Elogio de la glándula tiroides: ¿Por qué tienes ese ojo tan pelado?

  • ¨¿Por qué tienes ese ojo tan pelado…?¨

  • ♣ Los casos que relataré forman una trilogía de historias sobresalientes de un grupo de pacientes portadores de una orbitopatía distiroidea de Graves-Basedow (1) en quienes ocurrió una retracción palpebral horas después de un severo trauma emocional…
    Helena, una hermosa mujer de alta sociedad iniciando la cincuentena pero aparentando muchos años menos, muy sofisticada y coqueta, con cutis de porcelana, con dos hijos profesionales y habitué de las páginas sociales de los diarios caraqueños, un día despertó y al encontrarse con uno de sus hijos este le preguntó, –“Mamá ¿Por qué tienes ese ojo pelado…?” Corrió de inmediato al espejo y notó horrorizada que efectivamente, su ojo izquierdo estaba desmesuradamente abierto y como brotado. Luego de varios intentos fallidos ocurrió a mí en busca de una explicación médica. La más reiterada fue que su ojo derecho estaba pequeño. Acostumbrado a bregar con estos pacientes, le pregunté si recordaba algo en los días cercanos a la aparición del problema, que la hubiera inquietado, asustado o preocupado mucho. Resueltamente me contestó que no recordaba nada. Mientras le realizaba un examen físico que fue por demás normal con la excepción de la retracción palpebral, y del párpado superior izquierdo que se quedaba suspendido o rezagado al mirar hacia abajo mostrando lo blanco del ojo (signo de von Graefe) (Figura), se lo pregunté de nuevo, y osteriormente, cuando conversaba con ella antes de que se fuera y explicarle que su problema estaba relacionado con alguna disfunción tiroidea, la inquirí de nuevo llenándome del mayor deseo de omprenderla, y de nuevo me lo negó huyendo mis ojos y bajando los suyos. Le ordené algunas exploraciones complementarias y me levanté para darle la despedida extendiéndole la mano. En ese momento me dijo, -“Doctor, Usted me ha inspirado confianza…”. Le ofrecí de nuevo la silla, se sentó y entonces me comentó que creía haber estado felizmente casada desde hacía 32 años, pero que en los últimos meses había notado una cierta frialdad glacial de parte de su esposo; siempre la ignoraba y a menudo tenía alguna excusa no para intimar, para no tener una relación sexual con ella. ¿Qué otra cosa podía pensar sino en la intrusión de una competidora en su relación de pareja? La Noche Buena de Navidad le ofreció una oportunidad para tratar de recuperarlo. Invitó algunos amigos a cenar en casa. Para la ocasión se hizo confeccionar un hermoso traje rojo descotado diseñado por el famoso modisto de la época Guy Mallet; además se fue a la peluquería a peinarse, hacerse la manicure y maquillarse. Juzgando su hermosa cara y su grácil figura, esa noche debió lucir deslumbrante, hermosísima, radiante y seductora. Una vez despedidos los visitantes, ella se quedó conversando con su marido, movilizando sus mejores artes para seducirlo, llegando a tomarle de mano e insinuándole un beso. Él retiró la cara, arguyó que estaba muy cansado y que se iría a la cama. En el camino, entró en su biblioteca y cerró la puerta. Ella sintió que él levantaba el auricular del teléfono y de inmediato hizo lo propio en un auxiliar. –“! Ahora sí que sabré con qué mujer me está engañando…!” –dijo para sus adentros. Del otro lado de la línea escuchó palabras que expresaban amor, pasión y deseo, que a su vez, eran retribuidas con similar ardor por su marido… Tuvo una desconcertante impresión, un desgarrante dolor, una gran rabia e impotencia, deseos de gritar y llorar contenidos y una sensación de que se desvanecía… La voz al otro lado del auricular era la de un hombre… Al día siguiente se le notó la retracción palpebral. En una segunda consulta me dijo que había decidido por sus hijos y dada la figuración social y económica de su marido, que toleraría la situación y no se divorciaría. Las pruebas de función tiroidea y anticuerpos antitiroideos estaban dentro de parámetros normales. En el estado en que estaba su problema no había nada qué hacer si no esperar. No volvió a la consulta de control programada. Se trataba en efecto de una orbitopatía distiroidea de Graves eutiroidea… Unos dos años después, la vería con su marido en una marcha de la oposición y en plena calle. Ella me llamó la atención, ataviada de blanco, bella como siempre; algo pasó pues no pude percibir esta vez rastros del problema palpebral…

1 La oftalmopatía distiroidea es una enfermedad inflamatoria, de origen autoinmune, que se caracteriza entre otros signos por protrusión ocular (exoftalmía) y retracción palpebral bilateral. Independientemente, Robert James Graves (1776-1853) publica 3 casos de mujeres con exoftalmos y crecimiento tiroideo en el año 1835, y Carl Adolph von Basedow (1799-1854) en 1840 en Alemania plantea la estrecha relación entre la exoftalmía y las anomalías tiroideas.

♣ Tenía un extraño apellido que comenzaba con una “Ñ”; sigue siendo el único con esa letra de inicio que tengo archivado en mis historias clínicas y me temo que si desaparece la ¨ñ¨ del alfabeto se quedará innominado… ¿Su queja? Hace algunas semanas, un buen día sus compañeros del restaurante donde trabajaba como mesonero, le hicieron saber que tenía “el ojo izquierdo más chiquito…” Cuando llegó a mi era evidente la presencia de una retracción palpebral derecha con rezago al mirar hacia abajo, lo que dejaba al desnudo lo blanco del ojo dando una impresión muy
extraña… Luego de examinarle escrupulosamente no encontré ninguna otra anormalidad. Nuevamente, se trataba de una orbitopatía distiroidea de Graves con escasa signología. Ya familiar con el hecho desencadenante, le pregunté por el evento precipitante y si en los días previos al hallazgo de sus compañeros le había ocurrido algo extraordinario. Y allí me dejó conocer la macabra experiencia que le había tocado  presenciar… Uno de sus días libres se encontraba en la Avenida Principal de Sabana Grande esperando un carro por puesto para irse a casa. El auto se detuvo ante él. Abrió la puerta y al momento en que estaba introduciendo el pie izquierdo para penetrarlo, vio que un autobús venía a toda marcha a chocar por detrás el automóvil donde precisamente se iba a montar. Se quedó helado. El golpe fue tremendo y el carro lanzado con inusitada fuerza hacia delante. Una señora que precisamente estaba delante tratando de cruzar la avenida, fue arrollada y desmembrada. Todo en cuestión de segundos. Él se quedó congelado mirando la escena, paralizado, horrorizado y sin saber qué hacer… Había salvado su vida porque ese día no le tocaba. Me visitó múltiples veces invitándome a comer al restaurante donde trabajaba… La falta de opciones terapéuticas o que sé yo, le ausentaron de mi presencia… No acepté su amable invitación ni le vi nunca más…

 Orbitopatía distiroidea de Graves-Basedow. Signos típicos de la condición:
Retracción palpebral y rezago palpebral (signo de von Graefe) izquierdos al mirar hacia abajo.

♣ Nos visitó en el Hospital Vargas… Me encontraba con mis alumnos, su ojo izquierdo desmesuradamente abierto se asociaba a otros indicios locales de orbitopatía distiroidea… La martillada pregunta voló a mis labios en diversas ocasiones y la respuesta fue siempre la misma, -“No, que yo recuerde, no me ha ocurrido nada extraño…” contestaba y contestaba. Volvió a los quince días con algunos exámenes ordenados. Me dijo delante de todos que por favor le perdonara, pero que había olvidado “algunos detalles” ocurridos antes de su consulta inicial. Un día cualquiera iba en una buseta hacia su trabajo. En una esquina adyacente al Elevado de Maripérez vio a su hermana de pie y en bata de casa. ¡Qué extraño!, ella no vivía en esa vecindad –se dijo-. La distancia le impidió llamar su atención. ¿Cómo era posible que estuviera parada allí muy lejos de su residencia y en bata de casa, tan contrario a su forma de ser, siempre tan bien dispuesta…? Una vez llegado a su trabajo le comunicaron que habían llamado unos vecinos de su hermana quienes percibieron que algo anormal ocurría en la casa de aquella, pero que a sus llamados no abría la puerta. Inmediatamente se trasladó al lugar temiendo algo serio. Al abrir la puerta encontró una inenarrable y horrible escena… Su hermana muerta, tirada hacia un ángulo de la cocina en medio de un gran pozo de sangre, con la carne desgarrada en todo el cuerpo y el rostro totalmente desfigurado, comido por su perro rottweiler a quien paradójicamente, había amamantado con un tetero desde que era un
cachorro… ¿Cómo haber olvidado una experiencia tan horripilante…?


La Mona Lisa y retracción palpebral bilateral. Secuencia de los hechos en
nuestro último paciente (Dibujo realizado por nuestro alumno, Dr. Alfonso Del Giorno).

Aunque millones de personas sufren hipertiroidismo o enfermedad de Graves, suele decirse que sólo existe evidencia circunstancial de que el estrés45 pueda ser un factor causal, agravante o desencadenante. No ha sido esa mi experiencia en los pacientes 45 Se define estrés como una compleja reacción psico-fisiológica del cuerpo en la cual la homeostasis, o estado de armonía y fijeza del medio interno, se encuentra amenazado o trastornado.  que con mucha frecuencia atendemos los neuro-oftalmólogos. Si indagamos bien, pienso que vamos a encontrar sorpresas. Es de hacer notar que el Dr. Robert Graves (1797-1853), médico escocés que describiera la enfermedad, mencionó que algunos de sus pacientes habían tenido un evento estresante antes del inicio de los síntomas. Se ha propuesto una teoría según la cual una situación de estrés coloca al cuerpo en un ¨modo de supervivencia¨. El sistema hormonal no relacionado directamente con la inmediata sobrevida está desconectado, mientras que los sistemas que gobiernan el crecimiento, metabolismo, reproducción e inmunidad son afectados todos por este normalidad. Desafortunadamente, el cuerpo puede quedarse enganchado o pegado por decirlo de otra forma, en el ¨modo de supervivencia¨ condicionando la aparición de numerosas condiciones patológicas, y entre ellas la enfermedad de Graves.
La medicina moderna se ha vuelto cada vez más organicista, negando que los aspectos espirituales y emocionales se encuentran imbricados en toda queja y que el mismo paciente generalmente ya ha identificado pero que teme mencionar ante la indiferencia de quien lo escucha…

Elogio de los grandes asilos…

 

Precisamente hace dos años, un día tal como hoy, recibí la llamada que había estado esperando… Vientos de intemperancia contra la libertad de expresión se respiraban en el ambiente. Se cocinaba en la opinión pública la idea de que el Diario El Universal con quien colaboraba como columnista de opinión los días domingo desde hacía 12 años, cambiaría de dueño pues había sido comprado a través de testaferros con el dinero sucio del régimen para acallar las voces opositoras y entre ellas la mía y la de otros columnistas o pugnadores del estado de cosas del llamado eufemísticamente Socialismo del Siglo XXI, no otra cosa que puro y refinado comunismo cubano. Entonces la llamada ocurrió…: en forma muy decente se me dijo que mi último artículo no sería publicado a menos que cambiara algunos adjetivos ¨inconvenientes¨ presentes en el texto. De inmediato respondí a mi interlocutor, ¨¡Primero la muerte que la deshonra!¨; le agradecí por sus atenciones a lo largo de los años, pero ya había tomado mi decisión… Saldría a la Internet con un nuevo nombre, El Uni-personal, una nueva denominación que sin olvidar al intento del opresor de silenciarme expresado en el mismo tipo de letras, simbolizara para mí y otros que fueron censurados, mi derecho personal e inalienable a la libertad de ideas, tal y como está consagrada en nuestra Constitución. Completo hoy pues 91 artículos de opinión de mayor extensión que los 1.800 caracteres a que estuve constreñido por razones de espacio en mi antigua columna dominical. Hoy libre y exigiendo respeto a mí libre albedrío, como un pájaro navego por el éter y ahora además, en este, mi blog personal –aún no concluido-. Leer más

Elogio de los millones, de los $ 2.800…, y el tonto de capirote

 

«Los pueblos, cuando llega el momento en que sienten la necesidad de

liberarse, son tan fuertes como Dios».

Bolívar

-I-

¿Qué hace que unos jóvenes encapuchados, con frágiles cascos o sin ellos, se enfrenten con improvisados escudos de cartón-piedra, algunos con mascarillas antigases de mala muerte otros con un simple trapo, a un grupo de guardias nacionales con atuendo de guerra y armas mortíferas?, ¿Qué mueve a un militar venezolano a asomar y apuntar fuera de la reja del aeropuerto de La Carlota un arma para disparar casi a quema ropa contra unos jóvenes indefensos?, ¿Qué grado de odio les han inducido sus superiores, oficiales venezolanos, cubanos o iraníes, para que disparen a sus connacionales, o es que NO son venezolanos sino soldados cubanos? Leer más

Elogio del rubicón…

 

«La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo,

antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada».

(José Martí, 1853-1895)

El mal aire -aquel que se adquiere cuando «las personas caminan por lugares pesados donde hay maldad»-, se mezcla con la acritud del gas lacrimógeno, el sudor rabioso de los manifestantes y las miasmas que nos rodean, fantasmas del más inicuo pasado de la historia que han tomado forma y airados reclaman sus querencias…

Ha sido el nuestro, el  enfrentamiento brutal entre las tendencias antagónicas que yacen en lo más abismal de nuestro ser, tales son las dos caras de la luna: el amor y el odio, Eros y Tánatos, la maldad y la virtud, el armado investido de autoridad y el inerme que pide democracia… Dejan estos 90 jóvenes asesinados a mansalva en casi 100 días de protestas continuas, una dolorosa estela de orfandad, de oscura experiencia donde imberbes de todos los estratos sociales –tus hijos, los míos; tus nietos, los míos- luchan contra otros jóvenes armados e inflamados de odio y maldad infinitas por el verbo y la acción de cubanos entrenados para sacar lo peor de los seres humanos, incitándoles a matar al hermano que no piense igual, en una escalada que no se detiene en la búsqueda de la flama de la libertad, pues una vez que estamos, vivimos y sentimos en la barbarie, hemos de mirar hacia la creación de una sociedad más justa, hacia la convivencia pacífica, a la bondad natural de la vida.Leer más