Elogio de los grandes asilos…

 

Precisamente hace dos años, un día tal como hoy, recibí la llamada que había estado esperando… Vientos de intemperancia contra la libertad de expresión se respiraban en el ambiente. Se cocinaba en la opinión pública la idea de que el Diario El Universal con quien colaboraba como columnista de opinión los días domingo desde hacía 12 años, cambiaría de dueño pues había sido comprado a través de testaferros con el dinero sucio del régimen para acallar las voces opositoras y entre ellas la mía y la de otros columnistas o pugnadores del estado de cosas del llamado eufemísticamente Socialismo del Siglo XXI, no otra cosa que puro y refinado comunismo cubano. Entonces la llamada ocurrió…: en forma muy decente se me dijo que mi último artículo no sería publicado a menos que cambiara algunos adjetivos ¨inconvenientes¨ presentes en el texto. De inmediato respondí a mi interlocutor, ¨¡Primero la muerte que la deshonra!¨; le agradecí por sus atenciones a lo largo de los años, pero ya había tomado mi decisión… Saldría a la Internet con un nuevo nombre, El Uni-personal, una nueva denominación que sin olvidar al intento del opresor de silenciarme expresado en el mismo tipo de letras, simbolizara para mí y otros que fueron censurados, mi derecho personal e inalienable a la libertad de ideas, tal y como está consagrada en nuestra Constitución. Completo hoy pues 91 artículos de opinión de mayor extensión que los 1.800 caracteres a que estuve constreñido por razones de espacio en mi antigua columna dominical. Hoy libre y exigiendo respeto a mí libre albedrío, como un pájaro navego por el éter y ahora además, en este, mi blog personal –aún no concluido-. 

En su momento el Hôpital de la Salpêtrière de Paris y en la época del famoso clínico y patólogo Jean-Martin Charcot (1825-1893) descriptor de la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica y estudioso de la histeria: para muchos el fundador de la neurología moderna, en otras palabras, ¨El padre¨ de la especialidad, se consideraba a aquella institución como ¨el gran asilo de la miseria humana¨. En ese momento, en 1862, cuando empieza a trabajar en esta institución había cerca de 4.500 mujeres y en el mismo saco se metían a las dementes, mendigas, delincuentes, epilépticas o histéricas.

Por el deterioro en el que se encontraba el ala Saint-Laure de La Salpêtrière, el hospital decidió hacer dos grupos diferentes con las mujeres ingresadas. Las dividió en dementes y pacientes con convulsiones (epilépticas o histéricas).  Con estas últimas se creó un nuevo servicio: la sección de las epilépticas simples; de este servicio se encargó Charcot, lo que entre tantas condiciones patológicas allí reunidas, motivó su interés por la histeria. Podía comprenderse… En su época, muchas enfermedades estaban en proceso de definición y la medicina no había alcanzado aún el conocimiento y sofisticación para comprenderlas y tratarlas.

Etimológicamente la palabra ¨iniquidad¨ quiere decir, «lo torcido», de hecho, es lo que se tuerce del camino recto y perfecto de Dios. Venezuela ha trocado en un asilo donde se aposenta a sus anchas la miseria humana; aquella que constituye los que nos gobiernan, cúmulo de seres despreciables, más enfermos y miserables que las pacientes de Charcot, pero del otro lado de la acera, estamos quienes sufrimos con mayor o menor intensidad los desmanes y suciedades de aquellos y a los cuales no podemos ni debemos resignarnos a padecer. Los pobres, que nunca han tenido acceso a una tribuna donde se oigan sus lamentos, ni la tienen ni la tendrán, solo porque nos interesa a muchos que así sea: menesterosos, siempre con la mano extendida, siempre esperando que todo les sea regalado, nunca esperando que les den instrucción ni herramientas para enfrentar la vida con éxito. La canciller ignorante  y prepotente, Delcy Rodríguez afirmó con pasmosa indiferencia que en el país no hay una crisis humanitaria, como si las colas traslapadas por dolorosas carencias no estuvieran en todos los noticiarios del mundo: ¨No la hay; lo afirmo con total seguridad¨, vociferó. Por otro lado, destacó, que el país no necesita ningún tipo de apoyo de la OEA. ¨Se trata de infamias e inventos, cuya fuente de información son las palabras de las ONG y los tuits de la oposición. Es un exabrupto que se pretenda desconocer el gobierno de Nicolás Maduro¨, destacó…

A través de casi cuatro lustros de planificadas estrategias forjadas por la bota cubana de la cual no hemos podido deslastrarnos, el pueblo venezolano ha sido domado y pacificado al extremo de no protestar y esperar pacientemente su aniquilación; con los dirigentes de la oposición hemos sido hervidos como el sapo; ellos no han sabido capitalizar el descontento con la ayuda de los oprimidos; ellos no han sabido o no han querido hablar del ¨ilegítimo¨ de origen, el comunista vendido al castrismo y marioneta de sus deseos. Desde el pueblo en vías de civilidad que una vez fuimos, a través de un prolongado proceso de retroceso hemos llegado al estadio de primate, viviendo en una jungla donde no hay ley ni derecho y donde nuestros opresores y los criminales y bandidos que a diario agrian nuestras vidas, se mueven impunes por todo el país.

Parece que de nada valieron los mandatos de nuestros líderes espirituales, Jesús de Nazareth, Zoroastro o Lao-Tse. Caminamos muy de prisa hacia el estadio de ser no-humanos. Dejamos atrás aquel tiempo donde nació la máxima o imperativo humano, ¨No matarás¨. El régimen trata con crueldad a quienes les adversamos, pero paradójicamente peor a quienes les han mostrado lealtad, sin respeto ni piedad. Reedición del drama de Caín y Abel. No somos adversarios, somos enemigos.

Nos roban los ideales y la fe. Pero ignoran que somos los que plantamos árboles para un después, los que rechazamos el inmediatismo, aun  sabiendo que no todas las semillas germinarán, que algunas serán estériles y que no todos árboles crecerán rectos y erguidos, sino muchos torcidos, con distrofia marasmática, como los pobres y sufridos médicos integrales comunitarios, objetos de una oferta engañosa y fraudulenta, que nunca podrán enderezar sus ramas porque les alimentaron mal y a la ligera y con mala intención, como tampoco lo harán quienes les empujaron a esa aventura condenada al fracaso desde su gestación, muchos de sus deseos acabarán en decepciones, falsas esperanzas y hasta traiciones; poquísimos estarán en condiciones de empujar el carromato de las causas justas porque han sido objeto de descarado engaño…

El sacrificio que nos ha impuesto el Socialismo comunista del siglo XXI que nada sabe de misericordia ni buenas intenciones, en nombre de una ficción inventada por los cubanos, de un espejismo, ha sido inconmensurable. Nos matan cuando cierran los ojos ante la pobreza, la infancia desvalida y la ancianidad despreciada; cuando al despedido injustamente de su trabajo sin protesto ni atenuantes por no pensar igual, se suma la mayor desestimación; nos matan cuando los magistrados de pacotilla, los asalariados del TSJ proclaman la infamia sin que les tiemble la voz o el pulso; ¡Que de tanta maldad, perfidia, envidia e ignorancia está hechos!  Nos matan cuando nos despojan del futuro del país, cuando regalan nuestras riquezas para mantener concubinato con dictadorzuelos como ellos en Ecuador, Nicaragua, Bolivia o Dominicana; cuando entregamos nuestros jóvenes, una brillante generación de relevo a otros países porque no los queremos aquí, porque su inteligencia les ofende. Nos matan cuando fragmentan los núcleos familiares y los padres se quedan sin hijos, y los abuelos sin nietos. Debemos cambiar el sendero de recuas por el que transitamos por la vía expedita hacia la liberación del hombre y su circunstancia.

El hambre se ha democratizado, todos hemos perdido peso, claro está, unos más que otros. El dinero no alcanza para comprar cuando no hay nada que comprar. La leche, la carne, el pescado están a un nivel inalcanzable, y me pegunto por los niños y la señora que se suicidó en el colmo de la desesperación porque no podía alimentar a su hijo,  ¿Cuántas más?, ¿Cuánto cuesta hacer volar un avión o muchos aviones supersónicos el 5 de julio?, ¿Cuánta hambre capearía? La degeneración del ser humano se aprecia en su máxima expresión en el consejo de ministros donde predominan militares, seres fríos y obedientes que esconden sus cabezas a una realidad golpeante.

¨En aguas donde hay pirañas, muy pendejo quien se baña…¨

Anónimo

Ellos se creen que estarán allí para siempre gozando sus privilegios, que la justicia de Dios y de los hombres nunca les alcanzará… Los(as) encargados de la cartera de salud de esta exrepública, los responsables del Holocausto del chavismo, están dominados tanto por la ignorancia como por la mentira como estilo de vida, hombres y mujeres que pareciera que nunca tuvieron afectos ni hijos, que no conocen ni saben lo que es la empatía ni la compasión… El no ser un profesional enterado experimentado y competente, respetado por sus pares, exacerba su odio vengativo hacia quienes sí lo han logrado; es su perversa manera de vengarse de sí mismos, de sus pequeñeces y mezquindades a través de otros usando un poder terrenal para la destrucción, siempre tan transitorio; la construcción les queda muy grande y su solo pensamiento les produce un rechazo visceral.

Un ¨período especial¨ a la cubana se ha cernido sobre el país y sus habitantes; antes les pedían comer piedras, ahora se las dan. El morbo de la maldad y las malas acciones de ministros(as) está allí, en lo más recóndito  de sus mentes… No se atreven a abandonar la guarida de Miraflores; no podrían enfrentar los mil y un problemas generados por la indiferencia en los hospitales públicos, serían invidentes ante la desnutrición severa que por su culpa, se ensaña sobre los más pobres y desfavorecidos y para los cuales no hay tutía:¡ ¨ya el daño está hecho en los lactantes e infantes menores¨! –se dice con certeza-: la falta de proteínas básicas como base para la sustentación del crecimiento y la salud ahora con un déficit de un 22.5%, la falta de hierro como soporte del cerebro y sus neuronas generará cadenas de idiotas, la carencia de ácido fólico en la embarazada como causa de  discapacitantes disrafias (espina bífida y paladar hendido), la distrofia marasmática o niños esqueléticos forrados de piel, la desnutrición hinchada o kwashiorkor:  niños como salidos de ese campamento de refugiados que se llama Venezuela con una mortalidad del 60%, niños hambrientos, enclenques  y deshidratados, tripones con retraso ponderal, que parecen decirle a las autoridades, ¡Por favor… por mi Dios, hagan algo…!

Si Charcot con su ojo clínico viniera a Venezuela, la vería como un ¨gran asilo de la miseria humana¨, una gran cárcel donde a la miseria de sus habitantes despojados, desprovistos y desesperados, se entremezclan diversas categorías de enfermedad entre sus carceleros: los enfermos de codicia, los enfermos de sed de sangre, los enfermos de crasa ignorancia, los enfermos de maldad irracional, los enfermos de injusticia, los enfermos de ceguera y sordera funcional, los enfermos de latrocinio y muy particularmente, los enfermos de indiferencia…

¨Lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia…¨

           Elie Wiesel (1928-2016), superviviente de los campos de concentración nazis.

La ¨malandrina¨ o ¨maligdinina¨, empleadas como sinónimos,  se originan en aquellos sujetos predispuestos a la maldad en una elaborada alquimia de temor, ignorancia y odio… Es una sustancia química identificable y  mensurable que circula libremente en arterias de grande y mediano calibre, en el lecho capilar y como si fuera poco, en cantidades extraordinarias en la circulación venosa de retorno, enchumbando cada fibra de estas personas, obnubilando sus mentes, agriando su carácter, potenciando su rabia ante el mundo y acrecentando su virulencia, sus malas acciones y delitos de lesa humanidad.

¨Uno de los principales enemigos de la dignidad humana es la indiferencia…¨

            Elie Wiesel (1928-2016), superviviente de los campos de concentración nazis.

He aprendido con dolor a amar mi destino y a vivir para él; no me ha importado si he tenido larga vida, ni he querido una hacienda pletórica en bienes materiales, ni una fama impuesta, ni ningún título comerciable ni algún rango mundano y transitorio: nada pesado nos llevaremos al momento de morir. Soy de los que cree que; ¨servir es la palabra más hermosa del diccionario¨, y eso es lo que somos los médicos de mi país, servidores y defensores de los que sufren exclusión y dolor…

Publicado en El Unipersonal.

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