Elogio del árbol de la vida…

Cerro Tepuy Autana

Como suelo emplear la metáfora del árbol de la vida para iluminar las tarjetas navideñas que cada año envío a mis afectos, he pensado que sería útil relatarles una de tantas historias, en este caso de nuestro país, Venezuela;  si bien es cierto que el concepto existe en muchos otros relatos y dibujos de artistas provenientes de muchas latitudes, en nuestro caso limito el tronco del árbol a Graciela y yo como fundadores del clan Muci-Facchin, y en sus ramaje mis tres hijos, Rafael Guillermo , Gustavo Adolfo y Graciela Cristina con sus respectivos consortes que vienen a ser sus amados frutos… Siempre finalizo elevando una plegaria por nuestro olvidado y agredido país…

En el Amazonas Venezolano se erige el Tepuy cerro Autana, llamado por la tribu indígena piaroa Euwabey o Kuawai o «Árbol de la Vida», o Calieberri-Naé pues, en su cosmovisión la leyenda cuenta, que, al principio de los tiempos, la especie humana, antes de transformarse en los hombres y mujeres que actualmente somos, se encontraba viviendo en los cuerpos de sus antepasados animales; estos animales vivían guiados por un Chamán, el cual era respetado y obedecido por la comunidad. Debido a la escasez de frutos en la selva, el Dios Wahari ordenó a los animales derrumbar el árbol de la vida para comer los frutos que habían de él, y de ese árbol, quedó solo el tronco el cual permanece allí y es ahora conocido como el famoso Tepuy Autana, el sitio sagrado donde transmigran las almas de los muertos. En resumen, los piaroas denominan al cerro, Autana, como lo que significa, árbol de la vida y, como evidencia, solo quedó el tronco cortado, el tepuy Autana o Kuawai.

“Del Árbol de la vida, sólo el tronco permanece. Ustedes, los criollos, lo llaman Cerro Autana. Para nosotros, los piaroas, es el Kuaimayojo, el tocón petrificado del Wahari-Kuawai, a cuyo alrededor Mereya Anemei creó el universo: los ríos y raudales, las montañas y la selva, los animales, la lluvia y el espacio celeste. Este es nuestro territorio de origen. Esta es, para nosotros la tierra sagrada”.

El tepuy Cerro Autana fue declarado monumento natural en 1978. Es uno de los tepuyes del sur de Venezuela, con aproximadamente 1.300 metros de altura. Dentro de la montaña, hay una cueva formada enteramente de cuarzo, que mide 400 metros de longitud y 45 metros de altura

El Cerro Autana fue declarado monumento natural el 12 de diciembre de 1978 bajo el Decreto N° 2.987, Gaceta Oficial Extraordinaria N° 2.417, en conformidad con la Ley Aprobatoria de la Convención para la protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América. Esta Gaceta demuestra el extraordinario compromiso que una vez tuvo Venezuela con la conservación del Sur del Orinoco, y así, se decretaron 4 parques nacionales: Duida Marahuaca, Yapacana, La Neblina y Jaua-Sarisariñama; así como los monumentos naturales Cerro Autana y Piedra del Cocuy. La consideración del Decreto para asignar la categoría de “monumento natural” al Cerro Autana:

¨Que el cerro Autana, situado en la zona montañosa al noreste del Territorio Federal Amazonas, en jurisdicción del Departamento de Atures, representa un valioso recurso, no solo escénico sino también científico, el cual alberga la cueva más antigua que se conoce, así como otras cavernas únicas en el mundo formadas enteramente de cuarcitas¨

Don José Muci Abraham y Misia Panchita Mendoza –circa 1932-

He recogido esta idea primigenia para significar, en nuestro caso, la fusión del cedro libanés que representa a mi padre, y la hermosura de alma y corazón de mi madre que encarna la altivez de la flor de bora (Eichhornia crassipes) del río Guárico.

De los frutos desparramados del gran tronco y verde ramaje perpetuode nuestros padres, nacimos nosotros, sus hijos y nietos para festejar nuestro humilde origen y consustanciarnos con nuestras raíces y nuestra tierra venezolana sintiendo el dolor y la impotencia ante su reiterado ultraje por malparidos y vendepatrias. Tuvimos esperanzas de que la deshonra durara un tris, pero el sentimiento a poco se desvaneció, pues lejos de que los virtuosos y honrados contagiaran de valores a los malos y deshonestos, sucedió todo lo contrario, los honestos fueron contagiados por los malos, y ¡como…!

Es lo que ocurre de tiempo en tiempo, que los buenos no son tan buenos y los malos son los peores, nos contagian rapidito con su morbo y llegan a nuestro precio, porque todos tenemos un precio para ser comprados por altísimo que sea, lo justo y saludable es mantenernos a distancia de la flama, porque el rabo de paja, que también tienen los justos, aún minúsculo, coje también candela…

Los Muci Mendoza – circa 1950-

¿Cómo sacar fuerzas de flaquezas…? He visto moribundos recuperarse por completo con la plegaria de rodillas de una madre desesperada; he visto enfermos plagados por un cáncer invasivo y sin fuerzas ni esperanzas, hacer retroceder al íncubo y sanarse por completo; he visto malvados y malucos ser poseídos, como Ebenezer Scrooge, del cuento de Charles Dickens ‘A christmas carol’, cambiar al recibir los valores esenciales que nos transmite la Natividad de Jesús: El valor de la bondad; la empatía como valor fundamental entre las personas, y la caridad y solidaridad hacia los más necesitados; quien quita que transforme a aquellos duros de corazón y ávidos de riqueza fácil con sabor a sangre, con capacidad de rectificar.

«Haz todo el bien que puedas. Por todos los medios que puedas. En todas las formas que puedas. En todos los lugares que puedas. En todo momento que puedas. A todas las personas que puedas. Mientras puedas.»

—John Wesley (1703-1791) teólogo