En mi pequeño jardín, donde leo bajo el salutífero sol de los fines de semana, artículos, libros y la poca prensa libre y democrática que aún nos queda, se privilegia ante mis ojos un complaciente símbolo de bondadosa esperanza: esta vez 67 de ellos… Son los botones de la solanácea y aromática ¨dama de la noche¨ que a borbotones se han desgajado con las primeras lluvias que el Niño malcriado ha permitido; de característica floración nocturna, reserva energías durante el día evitando el calor en espera a que anochezca para desplegar sus níveos encantos. Se marchitan casi antes de que despunte el sol, así que admirar el milagro de su inflorescencia de anzuelo es privilegio de quienes, en el insomnio de nuestras madrugadas y ante la mirada del lucero de la noche, entre las 3.00 y las 4.00 ante merídiem, observamos el estallido armiñado de sus pétalos y el suave perfume de su corazón expuesto. Un milagro de tantos que nos regala la Dios y que nos recuerda que a este dolor tan profundo y espeso que experimentamos los venezolanos sobrevendrá el bálsamo tranquilo que nos dé la paz. El Cerro Ávila celoso, se apresura, acentúa su verdor y deja oír trinares confundidos de sus pájaros multicolores para dar la bienvenida a la salida del sol, momentos en que las damas, recatadas y circunspectas, cierran sus párpados en aceptación de su efímera vida.
Elogio de los pagapedos y un recuerdo de Álvarez Guedes…
Elogio de los pagapedos…
El 26 de octubre de 2013 el ilegítimo Nicolás Maduro durante el encuentro en Parque Central con sectores sociales del Gran Polo Patriótico decidió unirse, sin pensarlo dos veces, a quienes gritaban la consigna «¡Si se prende un peo, con Maduro me resteo!».Leer más
Elogio del mártir y de la mesura… o mi amigo Dimas Hernández
Las enfermedades tienen historia, la llamamos historia natural: Se gestan, se inician, se desarrollan, progresan o desaparecen y, dependiendo de su genio, pueden autolimitarse y esfumarse, o llevar a la invalidez o la muerte. Esta historia que les es propia, permite su identificación o sospecha con solo encarar al paciente y escuchar de su boca cómo habla la enfermedad –porque las enfermedades tienen un críptico lenguaje que les es propio-; en su momento indicaremos o no pruebas complementarias, desde las más sencillas hasta las más complejas y costosas, siempre empleándolas no como una escopeta, sino como un rifle, un solo tiro y en el blanco…Leer más