Elogio de la muerte biográfica: ¨El mal de irse sin irse del todo¨, el mal de Alzheimer…

En memoria de mi Maestro, Profesor honorario (UCSF), William Fletcher Hoyt (1926)

Vivimos entre dos nadas, la nada de no ser y la nada de dejar de ser… No somos cuando no existimos, cuando definitivamente morimos; dejamos de ser cuando aún vivos hemos perdido toda relación con el mundo que nos rodea quedando quizá algunas pequeñas parcelas que trabajan en insuficiencia; continuamos la vida, pero nuestra biografía se ha detenido; hemos muerto desde el punto de vista biográfico, es un estado de la nada; es un estado donde hemos perdido vivencias, experiencias, conocimientos y habilidades, no pudiendo comprender adónde se fueron, dónde están, porque tampoco nos importan… Así, alcanzamos el estado de demencia (del latín: «alejado» y mens (genitivo mentis): «mente») que entraña la pérdida progresiva de las funciones cognitivas producida por daños o desórdenes cerebrales.Leer más

Elogio de la farmacocracia: la conjura de la industria…

Academia Nacional de Medicina de Venezuela. Boletín virtual. EDITORIAL. Agosto 2016

 

La medicina de nuestros días está dirigida por banqueros y contables; es una tendencia que debemos combatir de lleno

¨Hay mucho dinero por hacer si se dice a la gente que está enferma¨

 

 

  • Introducción

En el prólogo del libro de Ray Moynihan y Alan Cassels (Nation Books, 2005) se lee más o menos lo siguiente, “Treinta años atrás el director de una de las más conocidas compañías farmacéuticas hizo algunos comentarios sinceros. Cercano a su retiro, Henry Gadsden, agresivo presidente ejecutivo de Merck expresó a la revista Fortune su malestar porque el mercado potencial de la compañía se había sólo limitado a las personas enfermas. Sugirió que Merck debía parecerse más a la compañía de goma de mascar Wrigley’s, y prosiguió diciendo que un sueño largamente abrigado por él, era el de fabricar drogas para personas saludables, porque así la compañía “podría venderle a todo mundo”. Con el transcurrir del tiempo, el sueño de Gadsden se ha hecho realidad: Las estrategias de mercadeo de las más poderosas compañías farmacéuticas del globo dirigen sus agresivas baterías al que se siente bien y está saludable. Es así como vaivenes emocionales de la vida diaria han sido transformados en desórdenes mentales, síntomas o condiciones nimias han devenido en espeluznantes enfermedades, y más y más personas normales, bajo el influjo de millonarias campañas promocionales que explotan los más recónditos miedos a la enfermedad, la incapacidad o la muerte, están ahora más enfermos que nunca… sin estarlo, y han sido transformados en pacientes que ahora deslucen, hasta con orgullo, forjadas etiquetas diagnósticas.

A lo largo de la charla mostraremos mitos, distorsiones y pareceres interesados, y para entenderlos, necesitaremos buscar los móviles que han justificado su creación. En el caso de la industria farmacéutica estamos obligados a indagar su finalidad: ¿Curar a la gente?, ¿Ganar dinero? Lo cierto y lamentable, es que el segundo interrogante se impone en demasiadas ocasiones sobre el primero. La política del lobby farmacéutico-biotecnológico es clara: fomentar un estado continuo de miedo, base sustancial de cualquier mito…


  • Hay que potenciar las enfermedades, los descubrimientos y exagerar sus consecuencias…

Aún estudiantes de medicina nos advertía el Maestro Hernán Méndez Castellano (1915-2003), insigne pediatra venezolano e Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina, Sillón XI, que observáramos con atención como a las puertas de nuestra Maternidad Concepción Palacios se apostaban los visitadores médicos, y cuando salían las noveles madres con sus niños en los brazos, primerizas e ignorantes, les regalaban potes de leche ¨maternizada¨ para convencerlas, indirectamente, de la inutilidad de la lactancia materna… Desde entonces conocí la falta de sensibilidad y escrúpulos que tantas veces marca la vida de hombres y mujeres de negocios y que en años más recientes se ha confundido con otros, hacedores de drogas terapéuticas e instrumentos de diagnóstico.

Pero más luego me di cuenta que un símil del pote de leche nos era entregado en los pasillos del hospital en forma de una muestra médica a nosotros los médicos en ciernes, desde que éramos estudiantes; no otra cosa que una estrategia para comenzar a modelarnos en el arte de la prescripción. Por su parte, la mayoría de nuestros profesores no nos insistían en el arte de la aproximación total al enfermo por medio de la palabra, tantas veces suficiente para aliviarlos o curarlos… Quizá fui uno de los pocos que no solamente escuché el mensaje, sino que también, que lo puse en práctica y lo repliqué en mis alumnos…

Las principales revistas médicas, The Journal of the American Medical Association , The New England Journal of Medicine y el British Medical Journal han denunciado, particularmente la última, en un texto que comienza con la frase: ¨Hay mucho dinero por hacer si se dice a la gente que está enferma¨, y se intitula ¨Vender malestar: la industria farmacéutica y el comercio de la enfermedad¨, se pone de manifiesto la existencia de un poderoso esfuerzo impulsado por las compañías farmacéuticas con la colaboración de las agencias de comunicación, de publicidad, de medios de masas y de médicos, cuyo principal objetivo es convencer al máximo de personas posible, de que están enfermos.

Al menos en EE.UU. y en menor proporción entre nosotros, 94% de los médicos tienen algún tipo de relación con la industria farmacéutica: Comidas gratuitas en el sitio de trabajo, un tercio tiene remuneraciones por reuniones, congresos o cursos de educación continua, la mitad reciben gratificaciones por consultas, conferencias o por estudios de colaboración enrolando pacientes para evaluar nuevas drogas…

Una relación morbosa con la industria es parte fundamental de la forma cómo la medicina es practicada hoy día, por lo que se establecen cercanos vínculos con médicos líderes, afamados y admirados para coartar nuestra libertad intelectual. Es justo y necesario que la industria farmacéutica mantenga al médico informado de sus actividades, pero no menos justo y es natural que el médico procure poner a salvo la plena objetividad de su juicio y la total libertad psicológica de sus decisiones terapéuticas. Por ello, las preguntas claves que nos asaltan son, ¿Cuánto es mucho?, ¿Cuán lejos es muy lejos?, ¿Cuánto beneficia esta conducta a nuestros pacientes…? Las implicaciones éticas y morales que resultan de la atosigante acción de la propaganda sobre el médico y su independencia intelectual no ha merecido en nuestro medio serio análisis y mucho menos atención en reuniones o congresos médicos locales. Nos basta con aceptar los dictados de médicos o corporaciones que consideramos superiores: ¨Fiel a la voz del amo¨, con aquel simpático perro Jack Russell Terrier de pelo corto llamado «Nipper».

En medio de la vorágine de la catástrofe humanitaria prolongada que se ensaña con los venezolanos, vemos que aún existen médicos tan influenciado por la polifarmacia que todavía se empeñan en mantener sus estándares de recetar a pesar de que los pacientes carecen de capacidad económica y el mercado no posee las drogas necesarias, y que las hay contaminadas, contrabandeadas, y sin registro sanitarios, todo ello, llamando a la moderación y al consejo adecuado.

La psicología que nació como una noble ciencia de los mecanismos profundos de la psiquis humana, se ha convertido en bastardo instrumento para provocar reacciones comerciables mediante mecanismos de presión emocional. Por ello en forma paralela, al amparo de campañas promocionales que explotan nuestros más profundos temores a la muerte, el envejecimiento, la limitación y la enfermedad, una industria farmacéutica de $ 500 billones intenta con sobrado éxito cambiar nuestro concepto de humanidad… Y es que el mercado farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de rendimiento…

Congratulada y recompensada por salvar vidas y reducir el sufrimiento, los gigantes de las drogas terapéuticas no contentos con vender medicamentos sólo a los enfermos, desde Wall Street aprende que afuera, a tu lado, en ti mismo, existe mucho dinero esperando; suficiente como para convencer al más saludable de que  se encuentra enfermo…

 ¨Si usted piensa que está saludable, es porque no le han hecho suficientes exámenes…¨

Robert Rangno

Además de publicitar sus medicamentos, la industria farmacéutica ¨promociona¨ los trastornos o nuevas enfermedades para los cuales están indicados… El dinero es frío y adictivo… más ganancia sin importar las consecuencias… Una breve ojeada a las dos tablas inferiores, de 2013 y 2017 (R&D= investigación y desarrollo), muestran el por qué…

¿Cómo vender la enfermedad? ¿Promociona la industria farmacéutica deliberadamente las condiciones morbosas que nos afligen?  No hay dudas de que las compañías líderes de la industria farmacéutica en el mundo, dirigen en forma agresiva sus estrategias de mercadeo hacia el sujeto saludable y asintomático… Los altibajos que todos tenemos en la vida diaria, por obra de la propaganda son transformados en enfermedad mental susceptible de tratamiento… Quejas comunes devienen en escalofriantes condiciones patológicas que deben ser tratadas… Inconveniencias menores nos son vendidas como graves problemas… malestares nuestros de todos los días tienen rango de seria condición. La frase del presidente Donald Reagan es lapidaria…

¨Se han desarrollado curas para las cuales no había enfermedades conocidas¨

Donald Reagan

Veamos: Se nos pinta la timidez como parte de un trastorno de ansiedad generalizado tratable… La antigua tensión premenstrual es ahora ¨síndrome disfórico premenstrual¨ o PMDD que debe ser tratado… Las ¨malas tardes¨ sexuales de todo hombre o mujer, son publicitadas como ¨disfunción sexual¨, y las fotos acompañantes no pueden ser más degradantes y burlonas… Los hombres que sirven de modelos fotográficos que ilustran las propagandas suelen ser jóvenes en quienes no se esperaría una disfunción eréctil… La antigua menopausia de nuestras madres y abuelas, casi siempre inadvertidas, es tomada ahora como una seria y real condición… que por supuesto, siempre requiere de tratamiento. Malestares nuestros de todos los días tienen rango de seria condición… Por ejemplo, la ¨medicalización¨ de la calvicie o de la canicie, son señeros ejemplos de la transformación de un proceso ordinario de la vida, en un fenómeno médico en medio de una cultura en la que triunfa el culto al cuerpo o ¨religión de la salud¨… Es la ¨medicalización de la vida¨ hecha realidad, es la Némesis Médica o Expropiación de la Salud de Ivan Ilich (1926-2002).

En el año 2002 se gastó  en el mundo entero 5 veces más en implantes mamarios y en Viagra® que en investigar la enfermedad de  Alzheimer; un cínico piensa que de ello puede deducirse, que dentro de 30 años habrá un gran número de personas con espectaculares mamas y poderosas erecciones, pero incapaces de recordar para qué sirven…

Así, las compañías farmacéuticas buscan inventar nuevas condiciones clínicas basadas en extensos análisis de oportunidades no explotadas en el mercado… Es la ¨medicalización¨ de muchos procesos naturales… es la ¨medicalización¨ de la vida, es la anticipación y creación de la enfermedad inexistente.

Se espera en los próximos años un enorme crecimiento en las expectativas de venta de drogas para ¨modificar los estilos de vida¨: depresión, obesidad, calvicie, contracepción oral, dejar de fumar, envejecimiento cutáneo y también disfunción sexual en la mujer…

  • ¿Qué decir del desorden de Déficit de Atención y Aprendizaje (DDAA)?

 

¨ ¿Distraído? ¿Desorganizado? ¿Frustrado? ¿La vida moderna o déficit de atención del adulto? Muchos han vivido el desorden de déficit de atención del adulto sin saberlo. ¿Por qué? Porque sus síntomas a menudo son atribuidos erróneamente a una vida estresada…¨. Este es el tendencioso aviso de Lilly en U.S. News & World Report, April 26, 2004…  Se ha promocionado la nueva condición como un problema de salud pública, estimándose que existen en USA, 8 millones de adultos portadores de la condición de lo cual deriva que apenas una mínima fracción está siendo tratada… ¨ ¡Otra nueva condición no diagnosticada y no tratada¨! El nuevo forja miento significó ventas del metilfenidato (Ritalín®) por $ 370 millones durante el primer año de enunciada la condición…

  •  El Manual Merck lo define como la presencia de inapropiada atención e impulsividad, con o sin hiperactividad. Está implicado en dificultades de aprendizaje y es cuatro veces más frecuente en mujeres. Aunque se dice que es un problema neurobiológico, se desconoce su causa.
  •  La inatención se describe como una dificultad para finalizar las tareas que se inician, distraimiento fácil, pérdida de la atención y dificultad en la concentración en tareas que requieren atención sostenida.
  •  La impulsividad se describe cómo actuar antes de pensar, dificultad para los cambios, problemas para organizar el trabajo y constantes cambios de una actividad a otra.
  •  La hiperactividad se describe como la dificultad para estar sentado y tranquilo, moverse, correr o trepar excesivamente.

Los Criterios Diagnósticos de la Asociación Americana de Psiquiatría del DSM-IV exige para el diagnóstico síntomas de inatención, hiperactividad  e impulsividad que deben haber persistido por lo menos 6 meses.

¨Aunque en USA se adelanta una ¨Guerra Contra las Drogas¨, la práctica de suministrar a los niños medicamentos que modifican la mente, se ha disparado en los pasados diez años. Un estimado de cinco a seis millones de niños están actualmente tomando Ritalín ® u otros estimulantes anfetamínicos. Todavía es más asombroso que las prescripciones para niños de 2 o 3 años ha aumentado tres veces, aun cuando esas drogas no han sido aprobadas como efectivas o seguras para menores de 5 años¨ (Diagnosis for Dividends ¨Mind Freedom Journal # 44, 2001- www.MindFreedom.org).

¨El empleo de metilfenidato (Ritalín®) en U.S.A. ha aumentado en forma dramática en recientes años. Desde 1990 se ha sextuplicado su producción y empleo.  Este incremento contrasta en forma chocante con las  tendencias de prescripción observada en otros países del resto del mundo. De acuerdo a estadísticas de las Naciones Unidas, U.S.A. produce y consume cinco veces más metilfenidato que el resto del mundo combinado…

Un grupo de investigadores del National Institute of Mental Health, compararon 223 niños con DDAA con otro similar normal. El cerebro de los niños con la condición fue evaluado con estudios estructurales de imagen en un intervalo de 3 años, en 2 y hasta 4 oportunidades, mostrando retardo en la maduración de las regiones frontales del cerebro responsables de las funciones ejecutivas: planificación y control de acciones… ¡El DDAA es entonces un problema de maduración! Muchos niños lo superan, otros no; comprender el por qué, es el próximo paso…

  • El abuso de la antibioticoterapia y su corolario… resistencia bacteriana.

Los antibióticos forman parte de la medicalización de la sociedad a través de la automedicación, la ignorancia y la complacencia de los médicos. En países permisivos la automedicación de estos fármacos impera sin control ni concierto, en dosis ínfimas o excesivas, como ¨tratamientos para salir del paso¨ especialmente en la población infantil y madres ansiosa; pareciera que su venta es imparable…

La prescripción excesiva e incontrolada de antibióticos para infecciones virales y otras situaciones no indicadas ha sido publicitadas durante mucho tiempo como una práctica ineficaz y dañina con el potencial de facilitar el crecimiento de microrganismos farmacorresistentes, poner a los pacientes en riesgo de reacción alérgica y a las infecciones por el temible Clostridium difficile.

  • La hipertensión arterial, ¨la asesina silenciosa¨…

Los cardiólogos son dos veces más escogidos que los médicos de familia para recibir dinero como consultantes o por otros servicios, y reciben pago de honorarios mucho más frecuente que pediatras, internistas, anestesiólogos o cirujanos… Viajes a congresos y alojamientos de lujo con todos los gastos pagos es el corolario…

El interés en la hipertensión se ha elevado en el adulto mayor; de acuerdo a corrientes definiciones casi todos deberíamos sufrirla… Basándonos en la tensión arterial medida en consulta, la prevalencia mundial de hipertensión se ha estimado en 1.130 millones en 2015, con una prevalencia > 150 millones en Europa central y oriental y se estima que 90% de los mayores de 55, serán hipertensos si es que aún no lo son… Nada halagüeño, preocupante y escalofriante…

Aunque los estándares han cambiado, sirva de ejemplo esta guía de hipertensión de 2003¨

¡Las guías son un conjunto de medidas para orientarnos en la conducción terapéutica de las patologías, pero no reemplazan el juicio clínico, ni el sentido común!

28 de marzo de 2013 – ¨En este Día Mundial de la Salud, la OMS y sus asociados abordan el problema mundial de la hipertensión arterial. Aunque afecta a uno de cada tres adultos, sigue en gran medida oculto. Mucha gente no sabe que tiene hipertensión porque no siempre produce síntomas. La consecuencia son más de nueve millones de muertes anuales, entre las que se encuentran aproximadamente la mitad de las causadas por los ataques cardíacos y cerebrales¨.
«Mensaje de la OMS: ¨Día Mundial de la Salud 2013 – control de la hipertensión-
Mensajes clave
El problema.
La hipertensión puede producir ataques cardíacos y cerebrales, y otros problemas de salud graves, tales como insuficiencia renal, ceguera, hemorragias y disfunción cerebral. Afecta a más de un tercio de los adultos y está en el origen de más de 9 millones de muertes anuales.
Muchas personas no saben que padecen hipertensión porque no siempre produce síntomas. Aunque es fácil de diagnosticar y tratar, muchas personas carecen de acceso a servicios de salud básicos, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.
La solución
La hipertensión es prevenible y tratable.

El control de la hipertensión y de otros factores de riesgo es la principal forma de prevenir los ataques cardiacos y cerebrales.

La detección precoz es fundamental: todos los adultos deben conocer su tensión arterial.

El riesgo de padecer hipertensión puede reducirse consumiendo menos sal y una dieta equilibrada, evitando el consumo nocivo de alcohol y el consumo de tabaco, y haciendo ejercicio regularmente.

A muchas personas les basta cambiar de estilo de vida para controlar la tensión arterial. Otras necesitan medicamentos. Existen medicamentos baratos que son eficaces si se toman tal como se han prescrito.

Es imprescindible que la detección y el control de la hipertensión (mediciones, asesoramiento sanitario y tratamiento) se combinen con una reducción simultánea de otros factores de riesgo de ataques cardíacos y cerebrales, como la diabetes o el consumo de tabaco. Se trata de elementos básicos de la atención primaria en todos los países, y deben formar parte de los esfuerzos por reducir la carga cada vez mayor de enfermedades no transmisibles.

La sociedad civil tiene una importante función que desempeñar en la lucha contra la hipertensión.

La industria también puede contribuir a resolver el problema, por ejemplo, reduciendo la sal en los alimentos procesados y logrando que los medicamentos y los productos diagnósticos esenciales sean más asequibles».

Indudablemente, nada que objetar del mensaje, pero a nivel del consultorio, casi nunca el médico hace énfasis en que debe insistir en modificar sus propios hábitos de vida y los de su paciente, disminuir la ingestión de sal –proscripción del salero en la mesa-, el sedentarismo: la necesidad de una caminata vigorosa, aunque sea tres veces por semana durante 20 o 30 minutos, la obesidad, la suspensión del tabaco y del exceso de licor. Recuérdese que la nación autóctona yanomama en Venezuela y Brasil tiene las cifras de tensión arterial más bajas en el mundo porque en su ambiente existe profunda carencia de sal. Adicionalmente por sus hábitos de vida tienen el colesterol HDL muy elevado y el LDL muy bajo…

Una de las nuevas recomendaciones incluye la pesquisa masiva de hipertensión arterial en niños desde la edad de 3 años… Con ánimo jocoso y cínico, Paul Kindrick, M.D. se pregunta, ¨ ¿Por qué debemos esperar hasta los tres años exponiendo a esos niños a riesgos innecesarios? ¡Deberíamos comenzar al momento de cortar el cordón umbilical…!¨. Por su parte, el profesor Curt Kurtberg, M.D., de la Universidad de Wake Forest muestra preocupación sobre la ¨redefinición¨ de hipertensión que a lo largo del tiempo hará enfermas a millones de personas saludables… ¨Personalmente no creo que sea una buena idea tratar a alguien que tenga una presión arterial sistólica de 160 mm Hg si ha sido saludable y no tiene otros factores de riesgo¨. De acuerdo a él, todo está influenciado por lo que describe como, ¨la mafia de la hipertensión¨ donde los líderes presionan para que las metas desciendan más y más…

Lapidario agrega, ¨Si alguien se está ganando cientos de miles de dólares por año, no le creo nada de lo que diga…¨

Pudiera pensarse que este, mi mensaje descorazonará a aquellos hipertensos en tratamiento, pero no es así, el tratamiento antihipertensivo es muy útil, indispensable y salvador de vidas, pero debe insistirse al paciente que antes de tomar la píldora antihipertensiva debe sembrar un semilla en su cerebro: debe poner más atención y comprometerse con cambios de su estilo de vida: Poca sal, ejercicio físico en forma de caminatas vigorosas, control de peso, desayuno apropiado e inmancable, alegría ante la vida a pesar de los penosos tiempos para los venezolanos de esta época, fomento de la esperanza, empatía y ayuda a sus semejantes…

  

  • El terror colesterínico…

Contrario a lo que muchos piensan, el colesterol no es un enemigo mortal; es un elemento esencial para todos los tejidos del cuerpo y vital para la vida… Entonces, ¿será que la denominación de ¨colesterol malo¨ tiene connotación de peligro? El ¨terror colesterínico¨ domina la preocupación personal de 10 millones de individuos en todo el mundo. Las estatinas como grupo generan ahora ganancias… ¡por más de 25 billones de dólares…!

El comité de la American Academy of Pediatrics ha anunciado la necesidad de pesquisa de hipercolesterolemia desde los dos años de edad, y de estar elevados los niveles, el tratamiento con estatinas  debe comenzar a partir de los 8 años. Pero… Las estatinas nunca han sido evaluadas en niños pequeños… Quizá pronto veremos expandir esta aprobación a niños de 2 años. ¡Digo yo pues…! Imagino que para vender drogas de elevado rendimiento económico, otro grupo de víctimas ha sido escogido para ser medicado. Creo que a esto le llaman ¨expansión del mercado¨; la única manera como las compañías farmacéuticas continúan creciendo y generando ganancias para sus accionistas… ¡Digo yo pues…!

Estudio ENHANCE, (Efecto de la combinación de ezetimiba y elevadas dosis de simvastatina vs. simvastatina sola, sobre el proceso aterosclerótico en pacientes con hipercolesterolemia familiar aterosclerótica). El estudio se inició en 2002 y se completó en 2006.  Los promotores, Merck & Schering-Plough fueron criticados por un U. S. House Comitee  por el retardo en entregar los resultados.  Ezetimiba (Zetia® U.S., Ezetrol® Canadá) ha alcanzado ventas por cerca de $ 5 billones en todo el mundo. El Vytorin® cuesta $ 3.0 por comprimido comparado con simvastatina que solo cuesta $ 1. Ahora los consumidores quieren saber si el Vytorin® les está ayudando o aún, si les está causando daño; por su parte los proveedores quieren saber qué decirles a los pacientes, y hasta donde la información del ENHANCE cambiará las prácticas de prescripción.

  • La epidemia de osteoporosis…

Esofagitis, úlceras, erosiones, estenosis y perforación esofágicas; úlceras gástricas y duodenal, uveítis, escleritis, osteonecrosis de la mandíbula, náuseas, dispepsia, diarrea, constipación, dolor abdominal, flatulencia, regurgitaciones ácidas, son algunos efectos colaterales del alendronato de sodio empleado para el tratamiento de la osteoporosis. Mucho antes de que la droga antiresortiva Fosamax® hiciera impacto en las calles de EE.UU., Merck subsidió la distribución de densitómetros necesarios para que las mujeres obtuvieran el diagnóstico e iniciaran el tratamiento… Al respecto un analista escribió simplemente, ¨Mientras más médicos sean capaces de hacer diagnósticos confiables de osteoporosis, más prescripciones de Fosamax® serán firmadas… ¨.

Se ideó un artilugio publicitario, el ¨osteobus¨, un autobús equipado con información pertinente acerca de la ¨enfermedad¨ incluyendo vídeos, posters y médicos expertos dispuestos a contestar preguntas, sugiriendo a las personas a tomar responsabilidad sobre su propia salud…

Para más colmo, un estudio de 2013 de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health) sugiere que al tomar suplementos de calcio existe un mayor riesgo para los hombres de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardiovasculares. Otros estudios sugieren que el riesgo existe para ambos, tanto para los hombres como las mujeres.

  • La lumbalgia, ¡un chance para la fisioterapia…!

Si tomamos como parámetro para juzgar una lumbalgia ocasional los cambios patológicos degenerativos y los hallazgos en la tomografía computarizada, aprenderemos que resultados similares se encuentran cuando se emplean resonancias magnéticas en personas mayores de 60 años, 36% de las personas tienen hernias discales y 80 a 90% de ellas tienen una significativa degeneración discal en forma de estenosis o protrusión. De nuevo, a despecho de esos significativos cambios, estas personas no sufren de lumbalgia alguna; pero si así fuera, más del 80% podrán recuperarse con medidas conservadoras como antiinflamatorios, cortos períodos de reposo, fisioterapia intensiva y movilización progresiva.

Más interesante aún… ¡Ninguna de estas personas tienen dolor lumbar!

Pero, allí, al acecho… la frecuentemente realizada fusión o fijación espinal viene a ser la mastectomía radical de nuestro tiempo… La intervención consiste en extirpar los discos intervertebrales al tiempo que se fijan las vértebras mediante vástagos y tornillos de metal. En 2006 se realizaron en USA más de 150.000 fijaciones espinales lumbares como tratamiento para aliviar la lumbalgia. Si bien es cierto que el procedimiento ofrece un tremendo beneficio a pacientes con fractura o cáncer espinal, también es cierto que estos casos constituyen un minúsculo número de casos dentro del universo total de los intervenidos… Existen serias interrogantes acerca de su efectividad en el control del dolor lumbar y el porqué de su empleo tan generalizado… ¿coste vs. beneficio? Tal vez, la mejor explicación para explicar el considerable crecimiento en el uso de implantes y cirugía espinal, es la ausencia de evidencia a favor o en contra de esos procedimientos…

Nuevos tipos de tuercas, tornillos y cajas, así como otros implementos, se pueden insertar en la columna; estos adminículos son mercadeados agresivamente y generan grandes ganancias para quienes los manufacturan y los hospitales o médicos que los usan. Más importante aún, muchos cirujanos en EE.UU. adquieren acciones de las casas productoras, lo que les provee un incentivo financiero para recomendar la cirugía… Es este un distintivo ejemplo de cómo, las consideraciones monetarias juegan un rol en la forma como los médicos ejercemos nuestra práctica…

Las causas de dolor de espalda son a menudo complejas y multifactoriales y aún más que para otras condiciones médicas, con frecuencia es difícil obtener un diagnóstico preciso. Mientras que algunas causas de dolor espinal son relativamente simples en su diagnóstico (tales como tumores, infecciones o fracturas), para muchas otras condiciones hay poco acuerdo entre los especialistas en columna.

Un estudio publicado en el Journal of the British Medical Association en 2005 concluyó: ¨No hay clara evidencia de que la cirugía de fusión espinal sea más beneficiosa que una rehabilitación intensiva¨. El mayor riesgo del procedimiento de fusión de la columna vertebral es que la cirugía no reduzca substancialmente o no elimine el dolor del paciente…, y entonces, no hay vuelta atrás. La razón número uno para que esto ocurra es porque se identificó incorrectamente la causa del dolor del paciente; es obvio que, de ser así, la fusión del disco era innecesaria e irrelevante. Por esta razón, la obtención de un diagnóstico preciso es fundamental.

  • Como una plegaria a la terapia física, yo les invito a leer «Why ‘Useless’ Surgery Is Still Popular» escrito por Gina Kolata y publicado en el diario The New York Times, apenas el día de ayer, 3 de agosto de 20016, acerca de cirugías de fusión espinal, vertebroplastia y cirugía de meniscos…

http://www.nytimes.com/2016/08/04/upshot/the-right-to-know-that-an-operation-is-next-to- useless.html?emc=edit_th_20160804&nl=todaysheadlines&nlid=67054943&_r=0

  • La panacea de las vitaminas…

Cuando el mundo fue creado, Dios puso al alcance de nuestras manos vegetales, legumbres y frutas… Todas ellas contendrían las vitaminas en las cantidades necesarias para vivir. Casimiro Funk, (1888-1967), incorporado al Instituto Lister de Medicina Preventiva de Londres (1910 -1913), aisló de la cascarilla del arroz una sustancia llamada por él vitamina (amina para la vida), que resultó eficaz contra el beriberi. Aislada en forma pura y cristalizada quince años después, la sustancia se conoce hoy con el nombre de vitamina B.

Luego las vitaminas se convirtieron en panacea: fatiga, memoria, desaliento, ¨bajas defensas¨ y libido parecieron responder a ellas; por ello, más de 100 millones de norteamericanos toman regularmente vitaminas porque consideran su suplementación necesaria… en realidad aceptaríamos administrarlas durante el embarazo (aunque hoy día se cuestiona su utilidad), exceptuando especialmente al ácido fólico que previene defectos congénitos, o cuando la dieta es muy pobre en proteínas y vitaminas como nos ocurre en la Venezuela de hoy, o en forma transitoria cuando la persona ha salido de un grave trance de salud. Son placebos costosos para estimular el apetito, disminuir el decaimiento o falta de fuerzas o para ¨subir las defensas¨. Sin embargo, gracias a la propaganda, el consumo de minerales y vitaminas se ha doblado en los últimos 6 años, alcanzando la suma de $ 10 billones. Aquellas que contienen hierro son las más tóxicas, especialmente la ingestión accidental en la población pediátrica. Las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) tienen elevado potencial de toxicidad por su acumulación en el cuerpo. Cuando se han ingerido en cantidades suficientes con los alimentos, las vitaminas hidrosolubles extra, son entonces superfluas e inmediatamente eliminadas por la orina… Como resultado, se obtiene un desperdicio, una ¨orina costosa¨…

Miles de pacientes en el Reino Unido podrían estar en elevado riesgo de sobredosis de vitaminas… Una encuesta conducida en forma aleatoria por un grupo de investigadores entre 250 General Practitioners encontraron que 41% de ellos pensaba que sus pacientes estaban abusando y no tenían idea del daño que las vitaminas podría producirles en sus cuerpos…

Con sarcasmo: si es que el bagre loricárido del Río Guaire aún existe y no ha muerto intoxicado por la amenaza y abuso de su ambiente, sería el único beneficiario de las excretas ¨vitaminizadas¨ de miles de caraqueños acomodados…

«Si  el paso del tiempo puede traer progreso al saber científico, también puede causar olvido de algo importante que el hombre supo…». Con estas sabias palabras nos advierte uno de los mayores intelectuales españoles del siglo XX, don Pedro Laín Entralgo (1908- 2001), médico, historiador, ensayista y filósofo. Hoy día los hospitales y compañías de seguro, tan mercantiles e impersonales como son, fuerzan a los médicos a atender un paciente cada 15 minutos en ausencia del diálogo sanador y de la clínica, a lo que sigue el abuso de la tecnología mal indicada, peor utilizada y muy en especial la abundosa receta no meditada. Desde tiempos inmemoriales el médico siempre curó… en muchos casos su simple presencia bondadosa fue y debe seguir siendo la primera y única medicina que prescribía… no hay que olvidarlo…

¨Porque este es el gran error de nuestros días…

que el médico separe  el cuerpo del alma…¨

Platón (427-347 a.C.)

En años pretéritos el médico tenía más oportunidades de curar por su sola presencia y bajo el influjo de sus palabras inspiradoras de confianza, sin otro recurso que echar mano de aquella herencia que supo escuchar al paciente y espolear la catarsis: la que Hipócrates (460-¿377? a. C) 2.500 años atrás en la pequeña isla de Cos, en el Dodecaneso, uno de los archipiélagos griegos del mar Egeo, hizo dando a conocer al médico la medicina científico-natural, la que Avicena (980-1037 d.C.) enseñó en Bagdad, y la que Maimónides (1135-1204 d.C.) predicó en Córdoba. Y especialmente con Hipócrates, nuestro primigenio padre, que supo arrebatar la enfermedad a los dioses para entregársela a la responsabilidad de los hombres. Los conceptos que allí tomaron vida deben ser dignos de imperecedero recuerdo, ejecución y admiración. Por favor, no los olvidemos y transmitámoslos a nuestros alumnos:

  • Vis formativa o energía manifestada en la formación de nuevos tejidos para reemplazar los que son desechados.
  • Vis medicatrix naturæ o poder curativo de la naturaleza inherente al cuerpo humano. Es la mayor arma curativa de que contamos para sanarnos.
  • Vis conservatrix naturæ o poder natural del organismo para resistir la enfermedad. Es la mayor arma preventiva y defensiva de que contamos para evitar enfermarnos.
  • Vis vitæ o energía vital

Tal significa que el cuerpo humano no está hecho para enfermarse y está muy bien provisto para curarse, de hecho, lo está haciendo a cada instante y sin estridencias. Por ello, no nos lancemos los primeros a avalar tratamientos o procedimientos de diagnóstico para estar a la moda hasta que el tamiz del tiempo indique que son útiles y que son seguros para nuestros pacientes y también para nosotros mismos…

Infortunado para nuestros pacientes es que los médicos no hablemos con ellos, que los hayamos cosificado, por ello, no perdemos nuestro valioso tiempo en consejos para conservar y promover su salud, preferimos tratarles como ¨enfermos¨ o como ¨pacientes¨ no como personas por el solo hecho de haber traspuesto el umbral de nuestras puertas de un hospital o de un consultorio y en ellos, tratar una enfermedad que muchas veces no existe, que no comprendemos y que en ocasiones, hasta les proporcionamos…

Recuérdense las sarcásticas y muy ciertas admoniciones de Voltaire (1694-1778),

«Médicos son aquellas personas que recetan medicinas, de las que saben poco, para curar enfermedades que no conocen, en personas de las cuales no saben nada…».

«No hay hombre más digno de estimación que el médico que, habiendo estudiado la naturaleza desde su juventud, conoce las propiedades del cuerpo humano, las enfermedades que le atacan y los remedios que pueden beneficiarle y que ejerce su arte».

 «El arte de medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad».

La carencia de habilidades clínicas es la negación de esa admonición tékne iatriké  hipocrática, «Un saber hacer, sabiendo por qué se hace lo que se hace»: puede decirse que allí comienza el primer acto válido para sumergirnos en la intimidad del enfermo: la anamnesis o diálogo diagnóstico; si esta no cumple las exigencias mínimas requeridas, el resultado final será un adefesio, y todo lo que de ella se derive será un desperdicio o un acto de ¨iatrogénesis¨ definida como los efectos secundarios sintomáticos padecidos por individuos como consecuencia de sus encuentros con médicos, medicamentos u hospitales. La anamnesis será el hilo guiador para un buen examen clínico señalando las áreas de reparo que deben ser escrutadas porque allí yace la enfermedad cuando existe. Por saltársela a la ligera, ha surgido la medicina ¨high-tech¨ fomentada por la industria farmacéutica y la de los aparatos diagnósticos que privilegia los análisis, estudios y pruebas y la invasión tecnológica sin concierto en detrimento de la medicina ¨high-touch¨, basada en la cercanía con el enfermo, en una historia clínica bien elaborada conjuntada a un examen clínico depurado y una evaluación crítica de la información obtenida sin olvidar a la persona.

Tal vez sea tiempo de repensar el significado de la vida, lo cual nos recordaría que la mayoría de las personas estarían gustosos de correr riesgos sustanciales en su vida ordinaria con tal de preservar su autonomía y alegría, esa que tantas veces le es arrebatada por el afán de lucro…

rafaelmuci@gmail.com

 

 

Elogio de las perlas clínicas: La importancia del relato simple en medicina…

  • Cuando la enfermedad tiene un lenguaje…

¿Qué cómo conocí a Purísima Doncellil?

Alianzas de amistad fraterna me liaban a sus padres desde que eran solteros. Hasta algún ¨arruchadito¨ le cambié alguna vez cuando no me quedó otra opción. Le vi hacer gorgoritos, presencié su errático gatear y sus primeros pinitos, la observé también hacerse una señorita y vestir sus primeros sostenes, asistí a la transmutación en adolescente de figura esbelta y grácil, sonrisa espontánea de perfecta y alineada dentadura, cutis de melocotón, mirada vivaz tras largas y negras pestañas… Era, la “niña-de-mis-ojos” de sus orgullosos padres. Muchas veces me lamenté ante ellos por la sobreprotección que le conferían. “Es la única hembra entre seis varones”, se justificaban jubilosos. Sin ser pediatra, en ocasiones le examiné por naderías. Por esas naderías que expresan más la inseguridad parental que una real enfermedad de los hijos. Siempre muy sana, delgada; pero sana… Y así fue como el tiempo pasó y Doncel Exinanido, su vecino y noviecito desde los catorce años se transformó en su esposo. Beneplácito de las dos familias. La abrazamos contentos como si se tratara de una hija y brindamos por su felicidad. Al regreso de la corta luna de miel, de inmediato se marcharían a Norteamérica. Él haría un posgrado en administración de empresas; ella, en educación preescolar. Acongojado, presencié el duelo de sus padres, por no tenerla más en el hogar y por saberla lejos…

A poco de su partida, enfermó… Una dispepsia no ulcerosa le fue diagnosticada: No hacía sino vomitar todo cuanto comía, perdió peso en forma considerable, su tez palideció, estaba insomne e inapetente, un dolor de cabeza persistente se entronizó en sus días y sus noches, sentía intensa fatiga y abulia, como a quien se le ha drenado la sangre y con ella el espíritu vital. Se entretuvo también un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica ¡usted sabe, una enfermedad como los zapatos de platabanda, horribles pero ‘inn, para tipificar lo que no entendemos o no conocemos! Se le asociaron ataques de pánico: una sensación de muerte cierta, o la convicción de locura, con su corazón yéndose al galope en desordenados latidos y su respiración que no le alcanzaba, sus piernas que no le sostenían y un insoportable y ominoso hormiguillo que le llenaba manos y pies.

Un permanente “mareo de tierra”, en el que su cuerpo parecía vacilar como si estuviera en un bote a merced de las olas. ¡La desestabilización total! En seis meses estaba de vuelta en Caracas, con una extraña dolencia que había resistido el embate de la tecnología gringa, que rechazaba toda taxonomía y rehuía su desvelación… Muy a mi pesar, la tuve esta vez como mi real paciente y la visión que de ella tuve, me llenó de profunda tristeza y compasión: La magrura de su porte, sus ojos sin brillo, los feos barros que empedraban sus mejillas, sus labios mustios, pálidos y agrietados, su dentadura opaca y su cabello sin brillo, círculos oscuros alrededor de sus ojos simulando un antifaz de carnaval triste, la cara enjuta y amarilla que recordaba aquella facies miasmática de los palúdicos crónicos… peor aún, la alegría de campanita, que era su contraseña, había huido de su ser…

 

La examiné remirado, pues esta vez sí que parecía estar enferma. No quería encontrarle nada malo. ¡La veía muy mal; pero no había pista alguna que denunciara la enfermedad enramada! Como parte de ese examen clínico integral a que todo paciente tiene derecho, le miré el fondo del ojo. Dirigí el intenso rayo de luz blanca a través de su pupila y me acerqué tanto como pude, tratando que el círculo de luz llenara ese espacio también circular, a través del cual miramos el mundo: la pupila. ¡No existe un examen en medicina que requiera de más cercanía entre un médico y su paciente que la oftalmoscopia! Podía oír sus respiraciones contenidas y atáxicas, y seguramente, ella las mías. Se resistía al examen, no me dejaba observar, giraba bruscamente su cabeza como por fuerza de un resorte que la disparaba al lado opuesto. ¡Fue cuando lo comprendí todo!:

Quedamente, tratando de colmar mis palabras de respeto y comprensión, le pregunté, -“¿Se ha consumado tu matrimonio, Purísima…? Fue entonces, cuando Purísima me lo dijo todo sin decirme nada: gemidos entrecortados y borbotones de lágrimas desesperados me dieron la razón. Una infinita pena por seis meses represada buscó su desahogo natural: Lágrimas de amargura. Un decir sin decir nada, un inculpar sin inculpar a nadie, un inmenso tormento sin un confidente a quien tender los brazos anhelantes… ¡Purísima era todavía virgen! Se habían casado creyendo que el matrimonio era jugar a mamá y papá. Ambos habían escogido, irreflexivamente, la pareja ‘ideal’, la que la trampa de sus inconscientes les ofreció. Doncel, a despecho de su juventud, era impotente; ella, tímida sexual. Una relación platónica para un fracaso mil veces presagiado…

En “La aventura de la Finca de Cooper Beeches”, Sherlock nos dice, “Es frecuente que el hombre que ama su profesión por ella misma, saque sus más vivos deleites de las manifestaciones menos importantes y más humildes de la misma”

 Tal vez no de un moderno ecógrafo, menos de una tomografía por emisión de positrones, quizá sí, de un humilde oftalmoscopio para mirar, más que ver, para ejercer a plenitud el arte de la fina observación, de «pequeños-grandes detalles» que no necesariamente tienen que ver con el ver… Para quien mira a través de un oftalmoscopio —el instrumento idóneo para asomarse al interior del ojo— verdades directas y objetivas le serán desveladas. Hasta allí, todos estamos de acuerdo. Sin embargo, cuando se dejan flotar al máximo los sentidos, emergerán otras piezas de diagnóstico que yo llamo “secundarias”, verdades accidentales, no relacionadas directamente con el ver. Secundarias, no porque sean de menor importancia, sino porque están mimetizadas o escondidas y sólo son identificables, cuando el cerebro está programado para percibirlas. Nacen del cultivo de la capacidad ‘observadora’ de otros sentidos. Son imponderables advertidos sólo por el que está concentrado en lo que hace, por ello, Holmes solía decir que “el arte de observar es impersonal, pues está más allá del que observa”.

Al mirar el fondo del ojo podemos percibir el hálito alcohólico, el aliento dulzón del diabético muy grave o el urinoso del urémico, o algún hedor nauseabundo nacido de senos paranasales enfermos; podemos escuchar el silbido del bronquio herido del fumador abusivo o del asmático oprimido; o ruidos traqueales o bronquiales que expresan secreciones represadas; o movimientos anormales y espontáneos de los ojos, vedados a la mirada desnuda por su escasa amplitud; o los ansiosos suspiros del hiperventilador; o la detención periódica de la respiración de Cheyne-Stokes del enfermo con daño cerebral, con su crescendo subsiguiente; o ruidos metálicos de las prótesis que han suplido la función de válvulas cardíacas enfermas y disfuncionales; o el aumento del tono simpático del angustiado o hipertiroideo, que desorbitan sus ojos al pedírseles fijar su atención en un objeto distante; o el movimiento de la cabeza sincrónico con el latir del corazón del insuficiente de la válvula aórtica, donde la sangre se devuelve contra natura…

Purísima no podía cooperar al momento de la oftalmoscopia: Nunca pudo hacerlo desde niña. ¡Era extraño que, de casada, todavía no pudiera tolerar la pe-ne-tra-ción de la luz! Abrigamos la sospecha y en ciertos casos como el presente hemos logrado comprobar que en algunas mujeres, por lo general jóvenes, la imposibilidad para colaborar al momento de mirarles el fondo del ojo, puede representar un fenómeno vicario o sustitutivo de la llamada angustia de penetración: Echada boca arriba, la habitación en penumbra, el estrecho acercamiento a que obliga el procedimiento, la percepción de la respiración del médico muy cercana al oído, completan el ambiente para evocar, la fantasía inconsciente de la desfloración, y de allí, los fuertes cabeceos de rechazo y ese lagrimero… Al regreso de la luna de miel, cuando se ha vivido la realidad con el objeto amado, la fantasía de destrucción se disipa, y la joven ya no retirará nunca más la cabeza…

¡Lo reconozco, es pura imaginación! pero, -“¿Cuántas veces la imaginación es la madre de la verdad?” decía Sherlock en “La tragedia de Birlstone”…

 Elementary, my dear Watson!

 

  • A la zaga del signo revelador…

 

“Dios está en los detalles”.  A. Warburg

 

El objeto del diagnóstico es la acción; el del diagnóstico precoz el adoptar lo más pronto posible todas las medidas que puedan estar indicadas para curar, aliviar, prevenir o limitar las complicaciones de la enfermedad. Se entiende por signo, ¨El fenómeno, carácter o síntoma objetivo de una enfermedad o estado que el médico reconoce o provoca¨; si el signo evoca de inmediato un diagnóstico o domina en importancia a otros que simultáneamente concurren en un paciente dado y focalizan la atención hacia un determinado aparato, órgano o sistema, se designa como ¨signo rector¨ o ¨signo-señal¨.

En la Viena del Siglo XIX, el internista Josef Skoda (1805-1881) trabajando en simbiosis con el patólogo Karl von Rokitansky (1804-1878), puede aceptarse que desarrollaron y pulimentaron el diagnóstico anatomoclínico; uno diagnosticaba y el otro comprobaba: vale decir, uno diagnosticaba mediante el exclusivo uso de los sentidos y el otro ¨viendo por sí mismo¨ en la mesa de autopsias, comprobaba o rechazaba la presunción diagnóstica. De esa forma contribuyeron al fortalecimiento de la observación del hecho clínico mediante signos privilegiados, indicios que a la mayoría le resultan imperceptibles, objetivamente evidenciables e inequívocamente patológicos relacionados con la enfermedad dominante en un paciente dado, que obedecían a un número muy limitado y concreto de causas…  Quizá un medio de comunicación entre el hombre y la maravilla de su Creador: el cuerpo humano, un privilegio divino, una vía de comunicación que debería continuar cultivándose hoy día, en tiempos alejados de la candidez y más cercanos al pragmatismo maquinal.

Siempre me encantaron y me esforcé por conocerlos, buscarlos y aún más, enseñarlos a mis alumnos, adelantándome y ganándole al dictado de la máquina diagnóstica, tan distante de la mirada médica en este ahora, tan gobernado por la tecnocracia como está, y que no es otra cosa que esa mirada médica tan particular e inquisidora que tiene un sentido y una trascendencia, una mirada que transforma el síntoma en signo, espontáneo diferencial consagrado a la totalidad y a la memoria; mirada calculadora también, acto que reúne en un solo movimiento, el elemento y el vínculo de los hechos clínicos entre sí, una mirada sensible a las diferencias, a la simultaneidad, a la sucesión y a la frecuencia; ¿acaso se me permitiría llamarlo ¨ojo clínico¨…?

No es que yo quiera considerarme el último romántico de la semiótica… hay tantos otros como yo que lloramos ante la pérdida de un bienhadado bien; parece que ya nadie siente pasión por poseerla; parece que el conocimiento ¨pret-a-porter¨, se impondrá por sobre la fina orfebrería del diagnóstico; parece que esta vez las máquinas nos ganaron la partida y debo retirarme siempre enseñando mi arte adonde todavía la observación y el contacto cercano son vitales; tal es en el ejercicio de las relaciones entre la visión y las funciones cerebrales, la neurooftalmología, donde no reconocer o confundir el minúsculo signo señero, equivale a no acertar el diagnóstico y a condenar al errabundo paciente a buscar otro médico, otra ¨última esperanza¨…

Y sólo saben enseñar siempre los que nunca dejaron de aprender.

 

  • La soberanía del signo clínico…

 

¨La teoría calla, o se desvanece casi siempre en el lecho de los enfermos para ceder el puesto a la observación y la experiencia¨, ¡eh! ¿Sobre qué se funda la experiencia y la observación, si no es sobre la relación de nuestros sentidos? ¿Y que serían la una y la otra sin estas fieles guías?¨ [1]

 El paradigma indiciario o adivinatorio de Carlo Ginzburg en su saber cinegético, nos muestra la enfermedad como presa y el médico como cazador… Por miles de años el hombre fue cazador… En el curso de incontables lances aprendió a reconstruir la forma y los movimientos de su invisible presa mediante huellas en la tierra, ramas rotas, excrementos, mechones de pelo, plumas desprendidas, pesos, colores, rumbos y olores estancados, más de las veces irrelevantes a los ojos del profano… Aprendió a oler, registrar, clasificar e interpretar trazos infinitesimales como rastros de baba… Aprendió cómo ejecutar complejas operaciones mentales a la velocidad del rayo en la profundidad de los bosques o en las llanuras de escondidos peligros… Desde esos rústicos cazadores, un rico contingente de conocimientos ha pasado con la tradición oral a través de generaciones. Este conocimiento se ha caracterizado por la habilidad de construir a partir de datos experimentales una compleja realidad que no fue experimentada o visualizada directamente. ¨El cazador habría sido el primero en ‘contar una historia’ porque era el único que se hallaba en condiciones de leer, en los rastros mudos (cuando no imperceptibles) dejados por la presa, una serie coherente de acontecimientos¨. En ausencia de documentación verbal para suplementar las pinturas en la piedra, podemos depender del folclore que trasmite un eco para aprender del conocimiento acumulado desde esos remotos cazadores, que elaborados por el observador producen una secuencia narrativa: “alguien pasó por aquí…”

[1] Corvisart, Nicolás (1755-1821), médico del Emperador Napoleón Bonaparte, fundador de la cardiología científica.  Prefacio a la introducción del libro de Auenbrugger –sobre la percusión-: Nouvelle méthode pour reconnaltre les maladies internes de la poitrine (París, 1908). p-VII.

 

En el año 2000 y en la Academia Nacional de Medicina de Venezuela definimos el sentido de Perla de Observación Clínica, cuando escribimos, ¨Se entiende por perla de observación clínica un hecho, caso clínico o hallazgo observacional, que, por mérito propio y consolidado por el tamiz del tiempo, en razón de su presencia permite un diagnóstico positivo, un constructo excepcional o constituye una pista que conduce a él¨.

¿No tiene esta definición de «perla» el aroma de Sherlock Holmes, su sagacidad y su ciencia dispuesta a reconocer minúsculas pistas y descifrar su enigmático lenguaje? De pequeño leía con fascinación sus aventuras sin poder atisbar, claro está, la influencia que tendrían en los años por venir en mi transitar como médico sobre cuerpos machucados por la saña de la enfermedad. ¿Qué iba yo a saber que su figura compendiaba a los grandes observadores de nimios pero reveladores detalles del entorno, desplegados y contenidos desde no se sabe cuándo, en cándidas observaciones orientales envueltas en la tradición oral y en textos impresos en pergaminos y folios amarillentos de épocas remotas:

Desde el Talmud de Babilonia: Tratado del Sanhedrín (cerca de 200-500 años a.C.); el Nigaristán: Muin-al-din-Juvani (1335) y Thomas‐Simon Gueullett (1683–1766) con sus ¨Soirees bretonnes¨; los Tres Príncipes de Serendip del Peregrinaggio de Michel Tramezzino (1557), reconocido por Horacio Walpole y cuya carta a Horace Mann contiene la primera referencia a la serendipia, catellanización de la palabra inglesa serendipity, para designar la sagacidad accidental; el Zadig, lector de pistas, de François Marie Arouet (Voltaire) (1694-1778); el clínico de filigranas Joseph Bell de Edimburgo (1837-1911), su pupilo, Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) y el propio Sherlock Holmes, su creación literaria, y… por último, el mismísimo Sir William Osler (1849-1919) de quien se dice fue influenciado por la lectura del Zadig de Voltaire…

En estos textos de kirghiz, turcos, tártaros, judíos y persas en el Peregrinaggio, se relatan siempre bajo el mismo ritornello: las historias de tres hermanos que encontraron un hombre que había perdido un camello o en otras versiones un caballo, y hasta una vaca. Ellos lo describieron sin titubeo: blanco, ciego de un ojo, sin un diente, con dos alforjas de cuero de cabra, una llena de vino y otra de aceite, o una llena de trigo y otra de miel ¿Le habían visto? ¡No! Les acusaron de robarlo y fueron a juicio: por medio de miríadas de inaparentes detalles habían reconstruido la apariencia de un animal que nunca habían visto, sus virtudes, sus defectos y su carga… Accidentes felices, un prodigio de observación fina e intencionada, pues en medicina todo o casi todo, depende un vistazo inteligente, de un instinto feliz, de un chispazo revelador.

¡Bienaventurada sea la observación!

En este orden de ideas, tal vez sea el momento de recordar el pasaje de Voltaire, ¨Zadig o el destino. Historia oriental¨[1] donde encontramos una extraordinaria pieza de observación cuyo protagonista es Zadig -del árabe saadig, el veraz-, un joven rico y poderoso, quien debido a las ingratitudes de los hombres se retiró a una casa de campo a las orillas del Eúfrates y allí buscó la felicidad en el estudio de la Naturaleza, ese gran libro abierto por Dios ante los ojos de los hombres.  Allí estudió las propiedades de los animales y las plantas, y en muy poco tiempo, adquirió una sagacidad que le hacía observar millares de diferencias, allí, donde otros sólo uniformidad veían. “Mi trabajo es conocer cosas. Me he entrenado a mí mismo para ver lo que otros pasan por alto”, -Sherlock Holmes, en Un caso de identidad.

 Leamos un prodigio de observación, el Zadig de Voltaire en su cuento filosófico, ¨El perro y el caballo¨:  

¨Cierto día paseándose junto a un bosquecillo, vio venir corriendo un eunuco de la reina, seguido de muchos oficiales de palacio: todos parecían poseídos de la mayor inquietud, y corrían a todas partes como hombres extraviados que andan buscando lo más precioso que han perdido. -¨Mancebo -inquirió el principal eunuco-, ¿visteis al perro de la reina?¨. Respondióle Zadig con modestia: Es perra que no perro. Tenéis razón, replicó el primer eunuco. Es una perra fina muy chiquita, continuó Zadig, que ha parido ha poco, cojea del pie delantero izquierdo, y tiene las orejas muy largas. -¨¿Con que la habéis visto?¨ -dijo el eunuco fuera de sí-. -¨No por cierto -respondió Zadig-; ni la he visto, ni sabía que la reina tuviese perra ninguna¨.

Aconteció también por aquel mismo tiempo que por un capricho del acaso se hubiese escapado esa misma mañana de manos de un palafrenero del rey, el caballo más hermoso de las caballerizas reales, y andaba corriendo por las vegas de Babilonia. Iban tras de él, el montero mayor y todos sus subalternos con no menos premura que el primer eunuco tras de la perra. Dirigióse el caballerizo a Zadig, preguntándole si había visto el caballo del rey. -¨Ese es el caballo -dijo Zadig- que tiene el mejor galope, cinco pies de alto, la pezuña muy pequeña, la cola de tres pies y medio de largo, las cabezas del bocado son de oro de veinte y tres quilates y las herraduras de plata de once dineros¨. -¨¿Y qué camino ha seguido, donde ha ido? ¿Dónde está?¨, preguntó el caballerizo mayor. -¨Ni le he visto, repuso Zadig, ni he oído hablar nunca de él¨.

Ni al caballerizo mayor ni al primer eunuco les quedó duda de que Zadig había robado el caballo del rey y la perra de la reina; condujéronle pues a la asamblea del gran Desterham, que le condenó a doscientos azotes y seis años de presidio en la fría Siberia. No bien hubieron dado la sentencia, cuando aparecieron el caballo y la perra, de suerte que se vieron los jueces en la dolorosa precisión de anular su sentencia; condenaron empero a Zadig a una multa de cuatrocientas onzas de oro, por haber dicho que no había visto aquello que en realidad sí había visto. Primero pagó la inevitable multa, y luego se le permitió defender su causa ante el consejo del gran Desterham, donde dijo así:

 

¨Astros de justicia, pozos de ciencia, espejos de la verdad, que con la gravedad del plomo unís la dureza del hierro, el brillo del diamante y no poca afinidad con el oro, siéndome permitido hablar ante esta augusta asamblea, juro por Oromazes, que nunca vi ni la respetable perra de la reina, ni el sagrado caballo del rey de reyes. El suceso ha sido como os voy a contar. Andaba paseando por el bosquecillo donde luego encontré al venerable eunuco y al ilustrísimo caballerizo mayor. Observé en la arena las huellas de un animal y fácilmente conocí que era un perro chico. Unos surcos largos y ligeros, impresos en montoncillos de arena entre las huellas de las patas, me dieron a conocer que era una perra, y que le colgaban las tetas, de donde colegí que había parido hacía pocos días. Otros vestigios en otra dirección, que se dejaban ver siempre al ras de la arena al lado de los pies delanteros, me demostraron que tenía las orejas largas; y como las pisadas de un pie eran menos hondas en la arena que las de los otros tres, saqué por consecuencia que era, si soy osado a decirlo, algo coja la perra de nuestra augusta reina. En cuanto al caballo del rey de reyes, la verdad es que, paseándome por las veredas de dicho bosque, noté las señales de las herraduras de un caballo, que estaban todas a igual distancia.  He aquí, me he dicho para mí, este caballo tiene un galope perfecto. En una senda del camino que no tiene más de tres pies y medio del centro del camino, estaba a izquierda y a derecha barrido el polvo en algunos parajes. El caballo, conjeturé yo, tiene una cola de tres pies y medio, que con sus movimientos de derecha a izquierda ha barrido este polvo. Debajo de los árboles que formaban una bóveda de cinco pies de altura, estaban recién caídas las hojas de sus ramas, y conocí que las había dejado caer el caballo, que por tanto tenía cinco pies de alzada. Su freno debía de ser de oro de veinte y tres quilates, porque habiendo estregado la cabeza del bocado contra una piedra que he visto que era de toque, hice un ensayo. Por fin, las marcas que han dejado las herraduras en piedras de otra especie me han probado que eran de plata de once dineros¨.

Quedáronse pasmados todos los jueces con el profundo y sagaz tino de Zadig, y llegó la noticia al rey y la reina. En antesalas, salas y gabinetes no se hablaba más que de Zadig, y el rey mandó que se le restituyese la multa de cuatrocientas onzas de oro a que había sido sentenciado, puesto que no pocos magos eran del dictamen de quemarle como hechicero. Fueron con mucho aparato a su casa el escribano de la causa, los alguaciles y los procuradores, a llevarle sus cuatrocientas onzas, sin guardar por las costas más que trescientas noventa y ocho; verdad es que los escribientes pidieron una gratificación.

Viendo Zadig que era cosa muy peligrosa el saber en demasía, hizo propósito firme de no decir en otra ocasión lo que hubiese visto, y la ocasión no tardó en presentarse. Un reo de estado se escapó, y pasó por debajo de los balcones de Zadig. Tomáronle declaración a este, no declaró nada; y habiéndole probado que se había asomado al balcón, por tamaño delito fue condenado a pagar quinientas onzas de oro, y dio las gracias a los jueces por su mucha benignidad, que así era costumbre en Babilonia, -¨¡Gran Dios, decía Zadig entre sí, qué desgraciado es quien se pasea en un bosque por donde haya pasado el caballo del rey, o la perra de la reina! ¡Qué de peligros corre quien a su balcón se asoma! ¡Qué cosa tan difícil es ser dichoso en esta vida!¨

 

  • La semiótica y Sir William Osler.

 La semiología o semiótica es la disciplina que aborda la interpretación y producción de los síntomas. La semiología médica, el estudio de los signos y síntomas de las enfermedades, muchos de ellos extraídos sobrepasando la opacidad de la piel para traerlos al claror de la interpretación pues no hay enfermedad sino en el elemento de lo visible, y por consiguiente de lo enunciable: La inspección, percusión, auscultación y palpación sirven a estos propósitos y dan la bienvenida al estudiante de medicina después de sus años básicos o preclínicos y le preparan para este cometido; es cierto, es el inicio de un camino no siempre liso, que nunca habrá de terminar porque la medicina es conocimiento incierto opuesto al conocimiento de las cosas inertes, y su objeto el hombre enfermo, según Dumas, es demasiado complicado, abarca una multitud de hechos harto variados, opera sobre elementos demasiado sutiles y en exceso numerosos, para dar siempre a las inmensas combinaciones de las cuales es susceptible; la uniformidad, la evidencia, la certeza caracterizan las ciencias físicas y matemáticas.

[1] http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/voltaire/zadig_o_el_destino.htm

Como a cualquier otro internista, la figura de Sir William Osler (1849-1919) impregnó el pensar y hacer de mi generación y podría decirse que él aún pervive en el mundo de la medicina académica. Mis profesores y mis lecturas así me lo pregonaron y me lo siguen proclamando. Fue la persona que más influenció el mundo médico de habla inglesa y sus enseñanzas permearon a todas las escuelas de medicina del mundo occidental. Sus publicaciones totalizaron más de 1.500 producto de su curiosidad innata, observación cuidadosa, paciencia y asiduidad, así como un ojo observador y una mano presta para registrar sus experiencias. A menudo solía decir que el éxito del que había disfrutado no era debido a su genialidad, antes bien a su capacidad en poner manos a la obra.

Dedicado a sus maestros canadienses, él sólo completó un texto de medicina de 1079 páginas, corrigió las pruebas e hizo el índice en sólo 16 meses, para transformarlo en el más popular y conocido de su tiempo por más de treinta años, ¨The principles and practice of medicine¨ publicado en Nueva York por D. Appleton and Company en 1892; realizó personalmente y registró en detalle más de mil autopsias naciendo en su mente la correlación de la medicina de cabecera al lado del enfermo con los hallazgos patológicos o medicina anatomoclínica, jugando un rol preminente en la creación de la Escuela de Medicina Johns Hopkins conjuntamente con William H. Welch, William Halsted y Howard Kelly formando un brillante equipo algunas veces llamado como el de ¨los cuatro grandes¨, que se constituyó en el estándar de oro de la educación en la América de su tiempo. Quién podría dudar de su habilidad como maestro de ese alguien en quien la educación y el ideal puro eran las fuerzas movilizadoras de la pedagogía.

Por cierto, en los tempranos días de la oftalmoscopia, el procedimiento era considerado por casi todos los médicos como provincia de la oftalmología; de acuerdo a de Schweinitz fue Charles Norris conjuntamente con los esfuerzos de William Thompson, S. Weir Mitchell y el propio William Osler quienes en conjunto convencieron a los médicos de Filadelfia acerca de la necesidad de realizar un examen ocular sistemático en todos los pacientes…

 

Sus enseñanzas alcanzaron el pináculo a fines del siglo XIX e inicios del XX, épocas en que la medicina científica moderna se estableció en contra del misticismo y verdades parciales que habían evolucionado por cerca de dos milenios desde tiempos de griegos, romanos y egipcios. Quizá su mayor legado y aquella acción por la cual quiso ser recordado, fue la de llevar a sus alumnos a aprender a la cabecera del enfermo como nunca antes se había insistido haciendo énfasis en el paciente como ¨texto de estudio¨, cuando hoy día, en tiempos de sofisticadas herramientas tecnológicas el paciente está presente solamente bajo la forma de unos pocos mililitros de sangre o líquido, varios gramos de tejido o una lámina radiográfica donde se inscribe en tonos de grises el drama del enfermo en ausencia de su persona y aún una simple e insulsa receta para complacer.

«No deseo más epitafio que la mera inscripción en mi tumba, que enseñé a mis alumnos medicina en las salas del hospital».

 

  • La perla médica y su oriente magnífico…

 Cuenta una leyenda que cuando los ángeles lloran, sus lágrimas caen al fondo del mar y se convierten en perlas. Dentro de las grandes civilizaciones y religiones antiguas las perlas personificaban la virtud, la sabiduría y el poder. En el relato clínico que nos ocupó al inicio, a no dudar, en la construcción intelectual del diagnóstico, un sutil hallazgo oftalmoscópico no relacionado directamente con la oftalmoscopia, un cambio en el orden de los factores, reluce como una perla, con ese ¨oriente¨ al cual se refería mi padre barajando entre sus dedos esa joya por la que sentía especial atracción y que regalaba a mi madre en demasía y vistiendo él mismo, una negra en su corbata: En las perlas de color claro no otra cosa que su brillo nacarado, un inimitable y sutil juego de colores presente en su superficie, y en las perlas de color oscuro, el sobre-tono y su atractiva iridiscencia; y por analogía, en las perlas clínicas, no otra cosa que verdades contundentes escondidas dentro de la hojarasca del discurso o en un área milimétrica del cuerpo apenas perceptible y soslayada con el mensaje no leído a ella implícito. La perla simboliza pues una preciada y afortunada pertenencia, un algo muy valioso que llevada a las más elevadas posesiones del espíritu alcanza su más legítimo esplendor.

En 1997, elegido Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, organismo donde concurren médicos de las más diversas tendencias y especialidades, en algún momento pensé que las asambleas se harían menos monótonas, menos tediosas y más atractivas si se pudiese incluir un segmento corto, de unos 10 minutos de duración, donde se presentara algún hecho médico significativo, ¨un fascinoma¨, cierto síntoma clínico determinante, un signo-señal o alguna condición clínica, donde no se aceptaran preguntas, y al que sugerí designar, ¨Perlas de Observación Clínica¨. Contendrían uno o más casos donde se demostrara la importancia del relato simple, del hallazgo revelador que, además, culminara con un mensaje, una moraleja o un colofón.

Elaboré y envié las reglas para normarlas. Fue aceptado de inmediato por la Junta Directiva y así se me informó mediante oficio N° 2000/17, del 20 de enero de 2000. Desde el inicio tuvo y ha continuado teniendo la entusiasta acogida de toda la asamblea. Ahora, bajo nuevo reglamento se ha extendido a 15 minutos y hay lugar para 15 minutos de preguntas. Estas cortas sesiones suelen transformarse en artículos para nutrir la Gaceta Médica de Caracas. Más adelante, se amplió el concepto surgiendo también Perlas de Observación Humanística, Perlas Históricas y Perlas de Observación Científica. Hasta el presente he presentado y publicado en la Gaceta Médica de Caracas, órgano de la Academia Nacional de Medicina, un total de 43 de ellas; dos adicionales fueron presentadas, pero esperan para ser escritas y publicadas: (1). ¨La momificación en el tiempo y las momias del Doctor Gottfried Knoche¨; y (2). ¨Vitrubio, Fibonacci y Paccioli: El Jorobado de Notredam y neurofibromatosis de von Recklinghausen, El Hombre Elefante y síndrome de Proteus¨.

En homenaje a mi perseverancia en la presentación de estas Perlas de Observación Clínica a lo largo de las sesiones de la Academia, en mayo de 2012, mi dilecto amigo y académico, Individuo de Número Sillón IX, el doctor Otto Rodríguez Armas, bondadosamente me regaló una perla de las llamadas hanamadas o perfectas, proveniente de Mikimoto, el imperio del cultivo de perlas más grande del mundo en la bahía de Ago, al sur de Tokio, fundado en 1898 por Kokichi Mikimoto, el rey de las perlas, y que a su vez le fuera obsequiada en Japón por el profesor Shouichi Sakamoto en un congreso mundial de ginecología.

En su honroso concepto, más la merecía yo que él…