Elogio de las postrimerías…

 

Según el Diccionario de la Iglesia Católica, las cuatro postrimerías son las etapas que debe pasar el ser humano después de su muerte: muerte, jucio, infierno y gloria.  Su iconografía ha sido inspiración para artistas como El Bosco (Jheronimus van Aken). Me llama la atención el infierno: está preparado para el Diablo y sus ángeles, donde imperan las tinieblas y el silencio de la ausencia de Dios (Mateo 13:49-50), lugar donde solo se escucha el llanto de los condenados y su crujir de dientes; es una suerte de abismo y prisión al mismo tiempo donde solo hay tormento y aflicción por la exclusión de la presencia de Dios.

El fuego del infierno es la retribución del pecado y el castigo por rechazar voluntariamente la Gracia de Dios, ya que allí no es posible el arrepentimiento y no hay esperanza posible. Son las almas de aquellos que no comprendieron su presencia en el mundo real, que abusaron, bajo el terror y la ley del revolver de los más débiles, no comprendiendo  que ellos se transformaban en más débiles que aquellos a quienes iban dirigidas sus saetas. Allí estarán, presentes por ejemplo, el alma de los 10 niños fallecidos por meningitis bacteriana y sepsis al serles inyectado el medicamento salvador, el Methotrexato intratecal -en el espacio subaracnoideo mediante una punción lumbar para disminuir la actividad del sistema inmunitario-, en este caso en pesencia de una leucemia linfoblástica aguda.  ¿De dónde, de qué país provino el tósigo? ¿Tenía registro sanitario como es de ley? ¿A través de quién se introdujo al país? ¿Se hicieron las pruebas tendentes a asegurar su esterilidad y seguridad? ¿Lo hubieran hecho si por desgracia uno de sus hijos o algún otro ser querido fueran parte de estos condenados sin juicios ni atenuantes? ¿Quién lo autorizó?  Se dice. sin que haya sido desementido, que el producto fue adquirido por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales sin que se cumpliese el obligatorio proceso de farmacovigilancia y peor aún con el mismo medicamento dos veces, que obliga a supervisar, documentar y reportar eventos adversos que puedan estar relacionados con su consumo. ¿Podremos saber quién o quienes fueron los culpables de tan horrendo delito que hicieron negocios con Irán?

Postrimería tiene igualmente otro significado, y es el final… del oprobioso régimen que nos gobierna. Este año viejo se acaba dejándonos alguna luz al final de túnel; la candidatura de María Corina Machado ha llenado de ilusión a la colectividad venezolana. Mujer valiente, con ideas claras, bien asesorada, rodeada de personas -al parecer- bien intencionadas, la única que enrostró al delincuente Chávez sus actuaciones delincuenciales y le sopló en su cara, ¨¡expropiar es robar!¨; esa frase espontánea nacida desde el corazón que hizo que en la Asablea Nacional explotaran las pelotas de muchos machos vernáculos de PSUV y quienes en desquite, le hicieron fracturar la nariz… Pues eso es lo que son, cobardes y acomplejados bien vestidos (¨la mona aunque se vista de seda, mona se queda¨), han hecho de la hacienda pública su chequera personal y la han asaltado sin mirar a los lados, sin volver sus ojos sobre los niños del Hospital de Niños que bien podrían ser sus hijos en situación de dolor inenarrable y extrema necesidad.

¿Qué nos queda a nosotros? Intensar hacer una visión retrospectiva de nuestro transitar, nuestro mejor instrumento para discernir el patrón de nuestra vida. Un ojear por el retrovisoscopio mirando hacia atrás en un año de sucesos,  de alegrías y tristezas, de lecturas, un año de escrituras, para descubrir ese mapa secreto de la mente, como revelación  del paisaje de la vida: después de todo, cómo gastamos nuestros pensamientos es cómo pasamos nuestras vidas.

Imagino que mis brotes de melancolía surgen del hecho de que el precio de estar despierto a la vida es también estar despierto a la mortalidad, ese enigma que nos acompaña como la sombra al cuerpo.  Pero el amor también es una respuesta: porque es tiempo y está hecho con materia de tiempo, el amor es a la vez conciencia de la muerte y un intento de hacer del instante una eternidad. Todos los amores son desafortunados, porque todos están hechos de tiempo, todos son el vínculo frágil entre dos criaturas temporales que saben que van a morir… No puede haber crecimiento si no permanecemos abiertos y vulnerables a lo nuevo y diferente. Nunca he visto a nadie arriesgarse a crecer que no haya sido recompensado mil veces, pues somos máquinas de homeostasis, nuestro propio organismo orientado a mantener el statu quo de comodidad y previsibilidad, que cada comienzo inevitablemente interrumpe con su punto de apoyo de cambio y su peso de incertidumbre.

Siempre ha sido tiempo de dar, nada habremos de llevarnos, nos iremos tan desnudos como llegamos; la única manera de perdurar, de no morir es ser recoradado por el ejemplo y el peso de nuestras acciones y procederes. Demos a manos llenar que siempre habrá un necesitado.

Este año fallecieron muchos compañeros de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, todos vivieron a plenitud derramando bonhomía y ciencia, no les diremos adiós, solo les ofrendaremos un ¨hasta luego¨, o mejor, ¡Ahí. ssguro que nos veremos…! 

Khalil Gibran Khalil (1883-1931), ensayista, novelista y poeta libanés escribió: ¨Cuando vine al mundo, al mundo nada le faltaba, cuando yo me vaya, nada le faltará…¨

 

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