Elogio del «ñato» Salas…

   

Elogio del «ñato» Salas…

Rafael Muci-Mendoza

¡Nobleza obliga! Cuando María Isabella Salas me envió un correo expresándome la deuda de gratitud y amor filial que quería saldar con su padre fallecido, recopilando entre familiares y amigos, hechos y sucesos sobre su vida, inmediatamente recodé una anécdota de mi temprano trajinar por la medicina donde él, fue un protagonista de excepción…

Espero no ofender la memoria de quien fuera mi admirado amigo, el doctor Ismael Salas Marcano (1928-2015) llamándolo ¨ñato¨; ese término, de acuerdo al ¨Diccionario de Venezolanismos¨ (1993) en su primera acepción, se refiere a chingo, pero que yo recuerde, él no era chingo… pero imagino que por tener una voz nasal parecida a la de un chingo, sus amigos cercanos le bautizaron como el ¨ñato Salas¨… Yo le conocí en la Cruz Roja Venezolana por intermedio de mi querido pariente el doctor Julián Viso Rodríguez, y recuerdo la admiración y el respeto hacia su persona que mi hermano Fidias Elías, también médico le profesaban… y luego le pude ver en alguna ocasión rondando por la casa de Annabella de Armas, hermosa joven, a quien terminó desposando… Por cierto, su madre, doña Cristina de Armas fue mi querida paciente durante muchos años.

Estudiaba yo tercer año de medicina; mi padre, residente en Valencia, luego de una cirugía no complicada de próstata realizada limpiamente en la Policlínica Méndez Gimón de Caracas por el respetado y querido urólogo, doctor Orángel Troconis, se quedó en casa de mi hermana Gileni en la Alta Florida a completar el proceso de su recuperación; cercano a los seis días comenzó a mostrar un extraño comportamiento: somnolencia, delirium, confusión y desorientación. Llamado un vecino, afamado cardiólogo, casi sin examinarle interpretó el cuadro como un accidente cerebrovascular isquémico transitorio, y ordenó para aquella época, un novísimo examen complementario llamado tromboelastograma, un procedimiento para evaluar la coagulación de la sangre, que por cierto después realizaría yo personalmente en el Servicio y Cátedra de Medicina Interna del doctor Otto Lima Gómez en el Hospital Vargas de Caracas.

Una vez que abandonó la casa, me dirigí a mi hermano Fidias –recién graduado de médico- y le expresé mi opinión adversa a ese diagnóstico pues ya yo conocía las características de esa patología neurológica y no había coincidencia alguna entre las manifestaciones clínicas de mi padre y la patología cerebral; entonces le pedí llamara a un compañero suyo, estudioso y muy versado en medicina interna quien en cuestión de minutos se acercó al domicilio, el doctor Gastón Vargas. Le revisó ¨a la antigua¨, de cabeza a pies; pero durante el examen abdominal notó algo extraño en el cuadrante superior derecho del abdomen y me dijo,

-«Rafael, posa tu mano en este sitio y podrás percibir una vesícula distendida deslizándose bajo tus dedos cuando tu papá respira: esto es emergencia quirúrgica, una colecistitis aguda…».

Le trasladamos nuevamente a la Clínica y allí el diagnóstico fue negado porque una prueba llamada Biligrafina® o colecisto-colangiografía intravenosa, fue «positiva» pues la vesícula concentraba el contraste yodado, es decir, que, con ello, se excluía pues el diagnóstico de la condición: era negativa en situación patológica: no se observaba su imagen; así y en contradicción con la fuerza de la clínica, «la vesícula estaba sana…».

Muchos médicos opinaron, entre otros el mítico doctor Joel Valencia Parparcén (1913-1975), catedral de la gastroenterología venezolana de entonces, quien manifestó que «nunca había visto [1] un caso de colecistitis aguda con una Biligrafina® positiva«, con lo cual echaba por tierra la posibilidad del diagnóstico de marras…

Pero, ¿cómo no tenerla?, si yo mismo había palpado aquella formación piriforme y dolorosa en su hipocondrio derecho[2], y ya conocía que en los viejos las infecciones agudas y graves, no por raridad, se expresan únicamente con delirio, una alteración aguda y transitoria de la atención y de la cognición. Entre tantas consultas y manos que pasaron por el abdomen de mi papá aquella mañana, se consideraba que su caso no era quirúrgico pues no mostraba defensa o abdomen en tabla: un signo de peritonitis aguda, o el signo de Blumberg o descompresión brusca dolorosa del abdomen que tiene gran importancia en revelar irritación peritoneal… Parecían ignorar como los cuadros clínicos se tuercen y enmascaran en los viejos y en los niños… Varios cirujanos de la clínica excluyeron la posibilidad de una cirugía pues estaba muy grave, existía riesgo de muerte intraoperatoria y no estaban dados a intervenirlo, a darle el beneficio de la duda…

Mi angustia era muy grande porque mi padre se deterioraba más y más, y seriamente temía por su vida. Le pedí a Fidias que llamara al ¨ñato Salas¨, fino cirujano a quien conocía a través de él mismo de la Cruz Roja Venezolana; se presentó en el término de la distancia con el doctor Julián Viso, compañero de curso de Fidias y además primo nuestro, y ante mi insistencia, con decisión y coraje –el que les había faltado a otros cirujanos- decidió realizar la laparotomía exploradora que aquellos habían temido ejecutar. Para ese momento se debatía si existía o no el «temperamento quirúrgico»; a mí se me antoja que, si entonces ya no existía o se había diluido, en aquella circunstancia crucial en la vida de mi padre era más que real y expresado en la firme actitud de «el ñato», Y, ¿por qué no mencionar también al dispuesto anestesiólogo, doctor Moisés Perel…?

Al abrir el abdomen de una certera incisión con el bisturí, manó de su interior, de la cavidad peritoneal, un ominoso y cetrino líquido y se expuso ante nuestros ojos una vesícula muy distendida con parches amarillo-verdosos en su superficie, evidencia de una gangrena vesicular en ciernes y heraldo de inminente ruptura y producción del temido coleperitoneo. Como era lo usual y dada la gravedad del caso, se extirpó el órgano, se implantó en el conducto colédoco un tubo de drenaje de Kerr para derivar la bilis al exterior, que luego se extraería unos 6 meses más tarde… Evolucionó hacia la vida en horas y en unos tres días ya deambulaba y tomaba líquidos. El corazón, arrojo y la decisión de «el Ñato», había conjurado la situación, había extirpado de raíz el morbo dañoso…

Con relación al cirujano existen definiciones poéticas- que en nuestra época suenan un poco desafinadas o fuera de contexto pero no por esto inciertas-, y por ello comparto con ustedes la definición de un reputado cirujano escocés, Astler P. Cooper (1768-1841): «Los atributos requeridos para ser cirujano son ojos de águila, manos de mujer y corazón de león», supongo que lo del león se relacionaba con la era pre-anestésica, en la que el arrojo y la velocidad eran las cualidades más apreciadas en un cirujano. El estudiante de medicina de la Universidad del Quindío en Colombia, Juan David Lobo-Hernández (2018) interpreta el dictum de la siguiente forma:  «…Que los ojos de águila son para identificar oportunamente los signos de las entidades que requieren ayuda quirúrgica, junto a los pequeños detalles que promueven o complican la recuperación; manos de seda para hacer artesanía con tejidos vivos donde el resultado más bello es la sonrisa del enfermo recuperado reunido con su familia; y corazón de león para enfrentar con una actitud de terapeuta, ese hilo que delimita la vida y la muerte en la presentación aguda de entidades que amenazan la vitalidad de una persona, espantando la hoz de la muerte con un rugido hipocrático y la ayuda divina del santo espíritu …» (1).

 «El ñato», era un caballero de modales refinados, un hombre de pocas palabras, calmo, que se entregaba a su arte quirúrgico con humildad y sin estridencias, los instrumentos quirúrgicos en sus manos semejaban la suave cadencia de la batuta de un conductor de orquesta dirigiendo el Lago de los Cisnes de Piotr Ilich Chaikowski;   siempre le vi tranquilo, nunca le escuché sonoras carcajadas ni chistes vulgares en el pabellón de cirugía –recinto sagrado- que quizá reservaba para otros escenarios.

 Harvey Cushing (1869-1939), el propulsor de la moderna neurocirugía segura, escribió sobre esto en el British Medical Journal en 1913, a propósito de los riesgos que tiene para el paciente un cirujano prepotente, hablachento y exhibicionista: «El paciente sobre la mesa de operaciones, como el pasajero en el coche, corre grandes riesgos si lo lleva un conductor locuaz, o que se ciñe a las curvas, sobrepasa la velocidad límite o conduce para provocar admiración».

Una vez que regresó de Houston USA, se convirtió en un distinguido Cirujano Cardiovascular y profesor universitario, Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Vargas de Caracas y profesor de esa cátedra, quien me enviaba para evaluación los pocos pacientes con enfermedad carotídea que ocurrían a su servicio.

Aunque posteriormente nos veíamos muy ocasionalmente, siempre conservé intacto mi agradecimiento por haberle concedido a mi padre muchos años más de vida cuando otros cirujanos no daban un céntimo por él, porque ya le habían desahuciado, porque no tenían los atributos de un fino cirujano: ojos de águila, corazón de león o manos de mujer…

 

Referencias

  1. Lobo-Hernández, JD.  El quirófano: entre recomendaciones científicas y el arte de operar. Colomb. Cir. 2018;33 (33):247-249.

[1] Recuérdese que hay cuatro palabras que no figuran en el diccionario de la medicina: siempre, nunca, todos y ninguno.

[2]   El síndrome o Ley de Courvoisier-Terrier hace referencia a la dilatación de la vesícula biliar, ictericia mecánica y decoloración de las heces, que se presenta cuando existe obstrucción de la ampolla de Vater provocada por una neoplasia de esta o de la cabeza del páncreas, o como en el caso de mi padre, por la existencia de un cálculo en el conducto biliar común; en este último caso se acompaña de fiebre, escalofríos y dolor, y agregaría yo –como en el caso de mi padre añoso-, de delirio… Muchos años más tarde, palparía yo la vesícula de mi esposa Graciela cuando desarrollara una colecistitis aguda litiásica y gangrenosa, lo que me hizo insistir en que fuera intervenida de emergencia ante la pobreza de las manifestaciones clínicas y la negatividad de los exámenes complementarios…

 

 

Elogio de la bola de Bichat…

 

“Ser pobre es muy duro, son muchos los días que nos toca dormir sin comer. A veces podemos comprar un plátano y hacemos tostones. Cuando tenemos harina resolvemos con arepas. Si no hay nada nos toca aguantar”, aseguró; su cara triste y perfilada sin bola de Bichat.

(Beatriz Ribas, El Nacional 10.04.2016)

El salario mínimo que cobra el esposo de la Ribas (11.578 bolívares) y los 2.000 bolívares a la semana que ella gana por limpiar en casas de familia no les alcanzan para hacer un mercado que les permita cubrir las tres comidas…

Usted no tiene por qué saber quién fue Bichat, pero con una breve nota introductoria voy a presentárselo… Es a todas luces indudable que una de las mayores contribuciones al desarrollo de la medicina entre los siglos XVIII y XIX está plasmada en la labor proficua del médico y patólogo francés Marie François Xavier Bichat (1771-1802); desde sus investigaciones anatómicas, la enfermedad pasó desde asentarse en los órganos –según los preceptos de ¨Su Majestad Anatómica¨, Giovanni Battista Morgagni (1682-1771)-, a radicarse en los tejidos. El tejido sería la unidad fisiológica y morfológica del ser humano, con prescindencia del órgano del cual se originara. En su frenética vida de biólogo, anatomista y fisiólogo, este francés encontró la muerte muy joven, apenas 31 años, pero dejó un sello revolucionario en el sentido noble de la palabra. Días después de haber sufrido una caída accidental por las escaleras en el Hospital Hôtel-Dieu de París, el hospital más antiguo de la ciudad, o una herida accidental en la sala de disección según otra versión, fue privado para la vida y para la ciencia. Exponente máximo del pensamiento vitalista en medicina y creador de la mentalidad anatomoclínica, sólo en el último invierno de su vida disecó cerca de seiscientos cadáveres. Sus últimos momentos fueron retratados en el cuadro del pintor Louis Hersent (1777-1860), «Xavier Bichat mourant». Más tarde aún, los estudios de Rudolf Virchow (1821-1902) desplazaría al tejido por la célula, tal como la concebimos por años, y hoy, aún más reciente, entraría en escena la más íntima intimidad de la patología molecular.

Definamos qué son las bolas adiposas de Bichat: no otra cosa que una acumulación de grasa que se sitúa en las mejillas, a ambos lados de la cara, ubicadas entre los músculos masetero y buccinador; este último da forma al rostro, agranda la hendidura oral y ejerce presión en la cavidad oral cuando silbamos. Además, estos dos músculos que facilitan los movimientos de masticación, necesitan de una almohadilla grasa de lubricación que son precisamente las bolas de marras. La bichectomía, una técnica de curioso nombre perteneciente a la cirugía plástica, es una intervención baladí que consiste en su extirpación a través de la mucosa del carrillo para perfilar las mejillas y hacerlas más delgadas y estilizadas.

Pero existe otra forma de bichectomía malintencionada y artera que expresa la insania de políticos comunistas insensibles y contra natura cuyo corolario de acción es la carencia de alimentos y el sufrimiento inmerecido del venezolano desposeído, el secularmente engañado, hoy medido por cientos de miles por virtud de esos timadores, bucaneros y malnacidos que nos gobiernan.

Es el fantasma de la malnutrición el que también les presento: El desnutrido presenta en grados variables carencia de masa grasa. Observemos el rostro de una persona caquéctica crónica -estado de extrema desnutrición, atrofia muscular y fatiga-, con palidez cetrina del rostro, los cachetes hundidos, el porte desmirriado, sin bola de Bichat, que cuando cree que aprende a vivir, en verdad está preparándose para morir… Tal fue el reclamo del productor Brito, víctima de Chávez, cuya hombría le llevó a morir antes que claudicar a sus derechos y en cuyo caso sus médicos y los venezolanos mostramos una apatía e indiferencia cobarde supinas…

Cada año, la desnutrición causa en el mundo la muerte de tres a cinco millones de niños menores de 5 años: alivio para la revolución chavista ¡No es solo aquí…! –dirán con cinismo y desparpajo-. La desnutrición debilita las defensas e incrementa el riesgo de morir de neumonía, diarrea, sarampión o sida, cinco enfermedades que son responsables de la mitad de los casi 10 millones de muertes anuales en niños menores de 5 años. Las imágenes de niños hambrientos en contextos de emergencia son ya parte de la conciencia pública, pero la realidad es que la inmensa mayoría de esos pequeños de mirada lánguida y conmovedora que sufren desnutrición, lo hacen en el silencio del sepulcro que intuyen, ignorados, muy lejos del muelle sofá donde consentimos nuestra molicie, retirados de los ojos del resto del mundo porque si a ver vamos, somos nosotros mismos…

El desnutrido presenta en grados variables, carencia de masa grasa que, en ciertos casos comprometen la existencia normal de la masa magra. En la actualidad empleamos la palabra «malnutrición» que tiende a designar tanto el exceso (obesidad) como el déficit nutricional (desnutrición). Diferentes escuelas pediátricas a lo largo de la historia denominaron la desnutrición con términos unas veces ambiguos, otros equívocos. Bernard-Jean Antoine Marfan (1858-1942) en 1923, designaba a las desnutriciones más leves con el nombre de hipotrepsia, reservando el término de atrepsia para los casos más severos. En 1924 en Alemania, Heinrich Finkelstein (1865-1942), reconocía como eutróficos a los niños sanos y funcionalmente normales, y como distróficos leves o graves a los desnutridos. Bessau, en los años 30, sugería que la distrofia representaba la alteración en la masa corporal, mientras que la disergia distinguía las alteraciones funcionales. Ambas alteraciones se denominaban, según este pediatra, disontia. Los niños normales eran entonces, euónticos, y los desnutridos, disónticos.

Escribo transido de nostalgia de viejos tiempos, que, si bien no fueron los mejores, nos hacía ver como un país realmente en vías de desarrollarse; hoy, presenciamos las fundaciones humeantes de lo que lucía como un gran porvenir… Su enemigo, la desnutrición infantil en sus diferentes grados. La de primer grado, involucra, en general, pérdidas de peso no mayores del 10%-15%, con reducción de la grasa corporal. Es desgarradora pero afortunada la expresión ¨hambre oculta¨. El segundo grado, presupone pérdidas de hasta 30% según los distintos autores, con desaparición de la grasa abdominal. Y aquí en adelante viene la descripción de nuestro héroe y recordamos su famosa bola: El tercer grado, con pérdidas de peso de más de 30% o 40%, suelen producir desaparición de toda la masa grasa (con excepción de la bola adiposa facial de Bichat) y puede incluir un grado variable de adelgazamiento de la masa magra también. El estado más grave, con pérdidas de peso y estatura superiores a 40%, presupone la desaparición de la bola de Bichat y una reducción muy importante en la masa magra también.

Una bofetada en el rosto de la revolución llamada bolivariana es la desnutrición infantil en nuestro país que, según datos recogidos por el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), se incrementó 9 % entre el primer y segundo semestre de 2015. Paradójicamente según la Cepal, fueron estos los años en los que se empezó a aumentar la pobreza en Venezuela, y al mismo tiempo fueron los mismos en los que se recibieron más ingresos por venta de petróleo ¡Cómo explicarlo! ¿Adónde fueron a parar esos recursos? ¿Para qué pregunto…?  Entre 2010 y 2013 el precio del barril pasó de 72,69 dólares a 98,08 dólares; es decir, 35% más. Solo en 2012, cuando el crudo subió a su pico histórico de 103,42 dólares, Pdvsa tuvo un ingreso de 127,61 millardos de dólares. Pero mire qué curioso, desde 2007 no se publican, como muchas otras estadísticas, las cifras oficiales sobre desnutrición en el país, y si se publicaran como en Cuba, serán maquilladas, distorsionadas, muecas de una cruda realidad que no pueden taparse con un dedo.

Según la doctora Maritza Landaeta de Jiménez, miembro del Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) y de la Fundación Bengoa, la crisis alimentaria existente en el país ha llevado a la población a adoptar ¨una dieta de sobrevivencia¨, un eufemismo para definir una injusticia social cuando se asegura que el consumo calórico descendió de 2.500 kilocalorías a 1.780, y que actualmente los venezolanos están destinando 75% de su dieta al consumo de carbohidratos, algo espantoso desde el punto de vista nutricional porque es contundente la evidencia de la ausencia de proteínas de alto valor biológico en la alimentación como la carne y la leche, lo que se traduce en el incremento de los casos de anemia en el país; el hambre oculta –apuntó-, producida por falta de hierro vehiculizado por las proteínas de origen animal, debe haber aumentado muchísimo en nuestra población, especialmente en nuestra población infantil, pero también en las mujeres embarazadas y en adultos mayores, porque tampoco para ellos hay la provisión de estos alimentos que son fundamentales.

“Lo más serio es que esto no tiene posibilidades de recuperación. En el desarrollo del ser humano hay momentos críticos, y lo que pase en esos momentos, después no se puede remediar; además, con un 25 por ciento de madres adolescentes en que la mayoría comienza un embarazo en condiciones de desnutrición, la situación se agrava. Son niños que nacen con bajo peso y que no tendrán la posibilidad de continuar un desarrollo armónico y adecuado”. Adicionalmente digo yo, el déficit proteico en los niños llevará a un peso deficitario de su cerebro por ausencia adicional de otros nutrientes específicos y de micronutrientes además del hierro, como el zinc y el ácido fólico, que siempre estuvieron presentes en la dieta del venezolano; las dificultades de aprendizaje no se harán esperar y los niños serán pasto propicio para la esclavitud y la implantación de dictaduras como las comunistas que transforman seres humanos en tontos útiles.

El incremento de la desnutrición también fue también desvelado por investigadores de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, quienes habiendo llevado a cabo la ¨Encuesta de Condiciones de Vida¨ en noviembre del año 2015, expusieron la injusta realidad de un pobre país rico, el producto acabado de facinerosos que abrazando banderas ¨y que de justicia social¨, hicieron de un paraíso terreno yermo e inhóspito: Las cifras mostraron que mientras en 2014, 48,4% de los hogares y 52,6% de las personas estaban en situación de pobreza, el año pasado la cifra ascendió a 73% y 76%, respectivamente. Y en su insania todavía quieren perpetuarse en el poder…

Actualmente, no hay cifras oficiales disponibles sobre la desnutrición infantil en Venezuela -¿cómo podría haberlas en un país comunista…?-, y resulta paradójico observar cómo en 2011, en el informe «Mejorar la nutrición infantil», la Unicef indicó que 468.000 niños padecían desnutrición crónica en Venezuela, 16% de los cuales tenía problemas de crecimiento. Sin embargo, imagino que ¨gracias a las diligencias del gobierno bolivariano y su chequera alegre¨, ¡apenas un año después…! en junio de 2012, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura premiaba al país por sus avances en el combate a la desnutrición. ¿Cómo creer en estas organizaciones de prosapia vencidas por el lucro…?

 

«Bolívar, pradera de molino en lengua vasca, molino que supo moler trigo de gloria y dar a los pueblos pan de libertad.»

Elena Vacarescou

En el lenguaje de las madres de Ghana el término Kwashiorkor significa: «la enfermedad del primer hijo cuando nace el segundo»; fue la primera vez en la historia de la medicina que una enfermedad llevaba un nombre que reflejaba una causa social.  Se trataba de un niño de uno a tres años desplazado en cuanto a alimentación y afecto por su recién llegado hermano menor. Después que Nigeria se declaró independiente y que en 1967 hiciera lo mismo la República de Biafra, Nigeria estableció un bloqueo de abastecimiento alimenticio en Biafra.  Durante tres años de guerra, más de un millón de personas habían muerto, principalmente de hambre. En estado de hambruna, al carecer de proteínas, los niños desarrollaron kwashiorkor, condición de autofagia de su propia musculatura la cual se desgasta y se funde y el vientre se distiende y el maruto se insinúa. Es la ¨enfermedad de 100 nombres¨ de Autret, trasunto de falta de amor y protección, es la ¨distrofia farinácea¨ expresión del irrespeto al ser humano, es el ¨marasmo nutricional¨…

Según Ramos Galván, ¨un niño que ha padecido en los primeros años una desnutrición grave, puede presentar al cumplir cuatro años la talla de un niño de tres años, el perímetro torácico de un niño de dos, un perímetro cefálico de uno de año y medio, una capacidad de lenguaje de un niño de 14 meses y un peso y una conducta motora de un niño de un año¨.

A los vergonzantes hospitales de niños venezolanos del Socialismo del siglo XXI están llegando esas criaturas hinchadas, tristes, sin esperanza, con desnutrición proteíno-calórica porque no reciben leche. Su magra alimentación está constituida por atoles de cereales lo que hace que nuestros niños se desnutran mientras regalamos petróleo a Cuba y al Caricom. Son niños cuya alimentación es rica en azúcares y carbohidratos y nula en proteínas; en realidad están llenos de líquido y por ello muestra el perfil de la hinchazón que prenuncian su muerte. Este es tipo de desnutrición que empezamos a ver en la Venezuela de Hugo Chávez, Maduro y Cía., de acuerdo a Maritza Landaeta-Jiménez, miembro fundadora de la Fundación Bengoa, ¨Antes veíamos niños con insuficiencia calórica, pero ahora se suma la deficiencia proteica”, éstos serán los ¨sobrevivientes¨ de que hablaba el recordado y admirado doctor José María Bengoa (1913-2010).

Los datos de la Fundación Bengoa, recopilados por la doctora Mercedes López de Blanco, revelan que en el país hay una ¨doble carga nutricional¨ que afecta la salud especialmente de los más pequeños: Se trata del binomio desnutrición y obesidad. Una encuesta realizada por la fundación a 6.330 niños entre 2008 y 2012 demostró que en primer año, por ejemplo, 20,1% estaba desnutrido y 16,2% era obeso. Un lustro más tarde el porcentaje de desnutridos fue de 18,7, mientras que los niños con sobrepeso representaron 17,4%. La encuesta del año 2012 arrojó que el déficit alimenticio fue más acentuado en zonas rurales como en Apure, con 34,2%, e iba disminuyendo en ciudades como Maracaibo con 21,4%, Mérida con 17,4% y Caracas con 16,5%. Sin embargo, la relación respecto a los índices de obesidad fue inversamente proporcional.

Pero hablemos de más tristezas e injusticias… De cada 100 mujeres que quedan embarazadas anualmente, de acuerdo al programa de Telemedicina de la Universidad Central de Venezuela 25 son adolescentes. El país posee desde hace años el infame récord de ser el país con mayor cantidad de embarazos en menores en Sudamérica y el tercero en Latinoamérica, solo por detrás de Honduras y Nicaragua. La tasa de embarazo precoz ha aumentado en las últimas décadas y el efecto intergeneracional tanto del déficit como del exceso nutricional es un aspecto preocupante en demasía, de los cuales no existen datos precisos en el país. No es difícil suponer que las embarazadas adolescentes provienen en su mayoría, de estratos socioeconómicos bajos, que deben enfrentar un ciclo vicioso de exclusión -hacinamiento-inferioridad-malnutrición-embarazo-parto-y recién nacidos de bajo o alto peso, quienes a su vez y hasta este mismo momento en la temprana vida que iniciarán, crecerán y se desarrollarán en condiciones biológicas y socio ambientales adversas y muy desventajosas, y como copiamos las actitudes y conductas de nuestros mayores, y porque el estado no provee educación sexual, es muy probable que a futuro los que logren sobrevivir a una bala perdida pudieran ser también pasto para alimentar embarazos precoces en inadecuadas condiciones, perpetuando así la adaptación negativa a condiciones adversas.

Nunca imaginó Bichat que la desaparición de la bola adiposa que él describiera cerca de dos siglos y medio atrás, sería el marcador del desamparo, el estigma del desamor, el señalador del desabrigo, la marca de la miseria de un país que fuera rico sumido en la más grande crisis humanitaria de nuestra historia. A no dudar, Chávez, Maduro y sus secuaces han sufrido y sufren del marasmo del alma, de la atrepsia del espíritu, de una distrofia grave de la moral, son disontes del honor, una deleznable condición tipificada por un déficit energético de amor, solidaridad y patriotismo; en definitiva, son ¨seres humanos inferiores¨…

 

 

Elogio del garrote…

El garrote inclemente del comunismo, va formando su círculo asfíctico alrededor del cuello de la nación 

venezolana sin que pareciéramos atisbar sus catastróficas intenciones…

El garrote vil o simplemente el garrote, fue un artilugio o instrumento de ejecución empleado para aplicar la pena capital que data de tiempos de la República Romana y luego renació desde el siglo XVI hasta el año 1974, pero como veremos adelante existe una versión aún más moderna, virtual y sofisticada en el presente siglo XXI.

El calificativo de vil era porque se aplicaba al pueblo-pueblo, a los villanos, a las personas del vulgo, a la gente común, porque los ¨burócratas nobles¨ eran decapitados con una espada de gran peso, un mandoble. En su versión más moderna consistía en un collar o aro de hierro sólidamente unido al respaldo de un taburete y atravesado por un tornillo que acababa o no en una bola que aplicada sobre la nuca, al girarlo producía fractura de dos estructuras óseas del cuello, el atlas sobre el que descansa el cráneo y la apófisis odontoides del axis. Pero, además, en su avance se aplastaba el bulbo raquídeo y la médula cervical o terminaba ahogando, estrangulando y colapsando la tráquea conduciendo a la muerte instantánea, o no tan instantánea… pues dependía de fuerza imprimida por el verdugo y la resistencia que opusiera el cuello del condenado; luego se demostró que la muerte no era tan inmediata y que se alargaba de forma insana la agonía del condenado con la excesiva lentitud…

Mis lectores se preguntarán a qué viene revivir un monstruo del pleistoceno, una de las formas de infligir el más acuciante dolor y disponer de alguien que lo haga por mandato de otros más poderosos… pues, desgraciadamente, yo no lo reviví, él se revivió solo estos últimos meses, durante los estertores de la revolución comunista y el ilegítimo que la comanda, que nos tortura en su afán de no cejar, de no entregar el poder, ya que el pueblo se ha percatado de todas las mentiras acerca de la guerra económica, el fastidio continuado del pretendido asesinato del mandón ideado desde el imperio, el contrabando de grandes volúmenes de gasolina bien en enormes cisternas que atraviesan la frontera o trasegados en altamar ejecutado por militares de alto rango, la escases de todo lo que un país necesita para vivir, pero sobre todo, la ausencia de justicia y la indignidad gubernamentales.

Ayer 19 de septiembre se cumplió un mes desde que el ilegítimo cerrara los seis primeros municipios fronterizos entre el estado Táchira y la vecina Colombia. Un cierre que en dos días llevó, como planeado, al decreto de «estado de excepción» en el área, y a la expulsión sin flete, arbitraria e inhumana, vil y salvaje, de humildes colombianos traídos por Chávez bajo engaño, todo en colisión con los Derechos Humanos y que ha ocasionado una repulsa mundial. Tenemos la certeza que el plan seguirá progresando como manera de infundir miedo e impedir las elecciones.

El pasado miércoles 16 de septiembre, continuó el cerco de fuerte presencia militar y el cierre fronterizo bajo la misma figura de «estado de excepción» que ganó 7 municipios más, para un total de 23 en tres estados fronterizos (Táchira, Zulia y Apure); el único estado fronterizo que aún se salva de esta tropelía es el Amazonas, pero pronto vendrá…

Es el drama de los días, el encontrarnos entre la ficción de unas elecciones libérrimas y unos resultados inaceptables para los violentos que nadie podría negar. Harán lo posible y lo imposible por quedarse en el poder; el fardo de maldades aún no está vacío y sienten ingente necesidad de llenarlo… Tienen las armas, grupos paramilitares armados y ¿la MUD contra balas? Si llega el caso de ganar, ¿cómo pedir de inmediato la renuncia del ilegítimo o no es para eso que tendremos el poder en la Asamblea Nacional? ¿o es que seremos tan sinvergüenzas que vamos a gobernar con él?

Petit Da Costa, un descarnado y antiguo auscultador de la relación entre ¨colaboracionistas¨ y el poder, piensa como yo que se ha constituido un entramado simbiótico donde los más débiles –nosotros, no conscientes de nuestro poder- sufrimos del negociado de las cuotas de poder por el miedo de enfrentar a los poderosos al que se cuidan en no llaman por su nombre, «¡dictadura!» ¿Es qué no sabemos o no intuimos este nefasto contubernio?

Cual ¨garrote vil¨ prolongando la agonía del condenado con excesiva lentitud… -ahora el vocablo «vil» empleado en su otra acepción de indigno o infame-, el comunismo chavocubano constreñirá más a MI país como lo haría el aro metálico abrazando el cuello de los condenados que somos nosotros todos, la mayoría de nuestros connacionales… Desde las fronteras se irá cerrando el círculo irremisiblemente eliminando voluntades y circunscripciones hasta que una noche negra con su manto de amargura nos cubra pues  estamos desarrollando una peligrosa tolerancia al comunismo y a la mala vida donde el desamparo y el pesimismo reinan. El ejemplo de la condena de Leopoldo López revela lo vil de una jueza, de un sistema y de sus conductores inmediatos: años, meses, horas y minutos… escritos así, con lentitud, saña, fruición y deleite que es como mostrarnos la soga en la casa del ahorcado…

El excremento del diablo aún fluye y permite holgadamente comprar conciencias y adhesiones, traiciones de nuestros amigos y conductores, que nos hacen ver que perseguimos lo inalcanzable: el regreso al país que alguna vez conocimos ahora regalado a implacables depredadores: el comunismo internacional, Cuba, China, Rusia, Bielorrusia… Y me pregunto, ¿Querrán ellos que cambie el estatus quo reinante, ese que les permite el fácil usufructo de esa riqueza que es nuestra o comerán sin que les moleste el hedor a porqueriza y los zopilotes volando en círculos…? ¿Vamos a lograr la libertad cantando, ¨¡se va, se va, se va…!¨ cuando enfrentamos represión, gases  y balas …?

Quizá nos convenga leer otra vez la Alegoría de la Caverna de Platón para comprender esa existencia de dos mundos al unísono: el mundo sensible o conocido a través de los sentidos que nos muestran ficciones, y el mundo inteligible, aquel sólo alcanzable mediante el uso exclusivo de la razón que nos muestra realidades…

¡Usemos pues la razón o el garrote cercenará nuestros sueños…!

 

Elogio de la perversidad…

 

«No hay mayor dolor en el infortunio que recordar el tiempo feliz». Dante Alighieri

Así define el DRAE la palabra «Perverso: (Del latín perversus). Adj. Sumamente malo, que causa daño intencionadamente. U. t. c. s. ǁ. Que corrompe las costumbres y el orden o estado habitual de las cosas. U. t. c. s.».

Sólo tenemos que mirar siglos hacia atrás para constatar que el largo trajinar de la humanidad está ahíta de acciones cuyo protagonista es la perversidad humana: El primer hijo de Adán y Eva se llamaba Caín y era labrador, luego nació Abel que era pastor. Caín ofrecía a Dios algunos frutos que cosechaba de su tierra, pero no eran los mejores; sin embargo, Abel le sacrificaba los mejores animales de su ganado. A Dios le agradaba más la ofrenda de Abel, y esto molestaba a Caín que andaba siempre enfurecido y cabizbajo.

Desde que Dios preguntó a Caín, el fratricida: “¿Dónde está tu hermano Abel?», y aquel contestó: «¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?», y Dios le replicó: «Desde la tierra me llega la voz de la sangre de tu hermano»; allí, en ese episodio primigenio debuta la rabia fratricida. Caín no sabía cómo esconderse de Dios pues le remordía la conciencia por lo que había hecho. Dios castigó a Caín a que la tierra que labrase no diera ningún fruto y por tanto tenía que caminar fugitivo y errante por muchos lugares hasta que finalmente se estableció en un territorio situado al oriente del Paraíso…

Si es que todos somos hermanos cómo explicar el genocidio de los indios norteamericanos, el holocausto judío, el gulag de Stalin, la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, la represión argentina, el crimen enseñoreado en los campos de refugiados palestinos, los atentados del 11-S en Nueva York y el 11-M en Madrid, el intento frustrado en Venezuela de ¨freír las cabezas de la oposición¨ -porque aún no les han faltado ganas-, 22.000 empleados despedidos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) por el ente Chávez entre pitazos y risotadas, y sacadas de sus casas sus familias sin importar el llanto suplicante de los niños, los presos políticos de hoy sometidos a los más pungentes rigores en mazmorras malolientes, la destrucción del bachillerato y de las universidades autónomas por los gendarmes del malhadado Proceso, el abandono de enfermos adoloridos, niños y adultos, sin recursos y sin esperanzas… Si el siglo XVIII fue llamado el Siglo de las Luces, ¿cómo podrá llamarse este siglo XXI venezolano, su revolución bonita y la hecatombe contra natura que ha provocado…?

«Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente, nunca se hará República con gente ignorante».

Simón Rodríguez

¿No es perversidad que un país en 16 años de revolución exhiba una ¨muy alta violencia¨ esa que sobrepasa los 31 homicidios por cada 100 mil habitantes, siendo las nuestras, cifras alarmantes de 85 muertes por cada cien mil habitantes, lo que nos coloca en un vergonzoso segundo lugar en el mundo, todos caídos por armas de fuego, no en guerra ni en acciones bélicas sino por el hampa criminal enlutado a 231.562 familias, con un índice atroz de impunidad que entre 1998 y 2009 alcanzaba los 100.045 homicidas impunes?

¿Qué decir del genocidio premeditado en salud?, con hospitales que no pueden ofrecer nada porque de todo carecen y donde el hampa manda a través de colectivos asentados en su senos; el crecimiento rampante y sin control de la malaria y otras enfermedades emergentes y reemergentes; las muertes ocultas por ausencia de medicamentos, de intervenciones oportunas -ahora empleando técnicas del pasado-, de la pesquisa del cáncer del cuello uterino de crecimiento incontrolable cuando existe una vacuna para el virus VPH que no poseen dos ex países en Latinoamérica: Cuba y Venezuela?

  • ¿Cómo justificar el embarazo precoz siendo que 25 de cada 100 mujeres encintas son adolescentes; nueve de cada diez jóvenes conocen los métodos anticonceptivos, aunque solo uno de cada diez lo utiliza; 75% de los embarazos en adolescentes ocurre por no usar ningún tipo de protección –hay carestía de condones y anticonceptivos-, y cinco de cada diez menores recibe información no veraz a través de amigos y medios como la televisión y la Internet?
  • ¿No es perverso que para tapiar esta dura realidad el estado haya pretendido atribuirse la exclusividad de la información epidemiológica y que en las últimas 9 semanas haya censurado los Boletines Epidemiológicos Semanales sumiendo a los médicos en una oscuridad informativa que aniquila el derecho al acceso a la información indispensable para su quehacer?
  • ¿No es perverso acabar con la universidad autónoma de Bolívar y Vargas…, crear corralones de estudiantes que eufemísticamente llaman ¨universidades experimentales¨, una manera de demostrar experimentalmente que los experimentos llevados a cabo por sujetos sin probidad ni conocimientos son un atraso y un fracaso, que un médico ¨practicante¨ no puede formarse sin ¨practicar¨, y allí el caso de Universidad Rómulo Gallegos y sus castradas autoridades, profesores y estudiantes?
  • ¿No es perversidad aceptar a un ilegítimo y que la oposición aún lo llame presidente y no diga que estamos en dictadura como en efecto estamos…?
  • ¿No es perversidad sumergir a los opositores, verdaderos presos políticos, en pestilentes ergástulas donde apenas pueden moverse, donde no reciben sol y probablemente la comida no es para humanos… y que la oposición esté peleándose por también malolientes cuotas de poder…?
  • ¿No es perverso y repulsivo que un corredor de carros chocones por torcido enamoramiento de no se sabe quién, sea mantenido por los venezolanos a través de Pdvsa y que en su miserable performance se gaste anualmente 35 millones de euros y otros 18 más, mientras niños y adultos venezolanos con cáncer carezcan de radiaciones y medicación quimioterapéutica…?

¨La mentira sistemática es una forma agravada de perversidad,

pues se hace a plena conciencia¨

 ¿y 2015?

La maldad y el cinismo van de la mano en la calamitosa perversidad; pero no es aquel cinismo de Diógenes de Sínope (412-323 a.C.), ése, el de la linterna encendida que durante el día buscaba un político honesto y para quien la virtud era un soberano bien… Por cierto, se murmura que en habiendo llegado a la vera de la Asamblea Nacional comiendo un plato de lentejas, fue inquirido por una foca aplaudidora: ¨Si como nosotros aprendieras a ser sumiso al jefesote, no tuvieras que comer esa basura de lentejas¨, a lo que aquél, que había convertido su pobreza en virtud le espetó: ¨Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que lamer las botas al jefesote que te abomina¨.

 ¨Soñé que mi vida sería
tan diferente de este infierno en el que vivo.
Tan diferente ahora de lo que parecía.
Ahora la vida ha matado el sueño que soñé…¨

Fragmento de la letra de Les Miserables

Doquier sentimos aires del colosal fraude electoral que se adelanta y todavía los timoneles del barco que nos conducen a elecciones se pelean por miserables cuotas de poder dejando de lado la infinita responsabilidad que les obliga, ¿no es factible que aun siendo mayoría abrumadora se nos arrebate de nuevo el triunfo?

¿Qué diría Félix Pifano (1912-2003), nuestro recordado Maestro de medicina tropical?, «Venezuela ha sido un país sin suerte, pero los hombres pasan y los errores enseñan. Ya no es el momento de andar a la deriva improvisando soluciones con hombres impreparados, con muy baja cultura, carentes del mínimum necesario para garantizar la paz y el respeto para convivir… Es necesaria la transformación del ambiente social para llegar adonde florezca la armonía entre los hombres, la justicia social, la dignidad, una vida sin angustias, donde se obligue a mirar con respeto las tareas del espíritu y a los hombres de bien, las obras del pensamiento, las conquistas de la inteligencia».

¨¡El cielo encapotado anuncia tempestad, chavistas temblad, viva la libertad!¨

 

 Redivivo viernes 10 de noviembre de 2017

Niños color de mi tierra
Con sus mismas cicatrices
Millonarios de lombrices
Y, por eso
Que tristes viven los niños
En las casas de cartón

Que alegres viven los perros
Casa del explotador

Niños marcados de rojo

Nacen con sino triste

Ni siquiera serán hombres

Porque Maduro contento

Les mató de desamor…

Hambre, difteria, paludismo y sarna

Se clavó en sus cuerpecitos

Qué tristes viven los niños

Sin siquiera amanecer…

No hay derecho a tanta saña

Solo por alforjas llenar

Quien vive de la rapiña

Sus huesos han de quebrar

Pero el día que no está lejos

Asoma ya una vindicta

Y seres que son inferiores

Recogerán su Talión