Si lloras por haber perdido el sol las lágrimas no te
permitirán ver las estrellas.
Rabindranath Tagore
Es el abatimiento que sigue a un golpe moral. Junto al miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa, es la tristeza una emoción básica del ser humano. Es esa expresión de profundo dolor afectivo que intenta drenarse mediante el llanto, el rostro desencajado y abatido, el deseo de nada, esa oscurana vital… Nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas se derrumban o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que vivir la vida misma con sus alegrías, frustraciones y sinsabores.
Veo las fotos y se me parte el alma en mil pedazos, cada una más dolorosa que la otra; una más desgarradora que la otra. Emigran. Dos niños, de 4 y 6 años en compañía de su mamá en el Cementerio del Este ofrendándole un último adiós a su padre, asesinado en el grandioso Cerro Ávila cuando un criminal le cortó el hilo de la vida: sin una excusa, sin un motivo, sin detenerse a considerar que tenía una vida hasta ese momento plena y llena de salud, una vida que compartía con esposa, hijos, padres, abuelos, familiares y amigos. Flores de papel de su hechura fue todo lo que sus manitas alcanzaron a llevarle: el impoluto candor infantil. Ellos no comprenden por qué su papá, tan amoroso como fue, ya no está…, el porqué de esa omega melancólica tatuada en la frente de su madre y esa acuciante pena en sus abuelos, tíos y primos, todos. Posiblemente llevarán la impronta de la culpa por lo ocurrido, como no es inusual suceso en los niños: Un estigma grabado en su ser a hierro y fuego que necesitará de muchas horas en el diván de un analista para medio borrarlos.
Es cierto, me dirán que es una tragedia diaria y anónima en MI país involucionado que compartimos muchos, es un pálpito que tenemos todos cada día, el de no ver un nuevo día, el de no volver a casa, a nuestra querencia y a nuestros amores…, pero qué terrible cuando te golpea en la puerta de tus afectos, muy cerca de tu corazón.
La violencia homicida campea en Venezuela a sus anchas en ciudades y pueblos: A pesar de la «censura oficial» sobre el número de homicidios que se asegura existe desde hace tres lustros en el país, es bien conocido que en el transcurrir de 6 meses de 2014, 2.900 cadáveres han llegado a la macabra morgue principal de Bello Monte en Caracas; el año 2013 contó 25.000 y en los 14 años de odio revolucionario, más de 200.000 compatriotas segados por armas y balas que les ha suministrado el régimen. 79 por cada 100 mil habitantes. Todos los que ya no están, con una historia anónima y tan terrible como la narrada, pero ausentes de nuestros blindados ojos, de nuestra comodidad, de nuestro acomodo cobarde. Pudiera usted no creerlo: esto es lo que dejó el vitriólico y destructivo discurso de Chávez y nosotros lo aceptamos. Ya no llama la atención ni causa pena saber que mueren más venezolanos que en la Franja de Gaza; que quedan más niños huérfanos que en esa lejana realidad. La degeneración comunista dice que va a ocuparse de aquellos… En una oración muy antigua puede leerse una maldición que los condena a sufrir horribles tormentos el día en que la ira divina se aposente sobre sus cuerpos o en el de alguno de sus seres más queridos.
Addendum
Queridos lectores:
Ya no estoy constreñido por la apretada faja de los 1800 caracteres con espacios que el Diario El Universal bondadosamente me proporcionó por 13 años para que pudiera divulgar un total de 676 artículos de opinión, ni tampoco por la oportunidad de sólo poder enviar una colaboración por semana. Se cerró una ventana y se abrió una puerta, milagro divino… Dios sabe de sus tiempos y debemos estar agradecidos y preparados para ellos…
Ahora, en razón de los numerosos correos solidarios recibidos, estoy seguro de la fidelidad de mis leedores y de su compromiso en diseminar mis correos a sus familiares y amigos. En El-Unipersonal escribiré en la oportunidad en que desee, y con la paciencia y tolerancia de ustedes podré alcanzar mi fin. Pronto les dejaré saber un link o enlace a un blog que se está estructurando para colgar mis escritos.
La envidia va creciendo más y más en la medida en que más jóvenes desertan de la educación formal porque el régimen comunista les quiere así, ineducados y mostrencos, ávidos de la dádiva y ayunos del trabajo noble que les dignifique; es la tristeza del bien ajeno, una pasión mansa, pasiva, que se cura con la caridad. ¿Pero cuándo…? El resentimiento es una pasión agitada, activa incurable, que sólo se satisface con el aniquilamiento del que ha conseguido la gloria, aunque esa gloria, después, no aproveche al resentido, triste y satánico envidioso. El resentido es, también, fauna de todos los tiempos y de todos los países y no sólo de aquí, aunque en mi país se han reproducido como acures.
La unión de la oposición debe llegar por alguna parte y debemos procurarla con ahínco, pues de no estar sinceramente unidos nunca podremos vencer al enemigo del país: el Foro de Sao Paulo, el comunismo y sus serviles servidores. Dejen pues de chuparse el dedo, no se dejen engañar por el CNE ni por la fiscalía vendada y amordazada, hablen claro y sonoro y verán cómo el pueblo les acompañará… Que la muerte de algunos sea el cemento que nos aglutine en esta Venezuela, trozo del subSahara en que nos hemos convertido…
Redivivo viernes 10 de noviembre de 2017
Niños color de mi tierra
Con sus mismas cicatrices
Millonarios de lombrices
Y, por eso,
Que tristes viven los niños
En las casas de cartón
Que alegres viven los perros
Casa del explotador
Niños marcados de rojo
Nacen con sino triste
Ni siquiera serán hombres
Porque Maduro contento
Les mató de desamor…
Hambre, difteria, paludismo y sarna
Se clavó en sus cuerpecitos
Qué tristes viven los niños
Sin siquiera amanecer…
No hay derecho a tanta saña
Solo por alforjas llenar
Quien vive de la rapiña
Sus huesos han de quebrar
Pero el día que no está lejos
Asoma ya una vindicta
Y seres que son inferiores
Recogerán su Talión
Addendum 20.07.2019
Querido lectores:
No he descansado un momento, no descansaré hasta que vea MI país liberado. Ha transcurrido 4 años y nos adentramos en el quinto de mí El-Unipersonal. El sacudirnos las cadenas de la opresión no ha sido fácil ni lo será, pues somos invisibles ante el mundo, triste realidad, todos dicen apoyarnos, pero los leguleyos siempre encuentran un obstáculo cínico e hipócrita que les impide el buen hacer, desaparecer al chavismo de la faz de la tierra ¿Es que no ven los ancianos y los niños, cuando no muriendo, ateridos por el infinito frío del hambre?; ellos dicen estar seguros pues el narcotráfico, el oro ilegal y aún el petróleo, les suministran cuantiosos recursos, no saben o quieren ignorar el movimiento tectónico que se está llevando a cabo bajo sus propios pies y en este mismo momento resquebrajando su base de sustentación.
Ahora, en los estertores de la agonía la emprenden de nuevo contra la UCV y sus autoridades, su autonomía, sus heroicos profesores y alumnos, y, contra el Hospital Universitario de Caracas. Mediante decreto presidencial, crean un nuevo reglamento general del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Caracas derogar al Estatuto Orgánico de la institución rompiendo con la unidad de la docencia e investigación universitaria contemplada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la vigente Ley de Universidad para oficializar el escamoteo de un reducto de la enseñanza libre y el pensamiento plural. En ese reglamento se crean la Dirección General de Docencia del HUC que estará bajo la responsabilidad de la Facultad de Medicina de la UCV, y la Dirección General de Investigación del HUC que será conducida por el Ministerio del Poder Popular para la Salud.
Ello significa que sacarán a los actuales profesores para suplantarlos por la escoria roja y como siempre, algunos docentes vendidos a la memoria del Che Guevara, médico y asesino, extraños en su propio país y traidores a las tradiciones médicas que les legaron sus profesores, y en desconocimiento de los derechos de la universidad de Bolívar y Vargas. Como es habitual, ellos estarán una vez más dispuestos para la traición, son y han sido los cooperantes que están y han estado entre nosotros, los que aborrecí en el Hospital Vargas al punto de pedir mi jubilación cuando todavía no estaba en mis planes hacerlo… Aún están allí, en connivencia con el director que como los de su clase poco han hecho por enaltecer la Universidad y más bien empatarse con la enseñanza mediocre.