(José Martí, 1853-1895)

El mal aire -aquel que se adquiere cuando «las personas caminan por lugares pesados donde hay maldad»-, se mezcla con la acritud del gas lacrimógeno, el sudor rabioso de los manifestantes y las miasmas que nos rodean, fantasmas del más inicuo pasado de la historia que han tomado forma y airados reclaman sus querencias…

Ha sido el nuestro, el  enfrentamiento brutal entre las tendencias antagónicas que yacen en lo más abismal de nuestro ser, tales son las dos caras de la luna: el amor y el odio, Eros y Tánatos, la maldad y la virtud, el armado investido de autoridad y el inerme que pide democracia… Dejan estos 90 jóvenes asesinados a mansalva en casi 100 días de protestas continuas, una dolorosa estela de orfandad, de oscura experiencia donde imberbes de todos los estratos sociales –tus hijos, los míos; tus nietos, los míos- luchan contra otros jóvenes armados e inflamados de odio y maldad infinitas por el verbo y la acción de cubanos entrenados para sacar lo peor de los seres humanos, incitándoles a matar al hermano que no piense igual, en una escalada que no se detiene en la búsqueda de la flama de la libertad, pues una vez que estamos, vivimos y sentimos en la barbarie, hemos de mirar hacia la creación de una sociedad más justa, hacia la convivencia pacífica, a la bondad natural de la vida.Leer más