Elogio del genocidio… (redivivo 3)

Hoy 15 de marzo de 2019. Ya la palabra «redivivo» creo que me cae gordo… No sé desde cuándo estoy escribiendo sobre la injerencia cubana –yo debería saber, que sí sé: desde que escribí una carta pública al embajador cubano en marzo de 2001 (https://www.analitica.com/opinion/carta-del-dr-rafael-muci-mendoza-al-embajador-de-cuba/); léase bien, hace 17 años y mire que he sido repetitivo con el tema de Cuba y los médicos cubanos que implantaron la mediocridad: nadie o muy pocos hicieron caso. Pues bien, la catástrofe al fin llegó: Mi país está en una situación lastimosa luego del largo apagón e ignoramos cuántos han fallecido durante este genocidio inducido y gestado en Cuba…

El mensaje premonitorio de Delcy, ¨la sin entrañas¨, es infeliz y despiadado: ¨Esta es apenas una mínima parte de lo que somos capaces de hacer…¨. Pero mire usted, saldremos victoriosos, el Estado lastimoso y su gobierno esperpéntico oyen ya las campanas tocando a rebato, señal de que debemos echar el resto y sacar estos miserables asesinos…  

Hoy 04 de junio de 2017 reproduzco el artículo que fuera escrito hace un año, el 13 de marzo de 2016; si bien las circunstancias se han agravado desde entonces en todo respecto, no es menos cierto que la conglutinación de voluntades hace temblar el estamento cubano, porque esa es la maldición que llevamos a cuesta gracias al traidor mayor Hugo Chávez y a quien lo sigue. El genocidio ha continuado, estamos muriendo por efecto de balas de militares y paramilitares, pero a nuestro pueblo, en especial los chiquitines se les mata lentamente de hambre, desnutrición, suciedad, desabasto, inflación y pobreza catastrófica. No puede haber atenuantes para quienes con tanta crueldad y saña matan para mantener un estado de cosas intolerable e inaguantable. Veinticinco mil cubanos –tal vez más- en nuestro territorio entrenados para matar es demasiada afrenta. Pero el pueblo venezolano nunca será el cubano, por sus venas circula un influjo democrático indetenible. Desde el corazón de los jóvenes toda Venezuela se activó, y no valdrá armas para detenerlos. Cada uno que muere, es arrestado o maltratado enciende más la mecha de la libertad. El arcángel San Miguel Jefe de los Ejércitos de Dios con su espada y nosotros, echará a los malos y al Malo

Ω 13 de marzo de 2016. Cuando escribo estas páginas, transitamos por un período de luna nueva, novilunio o interlunio, luna oscura o luna negra: esa luna que no refleja luz y no es vista desde la tierra. Época de nuevos comienzos, época de consagración y dedicación a los más exaltados ideales a los que aspira una persona o una sociedad, porque el final de cada mes lunar es también tiempo de introspección y retrospección, por tanto, debemos examinar cuidadosamente todas las tareas realizadas en el mes que recién termina, observar en qué hemos fallado para cumplir nuestros más caros ideales e intentar descubrir y analizar la razón de los fracasos.

Período de intensa energía, impulso para el inicio del siguiente tramo de nuestras vidas; treinta días más que pasarán muy rápido, briznas de paja en el viento, descuento de lo que nos resta por vivir: urgencia de hacer y pronto, y con pie seguro para no dar un traspié… Época favorable para abonar y arar la tierra, tiempo de sembrar, pero también la fase indicada para abastecerse y acumular energía; tiempo de cuidar y restablecer…

Nos sorprende el ciclo lunar en medio de gran turbulencia política: el ingente deseo de un cambio de un modelo malogrado y corrompido, perverso y depravado, libertino e inicuo llama a su final, los autores del despojo se resisten, están dispuestos a sacrificar con pasmosa frialdad todo un país porque su piel trasuda maldad; son lo peor de la especie humana bajo la tutela de la impunidad que los arropa…

Conforme a lo dispuesto en los artículos 83, 84 y 85 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Estado está en la obligación prioritaria de promover la salud, la prevención de enfermedades y el desarrollo de actividades tendentes a la cura y rehabilitación de los enfermos, garantizando un tratamiento oportuno. ¡Letra muerta por virtud de manos de irresponsables…!

El genocidio es un delito internacional clasificado dentro del grupo de crímenes contra la humanidad y el mismo consiste en el exterminio sistemático de un grupo social motivado, entre otras razones, por cuestiones de raza, etnia, religión, nacionalidad o pensar político. Generalmente es llevado a cabo por un gobierno que se encuentra a cargo del poder del estado. Permítaseme el atrevimiento de ampliar el concepto incluyendo entre otras, la simple motivación de ¨encontrarse, saberse o creerse enfermo¨, ser anciano o niño de la calle, hoy despreciado ¨hijo de la patria¨… El caos sanitario mana de sí dolor, indignación y repulsa pues, ¿es qué no es genocidio el negar los recursos necesarios para que los ambulatorios y hospitales públicos puedan funcionar eficientemente mientras serviles al régimen lo tienen todo asegurado y viajan al primer mundo en procura de salud?, ¿no es homicidio intencional el que el 65% de las medicinas incluidas en la Lista de Medicamentos Esenciales, publicada por la Organización Mundial de la Salud,  no puedan ser adquiridos debido a su inexistencia?, ¿es qué no es genocidio detener el tratamiento de un hipertenso o de un diabético, de un canceroso o un sufriente del virus de la inmunodeficiencia adquirida, de un hemofílico o de un niño con cáncer?, o es que un lapso de muchos meses desde que una mujer al momento de bañarse, se nota un bulto en la mama y que con extremosa incertidumbre y angustia deba esperar otros tantos meses para que pueda ser estudiada, biopsiada e intervenida y luego acaecerle un INRI o titulus de condena similar al de Jesús de Nazaret, luchando por conseguir el inicio o conclusión de un tratamiento que el Estado está obligado a suministrarle pero que por indiferencia supina no lo hace…; o es que la vida de un diabético descompensado dependiente de insulina se decida en horas porque la insulina escasea o no se consigue…

¡Sentencias de muerte inmerecidas por doquier dictadas por burócratas que deberían proteger a sus gobernados pero engordan su hacienda!, o es que la rotura de un aneurisma intracraneal -una emergencia neuroquirúrgica que clama por rauda acción– sea decena de veces pospuesta porque no hay pabellones operativos, anestesiólogos ni necesarios insumos, y cuya solución pueda tomarse hasta 3 meses siendo que la muerte por resangrado sorprende al desvalido en la espera…, o es que en los hospitales no exista ¨solución salina al 0.9%¨, eso que legos llaman ¨suero fisiológico¨ y cuyo rumboso nombre sólo esconde su modesta composición: ¡agua con sal…!, o es que de acuerdo con la memoria y cuenta del Ministerio de Salud de 2015 ignoran que 20 de cada 1.000 recién nacidos mueren, ¡100 veces más que en 2014! ¿es o no es eso genocidio?, ¿No es genocidio cuando los programas de vacunación infantil están detenidos se arrastran malamente, las vacunas proceden del exterior a través de un convenio con Cuba ignorándose detalles de registro, efectividad e inclusive si cumplieron con la cadena de frío?; o no lo es cuando se obliga a jóvenes entusiastas a emigrar por miles a buscar trabajo en el exterior con el corolario de desarraigo familiar y exilio indirecto a otros países cuando hacen tanta falta aquí donde son execrados, humillados y mal queridos.  

Todo ello nos ha conducido a una «crisis humanitaria de salud¨ porque se están muriendo pacientes venezolanos por la falta de piedad y medicamentos y porque el sistema de salud del socialismo del siglo XXI ha colapsado por el propio peso de su ineptitud e insania. Transitamos por la «peor crisis de la historia», pues el Gobierno invierte apenas el 4,3% del producto interno bruto en el sector salud, mientras que Bolivia destina el 6%, la Argentina 8% y Colombia 9%. No cabe duda pues que hay que activar los organismos transnacionales como la Cruz Roja, la Organización de las Naciones Unidas, la Organización Panamericana de la Salud, entre otros, porque no podemos dejar morir de mengua a la población. Pero muchos de ellos reciben estipendios para mirar de lado, para no denunciar lo que aquí pasa y ¡punto!

En otro contexto, es qué, no importa que en el país existan 15 millones de armas en manos de civiles que matan a un ciudadano inocente cada 20 minutos; ¿no es un genocidio que Cavim (Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares) y los militares que la dirigen vendan balas a los delincuentes para que con ellas en forma cruel nos corten sin razón el hilo de nuestras vidas y que buena parte de ellas ocurra en adolescentes o adultos jóvenes…?

Es la línea isoeléctrica de la detención aguda del corazón de Venezuela, esa que Rayma Suprani la comunicadora social y caricaturista trasplantó con acierto en la rúbrica del padre, iniciador y propulsor del genocidio venezolano, Hugo Chávez, aquel que decía que ¨ser rico es malo¨ mientras su familia ha amasado siderales fortunas; ese que aventó la lucha de clases, el que incitó a delinquir, inicialmente dirigido a destruir a la clase media, pero la maldad y sus derivaciones fríamente calculadas, hizo que permeara hacia los estratos más humildes; es el coma profundo del alma y de la humanidad de mequetrefes que regulan nuestras vidas, es sequia de ideas, es dejar pasar, es la inacción total, permitir que la muerte no merecida ni llamada nos busque antes de tiempo… Sin pudor, recato ni contención han enterrado la moral, la ética y las luces, la honra y la liberación del hombre por sobre su instinto animal…

De acuerdo con la memoria y cuenta del Ministerio de Salud de 2015, los convenios internacionales que ha adquirido Venezuela desde 2011 relacionados con el sector salud ascienden a 4.091.696.266,73 dólares. El año pasado, para los contratos con Argentina, Cuba, China, Uruguay y la Organización de Naciones Unidas se ejecutaron 1.405.005.439,88 dólares para adquisición de medicamentos, insumos y equipos médicos, que no paliaron la situación de escasez que vive el país. La Federación Farmacéutica Venezolana aseguró que en enero el desabastecimiento era de 80% y en febrero la Asamblea Nacional decretó una crisis humanitaria. ¿Cómo podría esto denominarse sino empobrecimiento colectivo como medio de dominación política?, una forma de negligencia criminal, una forma de genocidio…

La Esperanza fue una divinidad honrada por los romanos; era según los poetas, hermana del Sueño que da tregua a nuestras penas y de la Muerte que las termina… La Esperanza es desear que algo suceda: la conjugación de la esperanza de todos hace lo que ya está sucediendo en nuestro país, un deseo ingente de cambio, un intenso deseo de crecimiento, su color verde es característico y emblema de la naciente verdura que presagia la cosecha de los granos; la Fe es creer que va a suceder y si todos al unísono, unidos de las manos así lo creemos, sucederá; y la Valentía es hacer que suceda…

Apoyemos a la Asamblea Nacional con sus errores y aciertos, integrémonos en la defensa de la patria, dejemos nuestras cómodas posturas, no tengamos miedo, incitemos a otros a seguirnos y más pronto que tarde, veremos los resultados de nuestro esfuerzo…

¡La libertad total! ¡Viva Venezuela!

Elogio del «principio violento¨…

¡Cómo he recordado estos días a mi maestro de patología médica, el doctor Rafael Hernández Rodríguez (1909-1985)[1], apodado Bambarito[2] por esa, su capacidad diagnóstica inigualable que al ejercerla parecía hacerle rondar los linderos de la magia.  En uno de sus tantos adagios, rememoro hoy uno en especial:

«Todo principio violento tiene un final melancólico»

Hablaba sobre aquellas enfermedades que irrumpían extremosas y finalizaban bien en lisis con la muerte, bien en crisis con la mejoría. Y así parece estar ocurriendo en la dolorosa coyuntura que nos atañe… El chavismo se aposentó con fuerza muy destructiva e imparable, como un cáncer indiferenciado y desafiante implantado desde la Cuba fidelista experta en negación de la vida y sus derechos bañando de metástasis el mismo cuerpo de la patria; veinte años bastaron para dejar todo en ruinas, piedra sobre piedra… pero, no tomaron en cuenta la extraordinaria fuerza democrática de su pueblo, pensaron que apoderándose de las televisoras, radios, periódicos y libros de texto infantiles podrían ideologizar para reinar por siempre… sin embargo, ese pueblo subestimado, sin armas y levantado por la increíble fuerza de un volcán en erupción y más que dispuestos, nos armamos de convicción y unidos todos, con valentía, esperanza y voluntad para volver por nuestros fueros y recuperar lo que siempre fue nuestro, la soberanía patria, la libertad y la democracia, y por allí, hoy día nos vemos encaminados: son, y no cabe duda, serán tiempos turbulentos: «la planta insolente» de cubanos, rusos, chinos,  y el resto de las alimañas rastreras, serán doblegados y vencidos lo que dará paso a la calma y al pensar constructivo, a la recuperación del tiempo perdido, al llamado a la concordia y al retorno de sus hijos aventados por la pena y la necesidad hacia extrañas fronteras donde no siempre han sido bien recibidos… En este momento quisiera recordar un artículo mío publicado en el Diario El Universal de Caracas, el viernes 10 de mayo 2002, página de Opinión 2-13.

«¡TODO PRINCIPIO VIOLENTO…

Rafael Muci-Mendoza

…tiene un final melancólico! Es la historia de Chávez. Psiquiatras de notorio desatino ignoraron su insania. El discurso de campaña preñado de violencia. En el Patio de la Escuela Militar, ya Presidente, padre irresponsable incapaz de procurar, incitó a sus hijos al robo bajo excusa de necesidad. Violencia en la destrucción de instituciones y en el odio sembrado. Oligarcas, escuálidos, afligidos, conspiradores, virtuales… violentos epítetos del padre inmaduro, incapaz de ser padre. Violento al escoger ministros desavisados. Burlas violentas hacia sus más fieles sirvientes. Violencia engañosa para los pobres, ahora transformados en buhoneros y conuqueros porque el trabajo digno y estable merma. En salud pública, la impronta de la violencia de sus designados, nulos e ignaros, resucitaron del túmulo con agravada tendencia, endemias rurales y urbanas otrora acorraladas por la excelencia y el patriotismo de verdaderos sanitaristas, y hasta el sarampión se arrima hoy al banquete de la indiferencia. Violento al afianzar la medicina cubana pues sus ojos invidentes nunca percibieron el horrible drama hospitalario local donde la desnudez cunde. El violento no piensa, «se deja llevar por sus impulsos». ¡No Presidente! El impulso es reflejo animal, para eso tenemos razón e inteligencia. ¿Quién cree en su pedido de perdón…? El fin, tan melancólico como va siendo, cobró su presa en vidas humanas y transitoriamente en esperanzas, pero, además, mostró el talante medroso del violento, rindiéndose sin ver propia sangre, pidiendo hombro para llorar. ¡Hasta para descerrajarse los sesos hay que tener coraje! La violencia del principio, el salvajismo del ahora, dolorosamente no han sido conjurados. La miseria, las enfermedades y la desasistencia de gran parte del pueblo yacen insolventes. El fin aún no ha llegado a su fin, pero la inferioridad melancólica y profunda de los conductores del «proceso» está al descampado…».

En medio de aquella umbra espantosa la Asamblea Nacional legítima mantuvo una llama transformada después, quizá, en una llamarada de esperanza, en un concitar voluntades tras la libertad. Es como si hubiesen encendido una luz en la espesura de la umbría de la noche para apreciar la melancolía de la situación, el ver desmoronarse un expaís, y con él, un Estado fallido, dictatorial, precario, incapaz de cobijar un pueblo y sin ánimo ni disposición para poner fin a una emergencia humanitaria compleja y prolongada por años; peor aún, se ha solazado acentuándola.

El nombramiento del diputado Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela reaviva aún más la llamarada; es como si hubiesen encendido una intensa luz en la espesura de la umbría de la noche. Todos nos aprestamos a seguirle, a brindarle nuestro apoyo, y no solamente ocurre en Caracas, los cuatro costados del país arden de gozo con el claror del nuevo día; pero será un día largo y tortuoso, costará mucho sufrimiento, muchas vidas. No es fácil derrocar a un narcoestado y defenestrar al usurpador Maduro, con sus tentáculos extendidos por todo el mundo, pero lo haremos con nuestra fuerza, con nuestra unión y con el apoyo de todos los países progresistas que también miran con dolor y atónitos nuestro interminable sufrimiento; aquel pueblo en apariencia adormilado, en apariencia en estado vegetativo persistente, volvió a la vida insuflado de fe y esperanza de un cambio con el menor trauma posible; difícil será por la maldad de quienes nos sojuzgan…


[1] En 2010 escribí acerca de él una monografía preñada de afecto filial que fue publicada en el volumen X de la Colección Razetti de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela. 

[2] Le tildaban de brujo, de poseedor de poderes mágicos, de que curaba por hipnosis y muchas veces sin medicinas; por ello le apodaron ¨Bambarito¨ como el personaje de la rumba que popularizó por aquellos tiempos el cantor cubano Miguelito Valdez: «Si no lo cura Bambarito, no lo cura nadie…».

Invitación a la Academia Nacional de Medicina Jueves 31 de enero a la 9.30 am

Elogio del nudo asfictico: la oscuridad del ahorcamiento…

De acuerdo a Johannes Escotus Eriúgena (siglo IX, 810-877), ¨La sabiduría se ilumina por su relación con la insipiencia, la ciencia por su comparación con la ignorancia que es solo defecto y privación, la vida por la muerte, la luz por la oposición de las tinieblas, por la ausencia de alabanzas las cosas dignas; en resumen, todas las virtudes no sólo obtienen alabanzas de los vicios opuestos, sino que sin esta confrontación no merecerían alabanzas… En efecto, todo lo que está ordenado según los diseños de la Divina Providencia es bueno, es bello, es justo. ¿Hay algo mejor que del enfrentamiento de los contrarios se obtenga la alabanza inefable del Universo y del Creador? ¨.

Es la eterna lucha de los contrarios… Si lo sabremos los médicos que vivimos y sufrimos tratando en tantos casos y sin éxito el calvario ajeno, y luego, cuando la desnudez nos atenaza a veces no conseguimos quien nos ayude a cargar nuestra propia cruz… El dolor y la desesperanza son muy profundos en mi país y no hay peor sentimiento que el desaliento, hermano del pesimismo, de la desmoralización y el desengaño, vía rápida a males mayores y peores.

Nos han golpeado hasta el hartazgo, se han mofado de nuestras ideas, no han tenido compasión con nuestra congoja de padres y abuelos separados de hijos y nietos, y más bien, desde un empíreo inventado, se solazan presenciando nuestras penurias. Es increíble que tanta miseria se acloque en el alma humana, que tanto odio aflore a la superficie del prodigio de la creación, que no importe para nada la privación, el dolor ajeno, el sumergir un ser humano en una ¨tumba¨ o  celda de 3×2 m, sin ventanas, sin luz del sol, sin afectos y con premeditada maldad, amenazas de toda índole, luz artificial noche y día, intenso frío con hambre, bañándolos con heces fecales y orina en medio del éxtasis gozoso del carcelero…

Un preso político, Rodolfo González de 64 años, llamado «el aviador», aprehendido y sepultado sin fórmula de juicio, es detenido e inducido a suicidarse en ¨La Tumba¨. Aunque diga que no lo dijo, el ilegítimo presidente Nicolás Maduro expresó en cadena nacional que a “El Aviador” debían enviarlo al Penal de Yare, tenebrosa comarca donde todo vicio cunde, conocida y temida por albergar los presos comunes de la mayor peligrosidad que haya parido la tierra. En su pureza de alma se sacrificó para llamar la atención y evitar que otros compañeros de reclusión, la mayoría jóvenes, corrieran el mismo destino que ya les había sido ofrecido. Una conmovedora carta a su esposa entreveía sus intenciones. La ofrenda de su vida logró que la miseria no tomara pasos de acción contra los estudiantes detenidos para enviarlos a Yare… Última ofrenda de un alma noble…

No más hace tres semanas, en plena sala 3 de medicina interna del Hospital Vargas de Caracas un paciente sin esperanzas y con dolores irredentos se ahorca: una fístula enteral recalcitrante, dicen, fue la razón, y a juzgar por una cura mal hecha sobre su hipocondrio derecho eso fue todo cuanto recibió; pero, más que eso, fue el saberse malquerido, mal atendido, maltratado, sin una entidad superior a la cual recurrir…

 En una pared del cubículo las estampitas pegadas del doctor José Gregorio Hernández, de las Siete Potencias, de El Negro Miguel o del Arcángel San Gabriel no pudieron interceder para mitigar su dolor. Del listón metálico que une las divisiones de los cubículos colgó una sábana que terciada en su cuello le sirvió de lazo asfíctico que se lo llevó rapidito de este mundo injusto. Los técnicos forenses dijeron que fue un ahorcamiento asimétrico e incompleto pues sus pies estaban en tierra y atípico, porque el nudo no estaba en el centro del cuello sino de un lado… Lo siento, la imagen es cruda, descarnada y quizá ofensiva… Esto ocurre frente a nuestras narices…

Aunque en el campo la gente se ahorca en un árbol en un sitio poco concurrido y en las poblaciones se eligen los sitios retirados de las casas, los graneros o el jardín, a veces la ahorcadura tiene un carácter eminentemente exhibicionista, el sello de un mensaje sin destino cierto, un ¨cúlpese a todos de mi muerte…¨.

¿Pero qué importan estos detalles técnicos cuando de un humano se trata…? Porque somos lerdos o displicentes es que desconocemos lo que los suicidas sí conocen: Es decir, que aún en las ahorcaduras en que no actúa como fuerza todo el peso del cuerpo, se origina una presión suficiente para originar trastornos considerables de la circulación cerebral con anoxia o falta total de oxígeno. Que sólo son necesarios 2 kg para obliterar las venas yugulares, 5 kg para cancelar la circulación por las arterias carótidas, 15 kg para obstruir la tráquea y 25 kg para suprimir la permeabilidad de las arterias…; así, que ni siquiera tenemos que colgarnos de un árbol ni caer al vacío como peso muerto cuando se abre la trampa bajo nuestros pies para entrar en los dominios de  Caronte, el barquero del Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte …

¡Qué horrible! Adentrarse en lo temido, en lo desconocido, cuando la muerte tiene más el sabor de la miel, y la vida más el sabor de la hiel…

Como en el caso de muchos suicidas alguno supo de sus intenciones, pero no lo tomó con seriedad… De entre sus compañeros y en el recinto de la sala, nadie dice haberse percatado del colgante suicida, nadie oyó los estertores de su agonía ni percibió las sacudidas convulsivas de su cuerpo pues en las noches de hospital se acrecienta la soledad y el desamparo, nadie mantiene los ojos abiertos porque los espectros de tantos muertos acumulados en el tiempo, desfilan con sus ayes de aire frío, de denuncia, de reclamo, sin ser escuchados…

Total son tan pobres como él, olvidados, molestosos, menesterosos de toda ley y desechables; no habrá investigación, responsables ni culpables, no dejó una carta porque era analfabeto, su única y última declaración de desabrigo fue la propia inmolación, una bofetada a sus tratantes que le pelotearon de un servicio a otro quizá, aduciendo que la institución es un asco donde nada se consigue, al hospital que le brindó falsaria acogida y al Estado criminal que nadando entre prebendas, comisiones millonarias, ineptitud e indiferencia, se constituye el principal culpable.

¿Cuántos como él en tantos hospitales olvidados y desguarnecidos de mi país? En Venezuela el significado del vocablo ¨hospital¨ carece de todo sentido. La clase dirigente, una estirpe bárbara y talibana, ayuna de humanidad, se ha trocado en manada de perros de presa que ordenan tirar a matar a estudiantes desarmados para ahorcar el sagrado don de la libertad o ponen preso con falsas acusaciones a quienes se les antoja…

De acuerdo al DRAE, el término hospital proviene de una voz latina, ¨hospitalis¨, que significa ¨afable y caritativo con los huéspedes¨, pues los hospitales deben brindar ¨hospitalidad¨ o ¨virtud que se ejerce con los menesterosos y desvalidos, dispensándoles buena acogida y recibimiento, y prestándoles la debida asistencia a sus necesidades¨.

Como si fuera poco, en la práctica médica actual la técnica fragmenta fríamente y por especialidades la indivisible humanidad, en flagrante ignorancia de que ningún órgano existe en solitud de los demás, pues es influido por todos, y todos son influidos por él. En clara conspiración cartesiana, en nuestra práctica y en los nosocomios en los cuales malpasamos nuestros días, se malentiende que sólo serán escrudiñados y tratados los cuerpos o somas en descarada ausencia del individuo todo, su mente, su espíritu y el medio, tantas veces áspero, en que se desenvuelve su ser total, muy especialmente en esta ola creciente de pena, carencia y pobreza que a todos sin excepción nos abraza pretendiendo asfixiarnos como lazo en cuello de ahorcado.

Entre tanto maltratado, todavía nos domina la influencia norteamericana del ensamblaje en serie llevada a la atención del paciente, que desplaza con su falsario canto de ¨ciencia con eficiencia¨ al hipocratismo de nuestros maestros y que ha traído consigo el «caso» clínico y el manido «manejo», desdeñando al hombre enfermo, o sencillamente al ¨enfermo¨ no susceptible de manejo sino de cuidados… El caso clínico, como las enfermedades, ejerce un poderoso magnetismo en nosotros los médicos; es un necesario, simple o complicado relato del hecho físico, en ausencia del hombre que lo sufre, un recuento pormenorizado de síntomas y signos, hechos fisiopatológicos y bioquímicos, trozos de tejido diseccionados y hasta biología molecular, imágenes maravillosas de toda ralea que ¨todo¨ pretenden decirnos, y detalles del tratamiento, sin resonancia afectiva alguna

Bien podría tratarse de la dolencia que aqueja a un noble bruto o a un primate superior. Saber de enfermedades… es saber de medicina –se cree erróneamente-; ¨Quien sólo de medicina sabe, ni de medicina sabe¨, pontificaba don José de Letamendi y de Manjarrés (1828-1897), Catedrático de Patología General de la Universidad de Madrid; así que se soslaya que el juicio clínico se fragua, además, en el conocimiento de la situación personal, familiar y de los valores intrínsecos al paciente.

De esta forma el verdadero ars médico induce a reconocer el patrón sintomatológico y sus adjuntos, a relacionarlo con las necesidades y recursos del enfermo y traduciendo todo a términos de cuidado médico, no de manejo médico como aludiendo a una máquina, término con el cual hoy día fríamente nos llenamos la boca los médicos para estar a la moda. ¿Cuándo será que desaparecerá el infeliz término más propio de un Trump que de un médico…?

Tanto se parece el ahorcamiento de las libertades al del ¨aviador¨ y al de mi paciente del Hospital Vargas: nadie parece enterarse, a nadie le interesa, nadie está dispuesto a denunciarlo por ese miedo tantas veces servil disfrazado de indiferencia que sólo protege nuestros cotos materialistas, olvidando que nada de lo que estamos viendo en esta otrora tierra de gracia y ahora de desgracias, pertenece a la comarca de las sociedades civilizadas…

Sólo nos falta la autoinmolación a lo bonzo, forma de inmolación y suicidio en el que el sacerdote budista se rocía con un líquido inflamable y se prende fuego en público como forma de protesta, desobediencia civil o gesto solidario guiado por algún motivo.

 Y es porque el gobierno del ilegítimo Maduro realmente no es una amenaza para el Imperio Norteamericano, allá ellos que disponen de dinero y herramientas para defenderse, es una amenaza trocada en la realidad de cada día, para todos los venezolanos que no sabemos cómo, o no podemos defendernos…

rafaelmuci@gmail.com