Elogio de la tía Filomena y la enfermedad rara …

La enfermedad rara: Síndrome de Ehlers-Danlos (panel superior) y síndrome de Protón o del hombre elefante (panel inferior)

Elogio de la Tía Filomena y la enfermedad rara…

No existe una definición única y ampliamente aceptada de «enfermedad rara». Algunas se basan solamente en el número de afectados, mientras que otras, como las recogidas por la Unión Europea, toman en cuenta otros factores, como la existencia de tratamientos adecuados o la gravedad de la enfermedad. La definición de la Unión europea es la propuesta por la Comisión europea de Salud Pública, que establece como rara a aquellas «enfermedades, incluidas las de origen genético, que son crónicamente debilitantes o potencialmente mortales y las cuales tienen tan poca prevalencia que se necesitan esfuerzos especiales combinados para combatirlas». Para ello, toma como prevalencia la de 5/10 000, la misma que usó el «Programa de acción comunitaria sobre las enfermedades poco comunes» (1999-2003), aprobado por el Consejo y el Parlamento Europeo. Las enfermedades raras o poco frecuentes, a veces también son llamadas «enfermedades huérfanas», debido al hándicap  que presentan respecto de la investigación clínica y experimental, estando así «huérfanas» del interés del mercado y de las políticas de salud pública.​ Como extensión de este término, se les llama medicamentos huérfanos a aquellos destinados precisamente a tratar enfermedades raras.Leer más

El signo ungueal de Beau

 

El signo ungueal de Beau

Dr. Rafael Muci-Mendoza

Gac Méd Caracas 2000; 108(4):534-540

 

A Joseph-Honoré-Simon Beau (1806-1865), médico francés, quien ejerció sucesivamente en los hospitales Saint Antoine y Cochin de París, se le ha acreditado el haber sido de los primeros en aplicar los conceptos fisiológicos al estudio de la patología y, además, el haber observado que trastornos funcionales orgánicos a menudo precedían cambios estructurales anatómicos. Sus áreas de investigación fueron múltiples e incluyeron disímiles problemas como la histeria, la dispepsia, la epilepsia y las enfermedades del corazón y los pulmones. Ha sido inmortalizado por sus descripciones relativas a la asistolia en 1836; y en 1846, por el signo ungueal hoy conocido como líneas o surcos transversales de Beau, considerado por Beaven y Brooks (1), como el signo ungueal de mayor utilidad clínica. En 1869, Wilks acreditó a Hillier como el primer descriptor de este signo ungueal; no obstante, como Beau lo dio a conocer y popularizó, su nombre quedó definitivamente asociado a él.Leer más

El médico y el paciente: metamorfosis de una relación…

 

¨El médico rara vez cura, alivia en ocasiones, pero consuela siempre¨

                                                               

Este epitafio de 14 siglos de antigüedad inscrito en la tumba del Trudeau en Saranac, plasma la importancia del trato humanitario en medicina; veremos cómo prejuicios científicos posteriores han restado valor humano a la interacción de un médico con su paciente y por ende, a la razón de ser médico.

Apolo fue considerado el Dios de las Plagas y de las Enfermedades en sus diferentes formas. Inventó la Medicina y la transmitió a su hijo Esculapio (Asclepios). Fue defensor de la moderación en todas las cosas (“nada en exceso”) y aconsejó la comprensión de la propia persona (“conócete a ti mismo”). Fue además Dios de la  Música y la Poesía, perfeccionando la lira inventada por Mercurio, así que por su intermedio, tranquilizaba el alma, movía las piedras y amansaba las fieras.Leer más

Elogio de la ¨lucidez terminal¨…

¨El secreto mejor guardado de la medicina: morir no es tan malo como se cree¨.

Durante el año pasado 2022, y en el que corre, han fallecido al menos 6 compañeros de mi promoción UCV-1961; bueno… yo era uno de los de menor edad y en cuatro semanas cumpliré 85 años… ¡Demos gracias a Dios por habernos concedido tiempo y salud razonablemente buena!

Hoy, jueves 30 de marzo de 2023, en horas de la madrugada falleció alos 88 años, un antiguo y estimado amigo, pediatra y compañero de curso,  un sujeto de ácidos comentarios, cuya salud se mantuvo crítica en las últimas tres semanas luego de años de luchar contra insuficiencias cardíaca y coronaria, cuando se encontraba -contra sus deseos- en una unidad de terapia intensiva (UTI). Él había expresado su voluntad de no vivir más; quería morirse pues su esposa había fallecido años antes, y él, no tolerando el dolor de su partida, deseó irse pronto: superó numerosos agravamientos de su salud cardiovascular y se ¨parapeteba¨ cuando todo se creía perdido.  Sus males del corazón -ya muy insuficiente-, hicieron un acelerado agravamiento en días recientes y él expresó su deseo de que le dejaran morir, de no ser entubado. Cuando se puso peor, sus familiares lo llevaron a una clínica donde inmediatamente le recluyeron en la UTI y le entubaron… Sus deseos no fueron respetados por el intensivista porque sus hijos no podían dar fe de sus deseos. Su médico de cabecera, de aquellos que creen que mientras hay vida hay esperanza, estuvo de acuerdo, pero continuó estando muy mal… Hace 4 días días lo extubaron y a las pocas horas se agravó, su saturación se desplomó y el tubo le fue reinsertado para retirarlo al día siguiente. Hace 48 horas se notó en él una espectacular mejoría, había sido ya extubado, estaba sentado en una butaca a la vera de su cama clínica,  y ayer pidió se le cumpliera su deseo de comer una langosta en salsa thermidor, deseo que le fue cumplido y que él disfrutó en grado extremo, incongruencias en medio de un estado terminal…

A las 2.00 am repicó cuatro veces mi teléfono de CANTV -nunca lo hace- y cuando desperté de  un sueño profundoy pude atender, nadie contestó ¿un postrer adiós?… Imaginé lo que había pasado… Al despertar a las 5.00 am llamé a una querida sobrina suya y nos enteramos que nuestro amigo había fallecido, de su insólita mejoría terminal y de su extravagante deseo culinario premortem de ayer… Conocía del fenómeno y lo había presenciado en algunos pocos pacientes míos, pero nunca me llegó tan profundo como en el caso de mi amigo…

En un artículo de la BBC News Brasil del 21 de junio de 2021 y bajo la firma del periodista Matheus Magenta intitulado, «»Lucidez terminal»: ¿por qué algunos pacientes gravemente enfermos mejoran justo antes de morir?», el autor hace interesantes comentarios…

  • ¿Puede una persona sentir euforia o bienestar en el momento de su propia muerte?

Ha habido términos en diferentes idiomas y épocas para describir este mismo fenómeno, inexplicable hasta hoy para la ciencia: ¨mejora de la muerte¨, ¨último adiós¨, ¨iluminación antes de la muerte¨, ¨mejora del fin de la vida¨, ¨la visita de salud¨, ¨mejoría del adiós¨, ¨episodios de lucidez¨,¨ lucidez paradójica¨, ¨lucidez terminal¨ o el ¨último rayo de sol¨ (del chino 回光返照).

El tema ha sido objeto de estudio desde cuatro siglos antes de Cristo, cuando Hipócrates, considerado el padre de la medicina, y otros antiguos griegos, plantearon que el alma siempre iba a permanecer intacta ante la más adversa de las situaciones, aún cuando esa situación incluyera que el cerebro o la mente estuvieran perturbadas.

“Creían que, durante y después de la muerte, el alma se liberaba de las limitaciones materiales, recuperando todo su potencial. La mente humana sería más que un mero producto de la fisiología del cerebro, quizás incluso involucrando una especie de ‘sujeto trascendental’ o ‘vida interior oculta’”, le explicó a la BBC Brasil el biólogo alemán Michael Nahm en 2009, quien acuñó el término lucidez terminal para este fenómeno después de años de estudios.

El término lucidez terminal  se define como la (re)aparición repentina de habilidades mentales normales o inusualmente mejoradas en pacientes aburridos, inconscientes o con discapacidad mental poco antes de la muerte. Debido al interés de los medios y el público en el fenómeno, Nahm es probablemente mejor conocido por este trabajo. Él y sus colaboradores discuten casos de lucidez terminal (que denominan «lucidez paradójica») en los que las funciones cognitivas inesperadas en pacientes con déficits neurológicos graves (demencias, enfermedades cerebrales orgánicas y enfermedades mentales graves) regresan brevemente alrededor del momento de la muerte. En un artículo de 2019 revisan este y otros fenómenos relacionados en busca de posibles mecanismos biológicos, y discuten las implicaciones éticas y los desafíos metodológicos que enfrentan las investigaciones controladas. Concluyen que el fenómeno, si se confirma mediante una investigación más rigurosamente controlada, desafía los modelos neurológicos estándar, con implicaciones potencialmente profundas para el tratamiento de  tales afecciones.

Hay mucho que investigar sobre lo que ocurre en la fase terminal de una persona. El mismo Nahm es un biólogo y parapsicólogo alemán cuya investigación psicologica se ha centrado en la lucidez terminal, las experiencias cercanas a la muerte, los casos del tipo de la reencarnación, la mediumnidad física, los fantasmas, la historia de la parapsicología y varios otros enigmas de la mente y la evolución de la vida. En 2009, él y Bruce Greyson, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias Neuroconductuales de la Universidad de Virginia (EE.UU.), recopilaron 49 casos descritos en la literatura médica. La pequeña muestra no permite sacar conclusiones amplias sobre el tema, pero sí da algunas pistas. De los 49 casos, el 43% tuvo una mejoría repentina un día antes de la muerte, el 41% de dos a siete días y el 10% de ocho a 30 días. La mayoría de los pacientes padecían demencia, cuya forma más común es la enfermedad de Alzheimer. En general, este síndrome tiene una condición de atrofia progresiva del cerebro, pérdidas de sinapsis y neuronas y acumulación de sustancias tóxicas asociadas a un deterioro cognitivo que compromete varias áreas, como la memoria, el lenguaje y el razonamiento.

Hay varias hipótesis que intentan explicar qué sucede,pero hasta el momento ninguna de ellas ha sido probada. Entre ellas están las oscilaciones normales en pacientes críticamente enfermos, una reacción química en el cuerpo que funcionaría como instinto de supervivencia. También el azar, o la persistencia de la conciencia durante la muerte. O el sesgo de confirmación, es decir, la gente muere todo el tiempo, pero acabamos recordando historias asombrosas de aquellos que mejoraron antes de morir. También existen varios obstáculos, incluidos los éticos, para probar estas hipótesis, como la realización de exámenes invasivos en pacientes críticamente enfermos. Pero, ¿cuál sería la relevancia de comprender todo esto?

Por lo contrario, Medeiros dice que no le corresponde como médico invalidar las creencias espirituales o tratar de explicar las preguntas de los familiares: «¿mejoró para decir adiós?» o «¿será dado de alta y podrá volver a casa?». «Cuando me encuentro con una situación como esta en la que no hay explicaciones técnicas, lo que trato es entender qué significado le da la familia y cómo esa experiencia puede incluso ayudar a lidiar con ese dolor». Dice que durante años buscó explicaciones técnicas para las experiencias con pacientes al final de la vida, pero con el tiempo se dio cuenta de que no las necesitaba.

«Yo digo que debemos disfrutar. El paciente está hablando. Que diga lo que quiera decir, que escuche lo que tienen que decirle. Porque este momento transforma la vida. Es casi un regalo. Si mañana llega la muerte o la mejora, viviremos el día de mañana». Medeiros dice que es mejor que el paciente hable y escuche cuanto pueda hacerlo. Recuerda el caso de un paciente que, poco antes de morir, tenía mucho sueño y apenas respondía a los estímulos, como suele ocurrir cuando se acerca la muerte. Su familia tenía muchas ganas de que pudiera resistir hasta la llegada de dos nietos y darles su bendición, como lo hizo antes de enfermarse. «Cuando llegaron los nietos, sorprendentemente abrió los ojos, se sentó y en voz muy baja dijo una oración por cada nieto. Era un momento sagrado para la familia. Y su esposa me miró sonriendo como diciendo ‘Esto es lo que necesitábamos'». Murió horas después.

La pérdida por muerte de la pareja está situada en primer lugar de los acontecimientos vitales estresantes y se relaciona con el desarrollo o agravamiento de la enfermedad física. Es, por lo tanto, importante prestarle la atención adecuada para evitar en lo posible los riesgos. En estos tiempos venezolanos de ruptura de las familias por migraciones, no es inusual que muchas parejas de edad avanzada quedemos ingrimos y solos a edades provectas, siendo invitable la pregunta ¿quien se irá primero?, ¿que voy a hacer si mi esposa(o) si se va primero? Tal fue el caso de mi tío, don Aziz Muci Abraham, hermano menor de mi papá, que no pudo soportar el dolor de la pena y se fue el mismo día que su esposa sin ninguna enfermedad mortal.

Escribimos sobre este caso tan sentido, tan dolorido, ¨Elogio del amor de pareja: El definitivo y solidario adiós de unos amantes…¨ https://rafaelmucimendoza.com/academia-nacional-de-medicina-de-venezuela/4691/elogio-del-amor-de-pareja-el-definitivo-y-solidario-adios-de-unos-amantes/s

El duelo tiene lugar tras cualquier clase de pérdida, aunque suele ser más intenso tras el fallecimiento de algún ser querido y más la aún la pareja... No es un sentimiento único, sino más bien una completa sucesión de sentimientos que precisan de cierto tiempo para ser superados, no siendo posible el acortar este período de tiempo. Es la respuesta emotiva a la pérdida de alguien o de algo que es importante para nosotros. Es el precio que pagamos por el amor que profesamos a la persona o cosa perdida. La intensidad del duelo no depende de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que le atribuimos. La palabra duelo deriva del latín “dolus” que significa dolor…

El dolor de mi amigo, irredento, terebrante e insoportable como fue, dio al traste con su vida, pero le permitió  despedirse de sus familiares y amigos y tener un almuezo previo y a su medida.