Tomografía computarizada cerebral y el ¨venerable artefacto¨… Dr. José Gregorio Hernández

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Elogio del culillo… o cuando la muerte lo citó en La Habana

 

Como siempre, recurrimos a nuestro cercano compañero, el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia de la Lengua para que nos aclare el significado de culillo.  (Del dim. de culo).m. Am. Cen., Col., Ecuad., Ven. miedo. (||. perturbación angustiosa del ánimo), dar, entrar, tener culillo.

Adicionalmente, me tomaré la licencia de utilizar una de las tantas versiones de «El gesto de la Muerte», un apólogo que expone el tema de la inexorabilidad del castigo y de la muerte. Se difundió, bajo la forma de innumerables versiones, en los libros de la cultura judía talmúdica, la musulmana sufí y, posteriormente, en colecciones de apólogos y cuentos, novelas, obras de teatro, ensayos y poemas en todas las lenguas y culturas.Leer más

Elogio de la menuda corajuda…

 

«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».

Miguel de Cervantes Saavedra (1547 – 1616)

Cuarto menguante, tiempo de arar; también es tiempo de romper una lanza, de arriesgar la vida en un lance como proclamaba El Quijote; es tiempo de asfixia, dolor terebrante y penuria; y es allí donde la vemos, mezclada con los varones, menudita, estilizada, captada en la anonimia de una foto, el cabello al desgaire, el pantalón ajustado, cuerpo inclinado hacia sus sueños como en una carrera de velocidad -¡no hay tiempo, se me acaba la vida…!-; con una cruz redentora en el pecho danzando al ritmo de su determinación, con una bandera de Venezuela de siete estrellas como única y suficiente protección al vaho dañoso y costoso en momentos en que no hay comida ni un bálsamo para tristezas; el bolso en su espalda portador de un mensaje oculto, de una bomba de profundidad: nada menos que el artículo 350° de la Constitución Nacional que solo él rellena todo el espacio, no otra cosa que amor por la justicia y fundamentalmente por la libertad, símbolo del marchante con objetivo, expresión de nuestra nueva mancebez, retrato del albor de una vida, cansada de pesares y desengaños, de tropiezos y mezquindades, de migración y rechazo, de melifluas promesas y botas militares, antítesis de galeotes de un futuro incierto, preludio de la hoguera para todo disidente: seis personas fallecidas en seis días, seis jóvenes mártires y matarán muchos más; el cartucho de gas lacrimógeno a la siniestra sin parar mientes en la ardentía de sus tres dedos por el calor generado, la rabia y la impotencia hechas anestesia, reclamo y torbellino, la mirada fija en el futuro como diciendo, ¡Malvados, quiero mi país de vuelta…!Leer más

Elogio de la multiplicación y el deletreo…

 

Como un motto, cantadito y cansón escuché desde lo lejos a mi nieta de 8 años recitar a su abuela, la tabla de multiplicar. Un caletre anunciado pero necesario, pensé. De inmediato un dejo de angustia me corrió la columna dorsal y saltó a mi corazón. Sentí que mi pulso se desbocaba y se apiñaban en mi garganta. Todo iba muy bien y fluido hasta que traspasó la cota de la tabla del seis. Allí, disminuyó la velocidad del predicamento pero las respuestas eran seguras. Cuando entró a la del siete, sentí un estremecimiento, y un frío ártico me invadió las manos; en el paroxismo, sentí escalofríos y hasta me sudé. A medida que progresaba, mi angustia iba in crescendo y los segundos se hicieron minutos; una vez que ella le preguntó ¿7×8?, para mi, la verbalización de la respuesta, se detuvo en el tiempo…Leer más