¿Qué nombre, que adjetivo, puede dársele a estas monstruosidades sin que la fibra humanitaria de los capitostes del régimen se conmueva…?
Un día el jefe de una estación ferroviaria hablando con uno de sus empleados, le pregunta:
– Dígame, ¿usted qué haría si ve que dos trenes van a chocar?
– Avisarles por la radio o con banderas para que cambien de carril – responde muy seguro el empleado.
– Y, ¿si no tuviera ni radio ni banderas? -insistió el jefe.
– Pues, entonces llamaría a María, mi esposa.
– ¡Ajaaaa!, su esposa María, y ¿qué sabe ella del tema?
– Nada, es que nunca ha visto un choque de trenes de frente.Leer más